Los retailers de cierta época podrán recordar los años 90, cuando no necesitaban más que una buena combinación de un POS y una herramienta para la administración de la cadena de suministro. Mucho ha cambiado desde aquellas décadas: un gran número de procesos que siguen en crecimiento se están ejecutando en el back-office, para lo cual el retailer usa varios sistemas, incluyendo aplicaciones de marketing, RFID, ECMS, ESS, IMS, ICMS, DSS, OMS, WMS y muchos otros. En la actualidad se habla de Big Data a nivel de todos los sectores de negocios, y el retail es claramente uno de los mercados donde mayor cantidad datos se está registrando.
La creciente cantidad de sistemas es el engranaje que ha hecho girar las ruedas de la explosión retail omnicanal. Sin embargo, con todos los beneficios que estos traen, puede ser más fácil decirlo que hacerlo; para administrarlos todos en conjunto antes de siquiera comenzar a pensar en el impacto que los datos generados pueden tener en el rendimiento general.
Simplemente, al no usar estos datos, los retailers se están perdiendo. A medida que dichos datos han crecido, las empresas han comenzado a ofrecer análisis para retailers, usando estos para alimentar tomas de decisiones, como también predecir cuáles tiendas están listas para cerrar. Compañías especialistas en análisis pueden ciertamente agregar valor, pero también es crucial que, como mínimo, los retailers estén encima de sus propios datos, y puedan usarlos. A continuación mencionamos tres pasos que los retailers pueden tomar para asegurarse de superar el diluvio de datos:
1. Elimina silos
El primer paso es asegurar que toda la información, generada por los varios sistemas que se estén utilizando, se integre. Sin esto, los datos registrados solo beneficiarán a una parte aislada de la organización, y no estarán para realizar análisis más amplios.
No todos los sistemas de retail están hechos con esto en mente; por ello los retailers deben no solo asumir que todo estará conectado. Deben también considerarlo para una potencial aplicación de punto de venta de un nuevo sistema de retail que se incorporará al negocio en un futuro.
2. Obtener una visión holística
Una vez conectados y lograda la integración, los retailers necesitan asegurar que están en capacidad de mirar desde un nivel superior, y así tendrán una visión más amplia. Esto significa tener un sistema que les permita colocar todos estos datos en un panel central.
Esto los pondrá en posición de dar sentido a todo, ya sea para una reunión de actualización trimestral con los distintos ejecutivos, o un retailer de lujo que puede verificar todos los canales y ubicaciones de un artículo específico, de modo que pueda ser entregado a un cliente de alto valor de inmediato.
3. “Echar” un ojo clínico
El último paso y el más importante es que los retailers comiencen a sacar conclusiones de lo que les dicen los datos consolidados. Este proceso convierte “Big Data” en “Smart Data”. Para que esto funcione, los retailers deben usar los datos para ayudar a dibujar una imagen aproximada de qué ocurrió exactamente, qué pasa ahora y las tendencias futuras.
Una vez tomados estos tres pasos, los retailers podrán eliminar el ruido y ser más claros a cuáles datos tendrá acceso, y comenzar a pensar acerca de qué significan. Los retailers más serios tienen ya años de datos valiosos para comenzar este proceso. El aprendizaje puede venir de un cliente y su historial de compra, datos del inventario, rendimiento de vendedores y las preferencias de una marca, que luego pueden usarse para alimentar el marketing, fidelización y decisiones en el manejo de inventario. Luego, los retailers pueden pensar de manera más inteligente sobre las tendencias y oportunidades que promoverán éxitos futuros. Por ello serán capaces de manejar el conocimiento a largo plazo, colocándolos en una buena posición para saber qué quieren sus clientes, y satisfacer sus necesidades.