Gestión de la innovación

Publicado el 31 Ago 2011

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Hoy difícilmente alguien puede rebatir que la innovación es clave para la competitividad y, por ende, para la supervivencia de cualquier empresa. Y, aunque es ya una verdad aceptada, cuesta encontrar compañías donde exista una cultura de innovación establecida.

Este concepto abraza principalmente la idea de que la innovación debe ser parte de la cultura organizacional de cualquier empresa, en donde todos los empleados, desde la alta dirección hasta el último colaborador, entiendan su importancia y trabajen día a día atentos a cualquier situación que pueda gatillarla.

Es con este objetivo que Corfo desarrolló el concurso “Gestión de la Innovación”, que este año se adjudicó Gechs y que beneficiará directamente a cinco empresas asociadas: DBNet, Miró, Virtual 21, ISC y Orión.

Todas ellas recibirán durante 14 meses la asesoría de una entidad experta en gestión de la innovación, que buscará cumplir con tres objetivos principales:

1) Establecer una cultura pro innovación y pro emprendimiento en las empresas participantes, implementando un programa que incorpore valores, principios y prácticas específicas para fomentar la innovación al interior de las compañías.

2) Transformar a las empresas en una organización para la innovación, que sea capaz de generar y captar ideas y proyectos creativos que contribuyan al desarrollo de las mismas.3) Generar un portafolio de iniciativas de innovación que puedan ser implementadas por la empresa para mejorar su competitividad.

Así entonces, en poco más de un año, se espera poder movilizar a la organización completa de estas cinco empresas beneficiadas para abrir nuevas oportunidades de negocio y agregarle valor a sus procesos de negocios, productos y servicios, todo gracias a la adopción de prácticas que facilitan una cultura de innovación alineada con su estrategia empresarial.

El rol de la innovación en la competitividad

En la industria TIC nacional todavía no asumimos la real importancia que tiene la innovación en la competitividad de nuestras compañías, ni tampoco la necesidad de que ella sea adoptada como parte de la cultura de la organización. Según un estudio realizado por Gechs en el 2010, sólo el 9,8% de las empresas de la industria nacional de software y servicios tenía como prioridad generar investigación, desarrollo e innovación, frente al 37,3% que priorizaba aumentar su número de clientes. La lógica indica que si una firma invierte en I+D+i (investigación y desarrollo e innovación), mejorará sus productos y servicios y, por ende, sus ventas deberían crecer. Pero para hacer de su innovación un factor relevante y efectivo, ésta debe ser integrada por toda la organización.

La industria TIC chilena está creciendo rápidamente, pero no tanto como para cumplir las expectativas que nos hemos planteado. De hecho, el último Indice Global de Innovación (GII), elaborado por la escuela de negocios Insead, reveló que Chile subió cuatro puestos, ocupando el primer lugar entre los países latinoamericanos y de El Caribe, principalmente gracias a que hemos destacado en categorías como: Aranceles Aplicados, Capitalización del Mercado, Regulación, e-Government, Inversión Extranjera y Tasa Impositiva, pero aún estamos bajos en condiciones como Capital Humano e Investigación, que son las categorías de mayor relevancia para promover la innovación.

Como vemos, vamos por buen camino para lograr el ansiado estatus de país desarrollado, e iniciativas como la de Corfo contribuyen certeramente a que integremos la innovación desde nuestras propias empresas.

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Redacción

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