Arturo Alba, Académico Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez: “El factor humano no solo es uno de los habilitadores de la transformación, puede llegar a ser uno de sus principales detractores”

Avanzar hacia una minería inteligente, mediante la integración de tecnologías de primera línea, es parte de los objetivos de la transformación digital de esta industria que apunta a transformar el negocio apalancado en dichas capacidades digitales y que también depende, en gran medida, de la calidad y cantidad del capital humano disponible.

Publicado el 31 Aug 2022

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Arturo Alba.

¿Qué importancia tiene hoy la tecnología en el sector minero?
La transformación de la industria minera debe permitirnos pasar de una minería extractiva a una inteligente y verde, que no solo exporta minerales; también servicios, inteligencia, cuidado del medioambiente y relaciones justas y cercanas con sus comunidades.

Esta minería inteligente y sustentable es la minería del futuro, la cual, a través del uso de las tecnologías de vanguardia, de manera integrada en su cadena de valor, consigue una gestión eficiente del proceso productivo, ahorra energía y protege vidas e infraestructura, garantizando la continuidad operacional. En esta transformación las tecnologías digitales juegan un rol estratégico para la industria minera.

¿Cuáles son los principales retos y necesidades del sector en tecnología?
Creo que es un error poner el énfasis en la tecnología como el principal factor de cambio. En mi opinión, el principal cambio obedece a un nuevo paradigma de valor para la industria, lo que entendemos como minería verde. Este es un cambio estratégico de alto impacto en el cual las tecnologías son un habilitador clave, sumado a contar con una organización ágil, talento con competencias digitales y uso avanzado de la analítica de datos para apoyar la toma de decisiones, entre otros. Evidentemente existen desafíos científicostecnológicos como la interoperabilidad, comunicaciones estables y de latencia cero, ciberseguridad, modelamiento de procesos productivos y uso avanzado de ciencia de datos, entre otros. Sin embargo, los principales obstáculos para avanzar en la transformación de la industria están asociados a los cambios culturales, liderazgos y competencias digitales y, en el corto plazo, las incertidumbres que introduce el proceso constitucional en el que se encuentra Chile.

¿La digitalización ha cambiado la “cara” de la minería?
Creo que la digitalización es un proceso que viene ocurriendo hace muchos años en la minería, entendido como la mera incorporación de tecnología. El cambio sustantivo que está ocurriendo es la transformación digital, entendida más bien como la transformación del negocio apalancado en capacidades digitales. Esto considera una minería verde, que genera valor económico, socio-cultural y ambiental, de forma sostenible, para lo cual incluye aspectos de formación de nuevos profesionales y competencias para gestionar la seguridad en los entornos de Minería 4.0, el establecimiento de políticas y normativas integradas en los modelos operacionales de las empresas, una convergencia de las áreas de TI (Tecnologías de Información), TO (Tecnologías de Operación) y la transformación de las operaciones, el despliegue de nuevas infraestructuras inteligentes para la gestión remota y continua de sus procesos, seguridad física, biométrica y lógica, para la gestión de infraestructuras críticas, e interoperabilidad con proveedores, entre otros.

¿Caminamos ya en Chile hacia una industria minera moderna y digitalizada?
Definitivamente sí lo estamos haciendo, es la única forma de mantener a la industria minera en el sitial mundial que históricamente ha tenido y siendo el gran motor de valor económico para Chile (si lo medimos, entre otros, por su aporte al PIB).

Este es un sector que permanentemente opera de forma ambidiestra: en el presente, optimizando sus operaciones y ejecutando sus planes de desarrollo y también proactivamente transformándose para el futuro. Diversas organizaciones han efectuado aportes significativos en la construcción de esta visión de largo plazo que considera las dimensiones tecnológicas al servicio de esta minería inteligente y sustentable. El Ministerio de Minería, la Corporación Minería de Alta Ley, la Comisión de Productividad, Fundación Chile, el Consejo Minero, el Centro de Estudios del Cobre y la Minería, y las universidades, entre otras, que se reflejan en diversas iniciativas del sector como la elaboración de propuestas estratégicas como la “hoja de ruta 2.0 de la minería chilena” o la creación del Centro Nacional de Pilotaje para la industria minera.

Estos mismos estudios identifican los desafíos del sector en cuanto al desarrollo de talentos, políticas de innovación e incentivos, reglas estables de largo plazo y sinergia entre políticas públicas y privadas para seguir avanzando en el despliegue de capacidades logísticas y tecnológicas, entre otras. Hay otros aspectos actualmente en discusión también de alto impacto para el sector.

¿Cuáles son las principales mejoras que puede liderar la digitalización en la industria minera?
Los impactos para el sector consideran, entre otros, desde aumentos en productividad y eficiencia operacional (uso de activos, reducción de pérdidas e incremenento de flujos de procesamiento); sustentabilidad (reducción de desperdicios, prevención de eventos de riesgo y mejora de seguridad laboral, además de eficiencia en el uso y consumo de agua y energía); y agilidad y velocidad en la gestión (reducción de niveles de inventario, reducción de tiempo de procesos y mantención de equipos). Por otro lado, los proyectos mineros en Chile están pasando progresivamente desde operaciones a rajo abierto a subterránea, este cambio no sería posible sin una intensiva innovación basada en las nuevas tecnologías digitales.

¿Qué innovaciones TI estamos viendo y cuáles serán las principales en los próximos años?
La tecnología 5G es una de las habilitadoras clave para la integración e interoperabilidad de esta cadena de valor, gracias a que su reducción de latencia permite hacer viables operaciones remotas en tiempo real; y su mayor ancho de banda impulsa una gestión de enormes volúmenes de información de datos, imagen y voz, así como aspectos de seguridad, medioambiente y gestión de la continuidad operacional.

Veremos, además, un crecimiento en soluciones basadas en Inteligencia Artificial y Machine Learning en los procesos operativos de la minería, integrando robótica (robots y cobots), el uso de Internet Industrial de las Cosas (sensorización inteligente), Edge y cloud computing. Estos nuevos entornos de operaciones mineras requerirán de nuevas arquitecturas tecnológicas y de seguridad para poder gestionar un entorno productivo en que las TI y TO convergen. El sector verá más soluciones de sus proveedores que integran elementos como drones, análisis de imágenes, mantenimiento prescriptivo, Realidad Aumentada, y automatización de procesos, como ya estamos viendo con transporte y perforación a escala mundial.

¿Qué rol tiene el intercambio de buenas prácticas o experiencias?
Buena parte del valor futuro del negocio minero depende de activos intangibles como licencia social, analítica operacional, mejoras de procesos o nuevas competencias digitales. Este tipo de activos tienen algunas características que los hacen diferentes a los activos tangibles, entre ellos están la enorme sinergia que generan al trabajar de forma integrada, por ejemplo, información de un proceso, más un software analítico y competencias para innovar generan mucho más valor que cada una de estas capacidades individuales. Por esto es relevante el crecimiento de la innovación abierta, entornos de trabajo colaborativo, intercambio de experiencias o buenas prácticas (tanto intra como inter empresas), porque generan un efecto multiplicador del valor de estos intangibles.

Un segundo factor a destacar es que los problemas simples ya están resueltos y solo nos quedan problemas complejos que requieren de soluciones sistémicas que incluyan a múltiples grupos de interés y múltiples disciplinas para su abordaje efectivo.

Existen diversas formas de articular estos ecosistemas de valor y veo a la industria minera avanzando en esta dirección, aunque sigo observando un desafío en la inclusión más activa de la mediana y pequeña minería en este proceso virtuoso de transformación y generación sustentable.

¿La incorporación de tecnología requiere también cultura y talento especializado?
Avanzar hacia una minería como la escrita depende, en gran medida, de la calidad y cantidad del capital humano disponible. En esta dimensión, es prioritario definir las competencias 4.0 que la industria requerirá para la materialización de su visión de futuro. El World Economic Forum, en su reporte “El Futuro del Trabajo” (2020), ha planteado otra serie de desafíos de desarrollo humano para el trabajo post pandemia, donde esboza un concepto que nos parece urgente de discutir: que el factor humano no solo es uno de los principales habilitadores de la transformación, sino que también puede llegar a ser potencialmente uno de sus principales detractores: brechas en conocimientos y liderazgo, incapacidad de atraer y formar talento especializado, y falta de flexibilidad en estructuras de trabajo, son solo algunas de las barreras “Brechas en conocimientos y liderazgo, incapacidad de atraer y formar talento especializado, y falta de flexibilidad en estructuras de trabajo, son solo algunas de las barreras a la adopción de nuevas tecnologías” a la adopción de nuevas tecnologías. En consistencia con estudios del Consejo de Competencias Mineras (2019), las competencias críticas que se requerirán para el éxito de la implementación de la Industria 4.0, corresponden a innovación y pensamiento analítico, aprendizaje activo, resolución de problemas complejos, liderazgo, uso y monitoreo de tecnología, resiliencia y tolerancia al estrés e inteligencia emocional, entre otras. Algunas empresas del sector minero ya tienen identificadas sobre 45 nuevas competencias que se requerirán, lo que demandará un foco importante en formación de capital humano.

Lo que estos informes revelan es que nos encontramos en un punto de inflexión respecto de la evolución de la industria, y del desarrollo humano en el contexto del trabajo moderno. El exponencial desarrollo de la innovación tecnológica se puede aprovechar para liberar el potencial humano, pero también nos puede dejar peligrosamente atrás. Otros estudios demuestran que elementos que evolucionan mucho más lento que la tecnología son la mentalidad humana (en particular, de liderazgo) y la cultura organizacional. Las verdaderas barreras para la adopción de nuevas tecnologías y para la implementación de una minería inteligente radican en los patrones estructurales más profundos de la mentalidad y de la cultura.

¿Qué retos existen para seguir apuntando a una Minería 4.0?
La industria no solo debe asegurar las componentes tecnológicas de esta minería inteligente y sustentable (red de comunicaciones, respaldos en tiempo real, infraestructuras digitales, datos y soporte 24x7x365), sino que también la adecuación de sus prácticas, formación de equipos, nuevos roles y estructuras organizacionales, cambio cultural (así como la adecuación de los contextos laborales para ello), uso avanzado de analítica de datos en la operación y, en general, la transformación de sus modelos operativos.

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Redacción

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