La interoperabilidad en el sistema de salud chileno implica la integración e intercambio de datos entre hospitales públicos, clínicas privadas, laboratorios y otros prestadores de atención médica. Con su efectiva implementación se puede generar distintos beneficios dependiendo del rol que se cumpla en la red de servicios de atención de salud.
Por ejemplo, a nivel administrativo, optimiza el uso de recursos de la red, previniendo la duplicidad de tratamientos farmacológicos y el uso excesivo de exámenes. Para los profesionales de la salud, tener acceso a las fichas clínicas e historial médico de cada paciente, permite una mirada en 360° sobre su estado de salud y tratamiento, habilitando una toma de decisiones más veloz y certera.
Por su parte, para un paciente, la interoperabilidad permite que la información de todas las visitas a la red de salud esté disponible constantemente, evitando la toma excesiva de exámenes y acelerando el proceso de decisión sobre los tratamientos que debe tener cada persona. En líneas generales, interoperar facilita todos los procesos de decisión y mejora la experiencia de todas las personas que participan de una red.
No obstante, uno de los principales desafíos para lograr la interoperabilidad en el sistema de salud chileno es la adopción en profundidad de estándares internacionales. Actualmente, las instituciones de salud utilizan sistemas de información heterogéneos con diferentes formatos y protocolos, lo que dificulta la comunicación y el intercambio de datos entre ellos.
Factores a considerar para la interoperabilidad
Un factor relevante a tomar en cuenta es saber dónde están siendo alojados los registros de esas tecnologías desde la perspectiva del paciente, porque uno puede tener una ficha clínica única, una ficha clínica interoperable, o tener un historial fragmentado en múltiples tecnologías y no podemos perder de vista la integralidad de los datos y la necesidad de contar con plataformas que permitan acceder a una visión en 360 grados del paciente, con el fin de que quienes deben tomar decisiones respecto de los tratamientos de salud, dispongan de toda la información para satisfacer las necesidades de atención, tanto desde el punto de vista de seguridad clínica como de calidad asistencial.
También es esencial establecer normas y regulaciones que promuevan la adopción de estándares interoperables. La implementación de estos estándares permitiría un flujo de información más fluido y una atención más integrada.
Con ello, la seguridad y la privacidad de los datos de salud son preocupaciones fundamentales en el contexto de la interoperabilidad. El intercambio de información sensible plantea desafíos en términos de protección de la privacidad de los pacientes y la seguridad de los datos. Es necesario establecer un camino regulatorio en la adopción de políticas de seguridad y privacidad para garantizar la confidencialidad y la integridad de la información médica.
La seguridad de la información
En este sentido, la seguridad de la información es un factor clave en el proceso de implementación de un sistema de datos, ya que no solo se necesita resguardar la privacidad de cada paciente, sino que también asegurar que su uso sea el más óptimo y saludable para todos los actores involucrados.
El área de la salud ha crecido en todos los aspectos relacionados a la protección de datos, tanto en cultura de las organizaciones como en la generación de las políticas. De hecho, hoy existen diversos comités de seguridad de la información que se han formado como parte de un proceso que busca acompañar las necesidades de la población en general. Esto se vuelve aún más importante mientras damos pasos hacia la interoperabilidad, que debe funcionar bajo la base de poder intercambiar información entre sistemas, resguardando siempre su seguridad.
Tener una política óptima respecto a datos de pacientes implica contar con una gobernanza en relación con la información, una estrategia, un plan y políticas asociadas para que se puedan minimizar los riesgos asociados a la pérdida o acceso indebido a la información.
De esta manera, la adopción de herramientas tecnológicas en salud, de la mano con el entendimiento de datos de calidad y sanos, más la colaboración en compartir información, son la clave para mejorar la atención de los pacientes y la eficiencia y optimización de los sistemas de salud.
Oportunidades que representa la interoperabilidad
En cuanto a las oportunidades, la interoperabilidad en el sistema de salud chileno tiene el potencial de mejorar significativamente la calidad de la atención médica y la eficiencia del sistema, permitiendo una coordinación más efectiva entre sus distintos actores, reduciendo la duplicación de pruebas y mejorando la toma de decisiones clínicas, haciendo mucho más asequible la telemedicina y la atención remota, brindando acceso a la atención médica a poblaciones desfavorecidas y vulnerables.
La interoperabilidad es fundamental para el avance del sistema de salud chileno en la era digital. Si bien quedan grandes desafíos por superar, sabemos que existen ciertas acciones que se deben concretar y vincular para avanzar hacia una adopción más profunda de estándares en la materia. Hay que trabajar cercanamente con la industria observando experiencias exitosas que permitirán un proceso mejor y más rápido en este camino, así como también es fundamental pensar en una política sustentable, de largo plazo y financiada para poder observar estos beneficios. La incorporación de políticas de seguridad de la información, la mejora en la calidad de los datos, la generación de capital humano capacitado y la comprensión de la importancia de la colaboración, son el camino para un ecosistema completo.
Esto se puede realizar únicamente de la mano de la inclusión de nuevas tecnologías, como Inteligencia Artificial, Analytics, entre otras. Sólo a través de estos esfuerzos conjuntos podremos aprovechar plenamente los beneficios de una atención médica integrada y centrada en el paciente y su correcta implementación contribuirá a un sistema de salud más sólido y resiliente.