Una de las mayores pruebas que deben superar las empresas en la actualidad para lograr ser más competitivas es reducir sus costos. Este desafío atraviesa todas las áreas al interior de las compañías y se ha transformado en la principal prioridad para los gerentes responsables de la Infraestructura de Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC). Más aún, buscar la reducción del costo total de propiedad (TCO), como se le ha denominado, se vuelve casi una obsesión, sobre todo cuando se conoce con mayor certeza que dichos recursos son el medio por el cual el negocio va a ser más fructífero, logrando con ello la satisfacción de los clientes, la rentabilidad de la organización y ser un aporte a la sociedad.
Pero, ¿cómo hacerlo cuando la mayoría de las empresas tienen hoy una red computacional con diferentes tecnologías, prácticas de operación y administración no estándares y distintos proveedores de mantenimiento que soportan diversas partes de su infraestructura?. Todo esto hace que el ambiente tecnológico sea inestable, difícil de administrar y controlar y, peor aún, con costos escondidos, sorpresivos y más encima, altísimos.
En ese contexto, resulta vital apoyar la gestión del negocio con una visión estructurada para ayudar a todos los que necesitan tomar el control de su infraestructura tecnológica con el fin de hacerla más eficiente y controlada, valga la redundancia. La idea es poder acceder y optar por servicios que permitan tomar el control de la infraestructura disponible, planificando y apoyando para implantar, primero, un ambiente común de operación que estanda-rice el uso de las tecnologías a nivel de desktop, redes y servidores; y, segundo, un ambiente común de soporte, mediante el cual se establezcan los niveles de servicios más adecuados para la infraestructura y los usuarios con un solo proveedor de servicios. De esta manera, se logra un TCO acorde a las necesidades y que luego no dé sorpresas ni se desborde.
Por ejemplo, en una empresa dedicada a los servicios financieros, con unos 3.500 usuarios internos, es posible lograr beneficios en materia del TCO por sobre el 10%, manteniendo e incluso superando los niveles de servicios. Por tanto, el contar con un ambiente estandarizado, tanto a nivel de la tecnología como de los servicios asociados, permite elevar los niveles de disponibilidad, conocer y controlar los costos asociados y contar con una infraestructura flexible que pueda adaptarse a los cambios que cada negocio impone. Esa es la clave para reducir el TCO en las compañías. En otras palabras, tomar el control.
Agosto de 2003
