Seguridad

Más allá de las contraseñas: El futuro de la autenticación biométrica



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La autenticación biométrica ha avanzado rápidamente, superando las limitaciones de contraseñas y PIN tradicionales. Gracias a tecnologías como el reconocimiento facial y de huellas dactilares, además de la integración de IA, las empresas están implementando sistemas más seguros y eficientes que transforman la experiencia del usuario. Sin embargo, su crecimiento también plantea importantes desafíos.

Publicado el 28 oct 2024



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La tecnología de autenticación biométrica ha experimentado un avance significativo en los últimos años, impulsado por la creciente necesidad de seguridad y su utilidad en múltiples industrias. Tradicionalmente, las contraseñas y PIN eran los métodos más comunes de autenticación, pero su vulnerabilidad a ataques ha fomentado la adopción de métodos biométricos más avanzados.

Ronald Pérez Orellana, ESIGN.

Según enfatiza Ronald Pérez, Gerente de Tecnología y Transformación de ESIGN, las soluciones de autenticación biométrica han evolucionado rápidamente gracias a los avances en tecnologías como el reconocimiento facial, de huellas dactilares, iris y voz, ganando terreno como alternativas más seguras y prácticas. Estas tecnologías no solo ofrecen una autenticación más robusta, sino que también mejoran la experiencia del usuario al eliminar la necesidad de recordar contraseñas complejas.

Daniel Bergonzelli, NEC.

Su avance se evidencia en los innumerables ámbitos de aplicación que actualmente se apoyan en esta tecnología, según destaca Daniel Bergonzelli, Director de Identificación Digital de NEC en América Latina. Y esta evolución no sucede de manera aislada, sino que es el resultado del rápido crecimiento en la capacidad de procesamiento y almacenamiento de los dispositivos. Esto, a su vez, ha permitido que tecnologías de Inteligencia Artificial (IA) se integren en dispositivos como teléfonos móviles o pequeños controladores.

Gonzalo Reyes Horn, BASH.

Asimismo, la integración de IA, Aprendizaje Automático y redes neuronales ha potenciado una mayor precisión y velocidad en el reconocimiento biométrico, minimizando los falsos positivos y negativos. Según explica Gonzalo Reyes, Gerente Comercial | Seguridad Electrónica y Monitoreo de Bash, esta evolución de algoritmos e integraciones, que incluyen combinaciones de patrones vía IA, Aprendizaje Automático, iris, huellas, facial, etc., busca maximizar la seguridad, minimizando la suplantación, además de adelantarse a los continuos intentos de vulneración.

¿Cuáles son las aplicaciones actuales de esta tecnología?

A lo largo de los años, el reconocimiento biométrico ha evolucionado y diversificado sus usos, convirtiéndose en una herramienta esencial en múltiples ámbitos.

Esta tecnología de autenticación biométrica ha ampliado significativamente sus modalidades de verificación, comenta el ejecutivo de NEC. “Comenzó con el uso de la huella dactilar, inicialmente impulsado por su aplicación en la investigación criminal y luego en el Registro Civil, para garantizar el derecho a la identidad. Posteriormente, se ha extendido a aplicaciones masivas como el control de acceso y los mecanismos de desbloqueo de teléfonos”, señala.

Al reconocimiento de huellas dactilares, se sumaron el reconocimiento de iris y facial que han alcanzado un grado de desarrollo y niveles de precisión tan buenos como los del reconocimiento dactilar. “El rostro, en particular, se utiliza hoy como mecanismo primario para vincular nuestra identidad real con nuestra identidad digital, pudiendo usar el reconocimiento facial para acceder a nuestro home banking, a aplicaciones de comercio electrónico, a nuestra membresía de líneas aéreas, etc.”, añade el profesional y explica que estas aplicaciones presentan un nuevo desafío, que resulta en tecnologías complementarias, como lo es la detección de vivacidad, de forma tal de garantizar que la autenticación es genuina y no se ha usado un video, una máscara, una fotografía, o una animación o imagen sintética con parámetros métricos asimilables a los de la persona en cuestión.

Asimismo, según relata el profesional de NEC, existen otras modalidades biométricas hoy, que no se han masificado por resultar menos costoefectivas, presentar mayor fricción o menor conveniencia de uso, pero que han avanzado de forma significativa, como la geometría de la palma, las venas de los dedos o de las palmas, la voz y modalidades muy particulares, como la tecnología de reconocimiento por el canal auditivo, que se distingue de otras por no estar expuesta como las huellas, rostro o iris.

Observando el mercado, en términos generales se ven principalmente aplicaciones de la tecnología biométrica en el sector financiero en la autenticación de transacciones o acceso a aplicaciones bancarias; en Gobierno, en la identidad en relación con cédulas o documentos de este tipo; en salud, en el control de acceso a datos médicos y validación de pacientes en sistemas hospitalarios; en control migratorio y seguridad de fronteras y aeropuertos, para control de acceso y seguridad; y en justicia e investigación criminal. “También se suman ámbitos como educación y data center. De la misma forma, hoy no es extraño que en ambientes residenciales (edificios y comunidades) sea más común enfrentarnos a un control de acceso con restricciones diferenciando residentes de visitas, utilizando códigos QR o aplicaciones móviles”, explica el ejecutivo de Bash.

Seguridad y privacidad, dos grandes retos

No obstante sus ventajas, el uso de tecnologías biométricas también plantea preocupaciones sobre la seguridad, privacidad y ética. La recolección y almacenamiento de datos biométricos sensibles requieren regulaciones estrictas para proteger la información de los usuarios y prevenir el uso indebido.

A juicio del ejecutivo de ESIGN, “los principales desafíos son la protección de los datos biométricos frente a ciberataques, la privacidad de los usuarios y el riesgo de falsos positivos en la identificación. Además, existen preocupaciones sobre el uso indebido de estos datos por parte de terceros”.

Al respecto, Daniel Bergonzelli detalla que “uno de los retos más importantes y motivo por el cual los datos biométricos de las personas deben ser protegidos, es la inmutabilidad de las huellas. Las huellas son algo que ‘somos’ y no cambia en el tiempo, por lo que, si queda expuesta una imagen de registro de estas, esta información puede usarse para suplantar la identidad, por ejemplo”.

“Dada la irreversibilidad de los datos biométricos, si son robados o clonados, podrían ser utilizados de forma fraudulenta para acceder a sistemas protegidos, y no habría una forma fácil de remediar el daño”, complementa Gonzalo Reyes.

De esta manera, comenta, si se compromete la información biométrica de una persona, no es posible “resetear” una huella dactilar o un rostro como se haría con una contraseña mecánica. Por este motivo, detalla, la integración de patrones y dispositivos es el camino para minimizar los riesgos.

En relación a la privacidad, los sistemas deben proteger estos datos extremadamente sensibles contra accesos no autorizados y cumplir con regulaciones estrictas, como el GDPR en Europa. “Además, la preocupación sobre el uso indebido de la biometría para la vigilancia masiva ha generado debates sobre derechos individuales”, plantea el ejecutivo de NEC. Por lo tanto, es crucial que las empresas y gobiernos implementen medidas de seguridad adecuadas y garanticen la transparencia en el manejo de estos datos para fomentar la confianza.

Tecnologías emergentes en el futuro de la autenticación biométrica

Actualmente, las principales marcas están enfocadas en desarrollar dispositivos con procesadores de IA y Aprendizaje Automático, integrando algoritmos avanzados que optimizan la autenticación y refuerzan la protección contra ataques de suplantación, explica el experto de Bash. Y es que la IA ha permitido dar un salto cualitativo y cuantitativo enorme, lográndose niveles de performance y precisión no alcanzables con los mecanismos previamente utilizados, como, por ejemplo, las plantillas basadas en modelos geométricos. Así lo destaca Daniel Bergonzelli, quien detalla, además, que también se han logrado, en el caso del reconocimiento facial, altos niveles de precisión aun bajo condiciones como el paso del tiempo, cambios cosméticos, oclusiones (anteojos, por ejemplo), poses y expresiones faciales, entre otros.

Asimismo, la biometría que utiliza tecnología Blockchain hace que los datos se organicen en bloques que están vinculados entre sí en una secuencia continua. “Cada nuevo bloque incluye una referencia al bloque anterior, creando una cadena de registros inmutable y transparente. Esta misma tecnología, se utiliza en criptomonedas y contratos digitales, y asegura la integridad y la seguridad de la información biométrica”, enfatiza Gonzalo Reyes.

De esta forma, explica Ronald Pérez, mientras la IA mejora la precisión del reconocimiento biométrico, Blockchain ofrece una solución para asegurar y descentralizar los datos biométricos, y verificar identidades biométricas, minimizando el riesgo de manipulación de datos. “Además, también se está desarrollando la autenticación sin contraseñas (passwordless authentication), basada en factores biométricos para hacer más seguros los accesos”, complementa.

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