Hace un tiempo tuve la oportunidad de participar como speaker en el Latam Ventures Summit realizado en Santiago, y como era de esperar, la presencia de empresas de capital de riesgo, sobre todo de EEUU, no fue menor, dada la importancia que tiene la Región para esta industria, toda vez que el escenario es más promisorio que nunca. Si miramos las cifras, solo el año pasado se generaron en Latam ocho nuevos “unicornios” (empresas cuyo valor alcanza los US$1.000M), un mercado en ascenso, que destaca a Chile como el país más atractivo para emprender e innovar en la Región.
Entre las características de esta nación de emprendedores, destacan algunos puntos: ocupa la posición N°7 en el Tholons Digital Nations Ranking, es un hub de innovación y emprendimiento, N°1 en conectividad e infraestructura Tech (Global Conectivity Index 2017), pionera en gobierno digital (100% de los impuestos se pueden pagar vía web o a través del móvil), con una industria bancaria digitalizada, 96% de la población utiliza pagos electrónicos; en salud, el sistema biométrico permite la identificación de usuarios en centros de médicos públicos y privados, solo por mencionar algunos de los atractivos que lo diferencian del resto de los países de la Región y del mundo.
A nivel global y sobre todo en América Latina, la mayoría de los países tiene claro que debe impulsar una transformación digital de sus economías, que sea capaz de impactar ámbitos como la producción, el consumo, la educación y la salud. Es debido a esto, que creemos que la Región tiene una gran oportunidad por delante, de convertirse en un hub de transformación para la sociedad digital. Sin embargo, para ello necesitará entender los desafíos, potenciar sus fortalezas y priorizar una agenda que esté enfocada en el futuro, y en los enormes beneficios para la ciudadanía que este transitar hacia una sociedad digital puede generar.
Cómo son las “tecnolatinas”
En medio de este entorno, podríamos afirmar que aparecen en el mapa de América Latina, una nueva generación de empresas tecnológicas denominadas “tecnolatinas”, compañías que tienen impacto en la economía regional, y que son capaces de generar un modelo de innovación cuyo alcance es global. Creemos que son estas empresas las llamadas a tomar la responsabilidad de facilitar el logro de ese objetivo.
Se explican como un fenómeno, por el cual una innovación en la experiencia de usuario, la tecnología y modelo de negocio, transforman un mercado o sector existente, introduciendo simplicidad, comodidad, accesibilidad y asequibilidad, donde el “status quo”, por el contrario, es una experiencia friccionada, complicada, ineficiente y costosa. Surgen en un nicho de mercado que puede parecer poco atractivo o intrascendente, pero al final, la nueva idea, redefine por completo la industria.
Pero ¿de qué hablamos cuando nos referimos a las “tecnolatinas”? Acá sus principales características:
• Resuelven coyunturas muy complejas. Por ejemplo, la chilena Imed resolvió el problema de conectividad entre los distintos actores en el sector salud y mejoró la experiencia de los usuarios.
• Entran en sectores donde la experiencia de cliente está muy friccionada. Por ejemplo, Acepta, compañía que lidera el mercado en la emisión de firmas, facturas, y documentos electrónicos, además de verificación de identidad biométrica.
• El modelo de negocio de estas compa- ñías está basado en tecnología, y sus ingresos son recurrentes y transaccionales.
• Sus estructuras son muy livianas y planas, similares a las startups.
• Operan a nivel regional, juegan con ventaja en Latam.
• Se establecen como referentes en su sector. Por ejemplo, Mercado Libre, es el negocio más popular de e-commerce en la Región, por encima de los grandes players mundiales.
• Escalan a alta velocidad, y usualmente tienen crecimiento de doble dígito.
• Son muy rentables y tienen Ebitdas muy atractivos.
En consecuencia, por su naturaleza y el potencial de evolución de la tecnología subyacente, avanzan rápidamente en prestaciones, llegando a atender mejor las necesidades de segmentos más sofisticados, hasta desbancar a los players preexistentes, que estaban “distraídos” en una carrera en que ya venían compitiendo por décadas, sin innovación alguna. Si esto no es cambiar el modelo, es porque algunos no están entendiendo que el mundo y el mercado cambiaron.
