Según previsiones de la consultora ABI Research, el mercado de conectividad 5G aportará US$ 508.000 millones al PIB mundial para 2030, y se espera que los despliegues dentro de la fabricación en entornos industriales representen casi un tercio de este PIB, seguidos por la generación de energía, el transporte, la atención médica y la agricultura.
“Estas cifras subrayan el gran tamaño de la oportunidad y el potencial transformador que la conectividad 5G puede tener en la productividad económica mundial, ya sea a través de grandes redes públicas o celulares privadas”, indica Leo Gergs, director y analista en la empresa.
La consultora calcula que una sola fábrica podrá reducir su consumo en varios miles de kilovatios hora al año. Al mismo tiempo, las minas o los yacimientos de petróleo y gas podrían aumentar su producción en decenas de miles de dólares al año y evitar las paradas de producción al minimizar las emergencias críticas a través de la monitorización.
“Lo que cuenta para las empresas, especialmente durante las dificultades económicas, es un argumento convincente que incluya cálculos de retorno de la inversión (ROI), aplicaciones empresariales y escenarios de comparación con otras tecnologías de conectividad inalámbrica”, señala Gergs.