EL NEGOCIO DE LAS APLICACIONES
El software como una competencia clave en el mundo digitalPor Adrián R. Mascheroni, Managing Director, Responsable de la práctica de Technology Consulting para HSA (Sudamérica Hispana) de Accenture.
Las empresas hoy buscan lograr una mayor agilidad en TI. Este cambio viene de la mano de las aplicaciones, cuyo verdadero poder está en la forma en que se encuentran conectadas a fin de crear un sistema personalizado, capaz de administrar tareas de negocios de mayores dimensiones.
La manera de crear software está cambiando. Hasta hace algunos años, los sistemas empresariales grandes y complejos eran la solución para hacer crecer los negocios. Si bien continúan completamente vigentes, las empresas hoy buscan lograr una mayor agilidad en materia de TI para ganar espacio entre sus clientes y consumidores. Este cambio viene de la mano de las aplicaciones.
La creación de aplicaciones ha pasado a ser la especialidad de una nueva generación de desarrolladores ansiosos de dar vida al próximo “Angry Birds” o “Evernote” para teléfonos celulares, tablets y otros dispositivos móviles. Algunas de las ventajas que generan su rápida adopción es que son sencillas, fáciles de usar y personalizadas. Y justamente es este el enfoque que los negocios están considerando para integrar en sus operaciones, de manera estratégica, esta nueva tendencia. Es un esfuerzo que deben hacer las organizaciones para interactuar con clientes que esperan agilidad y rapidez, además de mejorar las experiencias de los usuarios y enriquecer las interacciones personales.
La necesidad de un ecosistema
Sin embargo, se debe considerar que mientras en el mundo del consumo las aplicaciones pueden ser relativamente autónomas, a nivel empresarial se debe contar con algo más que una sola aplicación ágil. Es aquí cuando surge el concepto de “ecosistema”, que consiste en tener aplicaciones que puedan interactuar entre sí para ocuparse de los problemas más desafiantes, sin que cada una de ellas deje de ser una aplicación simple. Para lograrlo de manera exitosa, los negocios necesitan plataformas de software capaces de impulsar nuevos ecosistemas de desarrollo.
Esta tendencia se puede observar muy claramente cuando se comienza a utilizar “tiendas de aplicaciones empresariales”. Las principales empresas ya están liderando esta tendencia: la investigación “High Performance IT” (TI de Alto Rendimiento) de Accenture confirma que el 54% de las compañías de TI de alto rendimiento ya han implantado una tienda de aplicaciones móviles y empresariales, en comparación con solo el 22% de otras organizaciones de TI (http://www.accenture.com/highperformanceit).
Para ilustrar lo que hemos analizado hasta ahora, un buen ejemplo es mencionar lo que realizó una importante aerolínea asiática. Al desarrollar su propia tienda de aplicaciones en el año 2012, la aerolínea buscó impulsar la adopción de aplicaciones móviles en toda la compañía. La razón fundamental para hacerlo fue que el uso creciente de teléfonos celulares en el país ayudaría a impulsar el crecimiento de la aerolínea y a mejorar su productividad y eficiencia operativa, especialmente entre sus 50 mil empleados que utilizan sus teléfonos celulares para trabajar. La aerolínea hace un buen uso de las aplicaciones móviles en áreas como, por ejemplo, el mantenimiento de las aeronaves, los servicios de retroalimentación de los empleados y la automatización de las oficinas móviles. Además la empresa adquirió 2.500 tablets para ofrecer servicios en cabina, lo que la ayudó a lograr una excelente reputación como una de las primeras aerolíneas en adoptar lo último en tecnología móvil.
Pero, como decíamos anteriormente, el verdadero poder de las aplicaciones empresariales está en la manera en que se encuentran combinadas y conectadas, de forma tal de crear un sistema personalizado, capaz de administrar tareas de negocios de mayores dimensiones.
Una forma de pensar híbrida
Otro factor importante es cómo se construyen los sistemas de TI para este nuevo mundo de las aplicaciones. La nueva tendencia consiste en separar las aplicaciones de los sistemas de “back-end” que las respaldan. Tanto las empresas como los proveedores de software ya están modificando la manera en que construyen sus sistemas para facilitar dicha separación. Básicamente, se está resucitando el middleware en la forma de una “plataforma de software” que permita la combinación de aplicaciones modulares como si fueran las piezas de un rompecabezas para crear “sistemas”, a fin de implementar actividades de negocios más complejas. En la práctica, las compañías deberán adoptar una forma de pensar híbrida, con plataformas diferentes (locales y en la nube) para conjuntos de necesidades de negocios diferentes. Cuanto mayor sea la cantidad de servicios disponibles, tanto mayor será la funcionalidad que las aplicaciones podrán apalancar, y tanto más diversas e innovadoras podrán resultar estas aplicaciones.
Los clientes que miran a futuro también desean que sus aplicaciones sean más útiles e inteligentes, razón por la cual se busca incluir cada vez más servicios de “analytics”, ya que estos permiten a los usuarios responder muchas más de sus propias preguntas sobre datos.
A medida que las empresas se involucran más en el nuevo negocio de las aplicaciones, es necesario que los líderes corporativos vuelvan a examinar las capacidades y las estructuras de la organización con el fin de determinar lo que se debe implantar para respaldar esta nueva tendencia. A medida que la tecnología y las estrategias de negocios se vuelvan inseparables, lo más común será contar con equipos multidisciplinarios.
Sin embargo, para muchos (especialmente para TI), esta es una coyuntura crucial. La tarea más apremiante consiste en comprender por completo las implicancias de este entorno de aplicaciones empresariales en constante evolución. Adicionalmente se debe identificar los muchos beneficios que derivan del hecho de que el área comercial asuma roles más importantes para impulsar la creación de aplicaciones nuevas y ágiles. La tarea siguiente consiste en establecer los límites de los nuevos roles, es decir, hasta qué punto TI se concentra cada vez más en el desarrollo de sistemas de “back-end” o se asocia con el negocio en el “front-end”, o ambas cosas.
¿Y cuál es la última tarea? Una total participación en esos roles, sabiendo con certeza que ayudarán a la compañía a transformarse en un verdadero negocio digital.