Muchas empresas se preguntan por qué adoptar la factura electrónica. Algunos piensan que la decisión implica un gasto más y que al fin de cuentas no se justificaría. Se debe invertir en almacenamiento de datos y en capacitar a todos los usuarios, lo que en definitiva es mucho dinero. “Sigue siendo más simple y económico usar la factura de papel”, me dicen cada vez que hablamos el tema.
Sin embargo, la realidad no es así. Lo cierto es que sin darnos cuenta ya no vivimos en un mundo de papel y la introducción de la factura electrónica es sólo un paso más hacia la digitalización de la economía.
Actualmente, el 95% de la información que se genera en el mundo está en formato digital. Esto incluye desde planillas de cálculo, documentos, música, video, cine y fotografía por nombrar algunas fuentes. Y, como si fuera poco, la cantidad de información y datos que se generan digital-mente cada año se duplica cada 12 meses.
En este escenario, todos aquellos documentos que se generan en forma electrónica como facturas, boletas, informes contables, órdenes de compra, al mantener ese formato, simplifican bastante el proceso, haciéndose más directo, efectivo y sin demoras. A su vez, la factura electrónica en conjunto con la firma electrónica hacen posible que el ciclo de dichos documentos sea seguro y confiable, ya que los certificados digitales permiten asegurar la autenticidad de origen y la integridad de quienes realizan una transacción a través de la red.
Para lograr este fin es necesario informar para infundir confianza. El Gobierno, en conjunto con las empresas involucradas, tanto las usuarias ya existentes como las proveedoras de tecnología para implementar este sistema, deben realizar una labor pedagógica para que el público en general y especialmente la comunidad de negocios, conozcan las ventajas de este nuevo tipo de documentos. Conjuntamente, las instituciones financieras deben generar formas de pago que complementen el ciclo transaccional del comercio electrónico realizado sobre Internet.
La factura electrónica representa un cambio que beneficiará a grandes, medianas y pequeñas empresas. Es una revolución que, en conjunto, permitirá a la economía del país ahorrar más de 300 millones de dólares al año, casi medio punto del PIB chileno. También mejorará la eficiencia en los procesos de pagos y cobranza y los procesos contables serán más transparentes.
Adoptar la factura electrónica es una apuesta segura. Y si aún tiene dudas…recuerde cuando había que hacer la declaración de renta en papel.
Agosto de 2003