Entendiendo el contexto actual de crisis debido a la pandemia, la transformación digital se ha vuelto un elemento indispensable tanto para las personas como para las empresas a la hora de mantener su rutina.
En efecto, la adopción tecnológica y digitalización de los distintos sectores de la sociedad trae consigo, el uso inteligente de valiosos datos e información, pero también el resguardo de ellos, a través de sistemas cada vez más complejos de ciberseguridad. Bajo esta premisa es que muchas organizaciones no sólo han puesto sus esfuerzos en transformarse digitalmente, sino que se han preocupado por la seguridad en la administración de sus datos y de sus operaciones.
No obstante, como tal no todas han recorrido el camino hacia la digitalización a la misma velocidad, también han avanzado a diferentes ritmos en materia de ciberseguridad.
IDC, con el patrocinio de Claro y Check Point y la opinión de la Alianza Chilena de Ciberseguridad, presentará el Estudio sobre la Madurez de la Ciberseguridad en Chile, el cual busca medir la madurez digital de las empresas y determinar cuál es el escenario de ciberseguridad en las mismas. Todo esto con el fin de establecer una hoja de ruta para la ciberseguridad y su desarrollo desde una perspectiva más allá de la tecnología, incluyendo otros componentes claves en su implementación.
El estudio establece un benchmark de entre al menos cuatro grupos de empresas según su tamaño: microempresas, empresas medianas, grandes empresas y corporaciones, para lo que se consultó a diferentes organizaciones de diversas industrias, a lo largo de Chile. Aquellas empresas analizadas fueron categorizadas en diferentes etapas de madurez de seguridad informática y evaluándolas en cinco dimensiones que incluyen: visión, gestión de riesgos, personas, proceso y tecnologías de seguridad.
Natalia Vega, Country Manager de IDC Chile, señaló que independientemente de la etapa en que las empresas se encuentren “es importante que exista una conjunción de elementos y que el foco de las organizaciones no sea solo la inversión en hardware o en tecnología disponible para la ciberseguridad. Muchas empresas deben poner énfasis en elementos fundamentales como su personal o cultura interna, así como también su propia visión, la que va de la mano con los objetivos comerciales o necesidades financieras o económicas”, recalcó.