Para afianzar el crecimiento de nuestra industria tecnológica necesitamos iniciativas emprendedoras capaces de fortalecerla y transformarla en un sector de clase mundial, otorgando paralelamente a nuestro país la capacidad de generar nuevos proyectos exportables más allá de recursos naturales como el cobre. En este punto, Chile enfrenta un gigantesco desafío donde todavía queda mucho por hacer y donde las iniciativas, tanto del área pública como privada, son fundamentales para avanzar.
Una de las tareas clave fijadas por el Gobierno tiene que ver con duplicar la inversión de nuestro PIB en I+D, cifra que alcanza el 0,4% y nos ubica muy lejos del 2,3% promedio en los países de la OCDE. Este interés está ligado también con generar un ecosistema de emprendimiento que comience en los procesos de I+D y culmine con la creación y éxito de una nueva compañía que genere propiedad intelectual exportable. De ahí la importancia de esfuerzos como la ley que acorta de 22 a siete los días para constituir una empresa, recientemente promulgada.
Esta norma ayuda a reducir no sólo la burocracia, sino también los costos de constitución de una sociedad, llegando incluso a cero para los trámites de su publicación en el Diario Oficial. Una iniciativa correcta, que contribuye a estimular a todos los emprendedores que quieren llegar lejos y aportar al crecimiento del país, al empleo y, por qué no, a hacer de Chile un país más innovador.
Desde las aulas
Lo que hace falta ahora es que el emprendimiento sea fomentado desde las aulas, educando para disminuir el temor al fracaso que genera un proyecto innovador. Además de ello es fundamental entregar apoyo constante a quienes se atreven, de modo tal que las ideas se materialicen y se traduzcan en empresas reales y, por sobre todo, exitosas.
Es así como la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de Información, junto a InnovaChile de Corfo, realizará por tercer año el MBA Contest, concurso de planes de negocios dirigido a alumnos de pre y postgrado, con el objetivo de generar emprendimientos tecnológicos innovadores y con alto potencial de crecimiento, a partir de la creación de un ecosistema apto para su desarrollo. Esta iniciativa contó el año pasado con la participación de más de 900 jóvenes que recibieron las herramientas clave para que sus futuros negocios triunfen y se mantengan en el tiempo.
El apoyo a las buenas ideas es el camino a seguir para construir un país con bases económicas sólidas, pues son éstas las que nos conducirán al pronto desarrollo. Los proyectos innovadores entregan valor agregado a los recursos naturales y mejoran nuestra productividad y competitividad a nivel país, contribuyendo también al crecimiento y dinamismo de una industria TI que apuesta por ser de clase mundial.
