Cloud computing: Una realidad más que presente

Publicado el 30 Sep 2011

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La computación en la nube es un concepto que hasta hace pocos años era entendido como algo más cercano a la ficción que a la realidad. La idea fue lanzada inicialmente por ingenieros de computación en el año 1960, y comparaba metafóricamente las redes de datos con las redes de energía eléctrica de telefonía, observando la falta de linealidad entre los puntos conectados a la red como un modelo que podría aplicarse a futuro. De allí surge el concepto de nube, una estructura no densa y, de cierta forma, indefinida, que ofrece diferentes servicios y aplicaciones a los computadores que la aplican.

La computación en la nube es un nuevo paradigma que permite ofrecer servicios informáticos a través de Internet. En los últimos años, este concepto ha dejado de ser ficticio para tornarse real. De acuerdo a la consultora IDC (en su estudio IT Cloud Services Forecast), la inversión mundial en cloud computing alcanzará los U$42.000 millones en el año 2012. Un valor casi tres veces mayor que el total invertido en el 2009. La predicción de los analistas y de la industria en general es que la implementación de cloud crezca, tanto en el ámbito corporativo como en soluciones destinadas a los usuarios particulares. Esto va a ocurrir debido a una serie de factores.

Virtualización

En primera instancia, cuando se habla del boom del cloud computing y de su crecimiento en los últimos años, no se puede dejar de hablar de la virtualización de servidores y otras aplicaciones en el ámbito corporativo.

La virtualización sirve de base para varias clases de cloud computing, entre ellas, las nubes públicas de Infraestructura como Servicio (IaaS) y las implementaciones de nube de Amazon, por ejemplo, y otras más privadas. En este sentido, contar con un software de virtualización de servidores desarrollado constituye un requisito para el cloud computing. Pero la conexión trasciende la tecnología. La virtualización cada vez más universal exige que los usuarios se sientan a gusto con la noción de no conocer con precisión dónde se están ejecutando físicamente sus aplicaciones. El cloud computing depende aún más de la aceptación de una capa de abstracción entre el software y su infraestructura de hardware.

El cloud computing ofrece ventajas significativas asociadas a la reducción de costos y a una implementación completa de soluciones, a través de un servicio único que funciona prácticamente aislado del resto del sistema, en lugar de brindar solamente una parte de las herramientas que una empresa necesita.

El mercado internacional refleja que las organizaciones prestan cada vez más atención a las ventajas operativas y a la rentabilidad asociada con el cloud computing. Un estudio llevado a cabo por IDC en marzo de 2009 a 696 compañías informáticas de Asia, reveló que el 11% de las firmas encuestadas ya utilizaba soluciones de nube: un número considerable para un fenómeno tan reciente. De estas compañías, más del 50% consideraba que la reducción en los costos era una de las razones para implementar esta tecnología, y más del 30% subrayó la mejora global del entorno operativo comercial dentro de la organización.

Acceso a aplicaciones a través del explorador

Históricamente, muchas aplicaciones empresariales dependían del uso de un software específico instalado en un PC o estación de trabajo. La tendencia hacia la posibilidad de acceder a aplicaciones desde cualquier explorador es básicamente un requisito para el modelo de nube pública, en tanto ayuda a flexibilizar los sistemas informáticos internos. En un sentido más amplio, la movilidad y lo que a veces se denomina la masificación del consumo de TI también impulsan el cambio hacia aplicaciones que no dependen de una configuración o ubicación de cliente específica. Durante más de una década, hemos visto una evolución de los PCs conectados a una red de área local, a computadores portátiles que funcionan con tecnología Wi-Fi y a una variedad cada vez mayor de dispositivos conectados a todo tipo de red. Con el tiempo, las empresas proveen una cantidad menor de equipos de esta clase, y muchos son utilizados con fines personales y comerciales. Todo esto refuerza aún más el alejamiento de los activos informáticos cableados dedicados de las compañías.

El uso de aplicaciones web y la forma en que se puede acceder a éstas constituyen dos tendencias más que, incluso hoy en día, continúan evolucionando. HTML5, Android, Chrome OS, smartphones, tablets y 4G son tan sólo algunos de los desarrollos que influyen en la manera en que accedemos a las aplicaciones y la apariencia de éstas. En conjunto, éstos ayudan a crear un entorno donde los dispositivos móviles pueden conectarse con las cargas de trabajo móviles que posibilitan la computación en nube.

Evolución en lugar de revolución

Si bien los pronósticos de los analistas sobre el cloud computing y el movimiento del mercado dejan en claro que se trata de algo importante, esto se está dando gracias a la convergencia de tendencias mayormente evolutivas. La computación en nube permite a las empresas implementar soluciones a su propio ritmo, aprovechando las actuales inversiones en tecnología.

No obstante, no todas las soluciones de cloud del mercado posibilitan que esto se lleve a cabo. En este sentido, los antecedentes de TI sugieren firmemente que la mayoría de las firmas prefiere adoptar estrategias más progresivas y la probabilidad de éxito es mayor con proyectos desarrollados de esta forma.

No quedan dudas de que la computación en nube vino para quedarse, creando nuevas oportunidades tanto para empresarios como para profesionales del área de tecnología. Los analistas de TI prevén que en los próximos cinco años este crecimiento se triplique.

Ya no se trata de especulaciones a futuro, sino de una realidad más que presente.

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Redacción

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