Que los CIOs ya no son esos señores sentados detrás de solo cables, servidores y data centers, preocupados esencialmente de que las plataformas sigan operando, ya no cabe duda. Su rol ha ido evolucionando, pero quizás más que nunca ahora deben acelerar el paso para lograr estar a la par de los nuevos tiempos. Y es que la Transformación Digital, que impregna con un nuevo aire a la empresa, implica numerosos cambios y también, por supuesto, desafíos.
“La Transformación Digital permite a las compañías incorporar tecnología habilitante en los diferentes procesos que componen su cadena de valor, rediseñando la misma para generar nuevos modelos de negocio y de operación”, detalla Marco Orellana, Gerente Corporativo TICA de Codelco, destacado líder TI que fue uno de los panelistas de CIO Update.
Agrega que “a la vez, es una oportunidad para impactar y cambiar la cultura de la empresa, transitando a una alineada con el cambio permanente que implican estas tecnologías y generando espacios para la innovación que permitan el despliegue del potencial de todos quienes la componen”.
Pero, ¿qué rol le cabe al CIO en esta nueva etapa? Lo expertos coinciden: llegó la hora de hacerse cargo de liderar esta transformación. Según Alfredo Barriga, Consultor en Transformación Digital e Innovación y quien también fue relator del CIO Update 2016, el rol tradicional del CIO cambia, desde ser un ejecutor de proyectos digitales a ser un experto en contratar servicios basados en TIC y administrador de SLAs (niveles de servicio) bien diseñados. Es decir, transita de ser un ejecutor a un experto de negocios en tecnologías digitales.
Marco Orellana, CODELCO. Alfredo Barriga, KNOWLEDGE. Ariel La Paz, UNIVERSIDAD DE CHILE.
En tanto, para el también relator del CIO Update, Ariel La Paz, Profesor, Consultor e Investigador de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, “el CIO debe ahora enfocarse en el (re) diseño de modelos de negocio, liderar procesos de innovación, cambio y transformación organizacional, y evaluar las posibilidades de negocios en términos de valor económico. Esto en un área en que es muy difícil llevar a números los beneficios y costos de las apuestas tecnológicas”.
Dada su cercanía con la tecnología y la visibilidad que, por su cargo, posee de los procesos de la empresa y su entorno, “se espera que el CIO sea un motor para este cambio, un impulsor, evangelizador, que además aporte liderazgo y conducción al proceso”, agrega el ejecutivo de Codelco.
Nuevos retos que asumir
Además de este cambio del rol tradicional del CIO, Alfredo Barriga -quien también es socio fundador de Knowledge- advierte que se genera ahora un nuevo rol, que tal vez sea tomado por el CIO y tal vez no. “Se trata del CTO, o Chief Technical Officer, cuya misión es identificar cuáles tecnologías son las estratégicas para la organización de cara a los paradigmas del siglo 21, y elaborar una estrategia digital, que incluya una Transformación Digital. Es muy posible que este rol se contrate como consultoría externa en muchas organizaciones”, agrega.
En el caso del CTO, añade, “el principal reto a asumir es que exista una estrategia digital en la empresa y que esta sea estratégica de verdad, no solo en el nombre. Para el CIO, en tanto, será hacerse realmente un experto de negocios en tecnologías digitales, más que un ejecutor de proyectos digitales”. Su desafío se concentra “principalmente en el desarrollo de habilidades gerenciales más que técnicas, y en enfocar las TI como oportunidades de negocio en vez de condición necesaria para la continuidad operativa”, complementa Ariel La Paz.
¿Adaptarse o morir?
Para los CIOs el camino parece claro: adaptarse a este nuevo rol y estos nuevos retos, o quedar rezagados. Y es que día a día la necesidad de contar con nuevas competencias es más demandante. “Si el CIO no se adapta, en el mejor de los casos quedará relegado a un rol de soporte, sin capacidad para influir en el desarrollo de la empresa y, por cierto, de su área, ya que será manejado por los cambios que se definan”, comenta Marco Orellana.
Pero no se trata solo de un impacto a nivel personal en la carrera del CIO, pues los expertos coinciden en que la falta de más CIOs con una visión moderna, “limita el desarrollo de los nuevos modelos de negocio de las compañías y servicios del sector público, aumentando la brecha que ya existe entre las economías desarrolladas y las de países en vías de desarrollo”, señala el Profesor de la Universidad de Chile.
Esta falta de adaptación del CIO, sin duda, puede afectar a la empresa, retrasando su integración a un mundo que se digitaliza, “haciendo que esta pierda oportunidades y pueda ver mermada su capacidad de desarrollo, al no contar con el motor del cambio digital que debió ser el CIO”, añade el Gerente Corporativo TICA de Codelco. Y, en el peor de los casos, agrega Alfredo Barriga, “la empresa en la que trabaja no se adaptará a los nuevos paradigmas y estará en peligro de desaparecer”.
Desarrollando habilidades
El cambio de rol requiere, por supuesto, de nuevas habilidades, principalmente aquellas conocidas como blandas, que no son comunes en esta posición. Como CIO tendrá que desarrollar muchas habilidades blandas relacionadas con la interacción con las personas. “Necesitará manejar una gerencia del cambio continua, consiguiendo la adhesión de las personas que trabajan en la empresa a todo lo que sea adopción de tecnologías, venciendo barreras de resistencia en la incorporación de las mismas, en ambientes que se pondrán tensos en ocasiones debido al impacto que tendrá sobre el empleo”, agrega el fundador de Knowledge. “Deberá conseguir una apropiación digital por parte de los trabajadores, que va a ser esencial para que la adopción de nuevas tecnologías sea un éxito”, continúa el ejecutivo.
Esa capacidad para influir y empatizar, colocarse en el lugar del otro para lograr un cambio y hacer que este permanezca en el tiempo, será clave. Así lo cree el ejecutivo de Codelco, para quien es esencial que el CIO sea resiliente para insistir una y otra vez hasta lograr que el sistema despliegue su potencial. Expandir la mirada holística y de conjunto de la empresa, pero sin perder el foco en el negocio, será también fundamental, de manera de priorizar adecuadamente los esfuerzos de digitalización en pro de los objetivos de negocio.
“El CIO que tome este desafío, sin lugar a dudas tendrá una tarea difícil pero plena de motivación y desarrollo profesional y personal. No existe nada más gratificante en nuestra área que acompañar a nuestros colegas en un proceso de Transformación Digital, y es que parte importante del éxito futuro y la sustentabilidad de estos cambios pasa por desarrollar exitosamente la cultura que la acompañe”, concluye Marco Orellana.