En los últimos años, el volumen de personas que vive en zonas urbanas ha sobrepasado a la población en zonas rurales. Para 2050, según la ONU, esta cifra se proyecta en un 70%, es decir, más de dos tercios de las personas en el mundo vivirán en ciudades, las que serán sin duda epicentro del acontecer en diversos ámbitos: político, social y económico. Con tal número de habitantes y también con tal importancia en el día a día, las ciudades y quienes las administran, tiene claro que la premisa es una sola: proveer las mejores condiciones para que sus habitantes puedan desarrollarse de modo integral y sustentable. ¿Cómo lograrlo? Convertirse en ciudades inteligentes parece ser la respuesta.
Si en algo coinciden los expertos es que las ciudades inteligentes o smart cities son pensadas en pro del bienestar de los ciudadanos. “Es un concepto que esperamos se construya desde los mismos ciudadanos para ellos, con apoyo del Estado, academia e industria”, explica Edelmira Dote Muñoz, Coordinadora Programa Ciudad Inteligente, Corfo Región Metropolitana. Agrega que “el objetivo que persigue tiene que ver con mejorar la calidad de vida de las personas que viven en la urbe, generando soluciones a problemas cotidianos, a través de la introducción y uso de tecnologías”.
“Una ciudad se puede definir como inteligente cuando los ámbitos relativos como las personas, los medios de comunicación, y la infraestructura tienen una relación equilibrada con el desarrollo económico y los recursos naturales locales”, explica Marco Terán, Director de Desarrollo Digital de Fundación País Digital. El objetivo de dicho balance, agrega, es lograr una mejor calidad de vida de los ciudadanos y una gestión adecuada de los recursos naturales aumentando la eficiencia energética.
Edelmira Dote Muñoz, CORFO. Marco Terán, FUNDACIÓN PAÍS DIGITAL.
TI , clave para avanzar
En el año 2015, la Fundación País Digital realizó un estudio que analizó más de 115 iniciativas en 36 ciudades a nivel global, estimando que un chileno que viva en una ciudad inteligente podría tener beneficios económicos reales de US$390, siendo sus principales ahorros en tiempos de transporte, beneficios por uso y medición de servicios públicos (agua, electricidad, gas), así como mejoras en el medioambiente.
En este rumbo a convertirse en una smart city, las tecnologías son trascendentales para avanzar. Apps, redes sociales, OpenData, Internet de las Cosas, Big Data y Analytics son todos desarrollos sin los cuales sería poco viable pensar en que este concepto se haga realidad. Sin embargo, a juicio de los expertos en la materia, es fundamental tener claro que las TI, como en todo orden de proyectos, no son un fin en sí mismas, sino que constituyen un medio, una herramienta para avanzar y generar soluciones que permitan, en definitiva, mejorar las condiciones de vida de los habitantes de una urbe. Una solución distinta y creativa que -como explica el ejecutivo de Fundación País Digital- debe ir acompañada por otros elementos también fundamentales: la ciudadanía, que debe tener la habilidad para conocer y aplicar la información que les entrega esta ciudad inteligente; la institucionalidad, porque tiene las capacidades de coordinación entre los actores participantes y de generar nuevas acciones; y la red de colaboración, ya que considerando las personas y dispositivos de comunicación, también permite dar sustentabilidad en el tiempo.
El avance en las ciudades chilenas
El concepto de ciudad inteligente se ha ido instalando paulatinamente en Chile, señala la ejecutiva de Corfo. Es así como vemos ciudades que poseen o buscan tener una mejor infraestructura y están recibiendo inversión en sus sectores económicos relevantes, impulsando su productividad y conectividad local. “Actualmente existen diversas iniciativas públicas y privadas, y muchos emprendimientos vinculados, que están impulsando una mayor comprensión e identificación con la generación de soluciones en esa línea”, añade la profesional. Por ejemplo, la Agenda Digital tiene dentro de sus medidas contar con 5 ciudades inteligentes en un horizonte de 10 años, algo impensado hace algunos años. Y Santiago sería la primera, a partir del piloto que están desarrollando desde Corfo.
Ya en el año 2014, Fundación País Digital elaboró un Ranking de Ciudades Inteligentes en Chile donde se evaluaron las 11 urbes con una población mayor a 200 mil habitantes, resultando ser Santiago, Puerto Montt y Temuco las que presentaron los mayores avances.
Respecto a los sectores, según coinciden los especialistas, se observa un progreso mayor en transporte público y cómo las personas toman decisiones para movilizarse (peatones, ciclistas y usuarios de transporte público), destacando iniciativas como las vías reversibles y los semáforos inteligentes, el rol de la UOCT que cuenta con información en tiempo real en una experiencia de coordinación entre distintos actores, bicicletas con pedaleo asistido, plataformas que permiten optimizar los tiempos de viaje y un sistema de alerta masiva frente a situaciones de crisis. Se trata de iniciativas ganadoras del concurso impulsado por Corfo para emprendedores de la Región Metropolitana en el marco del concepto de “Ciudades Inteligentes” y que buscan hacer de Santiago una ciudad más amigable, entregando herramientas dinámicas, seguras y sustentables.
Otros ejes relevantes de avance son la seguridad y el medioambiente (medición inteligente y monitoreo de condiciones ambientales) y la eficiencia de recursos naturales.
Los retos
Uno de los principales retos en el avance hacia smart cities tiene que ver con la necesidad de coordinación entre los diferentes actores. “En este sentido, y en el marco del Programa Estratégico Santiago Ciudad Inteligente, estamos promoviendo la gobernanza a partir de un trabajo mancomunado entre sector público, privado, academia y ciudadanía, que permita dar sostenibilidad en el tiempo a este concepto y avanzar en una hoja de ruta para generar proyectos y soluciones para los santiaguinos”, detalla Edelmira Dote Muñoz.
Asimismo, para Marco Terán es esencial “contar con una institucionalidad que sea gestora de las iniciativas y proporcione sustentabilidad en el tiempo, junto con fomentar el conocimiento en los ciudadanos sobre las bondades de nuestras ciudades y empoderarlos en el uso y aplicación de soluciones. Por último, construir un capital social en base a la confianza que permita tener a nuevos emprendedores y empresas que se desafíen en construir iniciativas de ciudades inteligentes”.
Ambos ejecutivos coinciden en que es fundamental tener presente que el ciudadano está en el centro, y las buenas prácticas indican que la aproximación debe considerar la participación de la ciudadanía desde un enfoque bottom-up (de abajo hacia arriba), ya que las soluciones tienen un impacto positivo cuando existe participacion y co-creación de proyectos innovadores en estas.
Experiencias concretas: Transporte y medioambiente
1.-Inteligencia sobre la eficiencia de fiscalización: Vías exclusivas para la circulación de transporte público y su fiscalización con cámaras de vigilancia, con el objetivo de objetivo mejorar la velocidad de desplazamiento de los buses del Transantiago.
2.-Inteligencia usada para el ciudadano informado: Aplicación móvil “Aire Santiago” que permite informar a los santiaguinos sobre la calidad del aire y restricción vehicular.
3.-Inteligencia sobre la efectividad de redes de colaboración: El emprendimiento Kappo es una aplicación móvil que busca fomentar el uso de la bicicleta motivando a las personas a competir con amigos por lograr mejores puntajes por rendimiento del ciclista. Asimismo, añade el beneficio de proveer disponibilidad de información sobre los recorridos reales de los ciclistas para la planificación de ciclovías.
Fuente: Fundación País Digital.