Según el informe Global Risk Landscape 2018 de BDO, basado en un estudio con información entregada por empresas de distintos tamaños en los cinco continentes, solo el 28% de las compañías tienen un modelo operacional y comercial sostenible, invirtiendo adecuadamente en tecnología e innovación para garantizar su éxito a largo plazo.
Este exiguo porcentaje supera la mitad de los encuestados, si se suma el 26% que dice “estar en proceso” de implementar un modelo sostenible, y de actualizar la capacidad tecnológica en consecuencia. Otro 30% de las empresas dice estar en una etapa de desarrollo, y el 16% solo en la de planificación.
Independiente del grado de avance en nuevas tecnologías, todas asumen la relevancia de la innovación para el manejo y gestión del riesgo corporativo, dice Nigel Burbidge, socio / Presidente global de Risk & Advisory Services de BDO, “detectando un cisma creciente entre los líderes innovadores que entienden sobre los riesgos externos, y aquellos cuyo desempeño comercial es débil y están más desafiados por los riesgos operacionales”.
Un riesgo grave –añade- es que el cambio comience a desarrollarse a velocidades desiguales dentro de una empresa y en diferentes direcciones, “si los equipos carecen de una visión única y unificado, el negocio no se moverá como tal”.
Para esto es clave la alta dirección. De acuerdo al informe Global Risk Landscape 2018, el 91% de las empresas de alto rendimiento han elevado el tema de la innovación en la agenda de sus directorios.
“No se debe pretender que la junta de directores y/o inversionistas entiendan todo lo que tiene que ver con la era digital. Sin embargo, deben poder entender lo suficiente como para poder desempeñar un papel eficiente en la toma de decisiones que involucran innovación tecnológica y el servicio de ésta en la estrategia para la generación de valor y mitigación de los riesgos. Esto es parte del Gobierno Estratégico TI que debe ser parte integral del Gobierno Corporativo”, añade Mauricio Magofke, Risk & Advisory Services IT Manager de BDO Chile.
Cuando se habla de innovación y era digital, se debe entender con un enfoque centrado en el cliente y la agilidad. En todas las industrias, se percibió que el beneficio clave de la agilidad era una mayor satisfacción y retención del cliente (68%), seguido de una mayor eficiencia de proceso / costo (51%) y una entrega de producto más rápida (41%). En el entorno on-demand 24/7 en el que operan las empresas digitales, la capacidad de respuesta en tiempo real puede marcar la diferencia entre cumplir un pedido y habilitar una transacción, o presentar una barrera al cliente que lo aleja de su negocio.
El tema regulatorio, con medidas preventivas crecientes, es visto como el de mayor riesgo por todos los encuestados en diversos continentes e industrias. Se visualiza que las autoridades tienen la capacidad de cambiar la forma en que una empresa puede interactuar con sus clientes, los costos de hacerlo y los costos del compromiso, antes de que surjan preocupaciones en el mundo real.
Los temas macroeconómicos son considerados el segundo gran riesgo global, “más aun pensando que en la encuesta no alcanzó a entrar la guerra comercial entre Estados Unidos con la EU y China, que ya no es una batalla entre países, sino que un conflicto que altera todo el orden comercial y macroeconómico mundial, con nuevos acuerdos o, más bien, desacuerdos comerciales y barreras”, añade Mauricio Magofke, de BDO Chile.
A lo anterior se debe sumar un hecho relevante: la renegociación de los acuerdos comerciales de Gran Bretaña con la UE. Según el informe, estos hechos pueden tener efectos colaterales en otros acuerdos comerciales, cambios en el estado económico hasta la solvencia de industrias y países enteros.
El riesgo de la cadena de suministro, se ve naturalmente afectado por el entorno macroeconómico. El tema Brexit, la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y la imposición de aranceles como los que afectan a las importaciones de acero en los Estados Unidos están creando tensiones. El otro escalador más alto, el riesgo ambiental, debe su creciente notoriedad a una marea cada vez mayor de preocupación por la contaminación y el cambio climático.
“Incluso al observar economías como China, que históricamente estuvo relativamente contaminada, vemos cambios significativos”, dice Burbidge. “Hay un creciente reconocimiento entre los gobiernos y muchos grupos de consumidores de que solo tenemos recursos limitados”.
En el aspecto regional y local, los riesgos identificados globalmente se mantienen con una representación similar, sin embargo, debemos considerar que este estudio no ha considerado los últimos eventos de ciberseguridad que ha involucrado actores importantes de todas las industrias, tales como; entidades o servicios del gobierno, telecomunicaciones, salud y entidades financieras.
Según Mauricio Magofke, “los riesgos propios de la ciberseguridad, las nuevas tecnologías, baja inversión en estrategias o arquitecturas de seguridad a nivel local, están demostrando que somos interesantes y potenciales víctimas para organizaciones internacionales que se dedican a explotar estas vulnerabilidades. La reactividad de nuestras autoridades y la escasa experticia en estos aspectos en las medianas y grandes empresas, parecen dar soporte a la máxima que no se trata si hemos sido o no atacados, sino de cuándo lo seremos nuevamente”.