INTERNET DE LAS COSAS: La próxima revolución digital

Los beneficios de la Internet de las Cosas pueden ser muchos e insospechados. Sin embargo, será positivo en la medida que la industria se prepare y tome conciencia de los desafíos que esto representa.

Publicado el 29 Feb 2016

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Rodrigo Acevedo.

Dentro de las 10 tendencias estratégicas más importantes de 2015, según Gartner, la Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés), es decir, la interconexión digital de objetos cotidianos con Internet, no solo implica tremendas oportunidades, sino también importantes desafíos.

Es un hecho que cada vez es más y creciente el número de dispositivos conectados a la web. De acuerdo a cifras de la firma internacional, solo en 2015 hubo más de 4.900 millones de cosas conectadas a Internet, en el mundo, lo que se traduce en un aumento de un 30% respecto del año 2014. Asimismo, la consultora pronostica que en cinco años más habrá unos 25.000 millones de cosas conectadas, lo que significa una gran oportunidad de negocios, porque se trata de una tendencia que impulsa servicios y tecnologías que, en la actualidad, alcanzan los US$69.500 millones a nivel global. En América Latina, según la Asociación Internacional de Operadores Móviles, el número de cosas conectadas a las redes de operadores podría alcanzar los 62 millones en los siguientes seis años.

Los retos

Otros datos: esta interconexión implica un enorme consumo de Gigabytes (GB), los que podrían llegar a ser unos 44.000 millones de aquí al año 2020, según los expertos. Esto conlleva un mayor uso de banda ancha, así como de servidores y servicios de almacenamiento para soportar esta creciente demanda de consumo de Internet y datos.

Se hace indispensable, en definitiva, disponer de una infraestructura apropiada y capaz para gestionar todas las máquinas, dispositivos, computadores y gadgets conectados entre sí vía web. También la industria se enfrenta a los desafíos que se relacionan con la entrega de nuevos servicios asociados, en especial aquellos que cuenten con el respaldo y las certificaciones adecuadas; la seguridad de los datos, cada vez más expuestos y, por supuesto, la creación de una legislación acorde a esta nueva tendencia que proteja los derechos y promueva los deberes, tanto de proveedores como de consumidores.

Los beneficios de la Internet de las Cosas pueden ser muchos e insospechados. Por ejemplo, transformar una ciudad y la calidad de vida de ciudadanos y empleados; mejorar la productividad, la ubicuidad, la gestión de negocios, la entretención y mucho más. Todo ello, sin embargo, será positivo en la medida que actualmente la industria se prepare y tome conciencia de los desafíos que representa. De lo contrario, seguiremos soñando con el desarrollo y jugando a ser grandes.

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Redacción

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