Michael Prendergast, Director General de Tecnologías de Información de Universidad Finis Terrae: La educación en la era de la hiperconectividad

Ante nuevas generaciones nacidas en una época de hiperconectividad, las instituciones educacionales enfrentan el reto de brindar los servicios que cumplan con sus expectativas cada vez más exigentes y críticas. El área TI de la Universidad Finis Terrae tiene claro este desafío y centra sus esfuerzos diarios en ello.

Publicado el 30 Nov 2015

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Michael Prendergast.

¿Qué nivel de criticidad tienen las TIC para la operación de la universidad?
Las TIC son esenciales para la buena operación de la Universidad Finis Terrae. Formamos parte de una red internacional de universidades que reúne a 15 instituciones que buscan potenciar la implementación de las mejores prácticas globalmente, cuidando las particularidades de cada entidad y la normativa de cada país. Es por eso que la Universidad Finis Terrae viene implementando desde hace al menos 6 años, sistemas de clase mundial para la administración académica (Ellucian Banner) y para la administración financiero contable (SAP). A nivel educativo, se integran las mejores tecnologías y prácticas que apoyen el proceso educativo.

¿En qué medida las TI son un aporte en el proceso educativo?
Cada vez más los docentes solicitan apoyo a su proceso educativo usando las TI, para facilitar el aprendizaje de sus alumnos. Contamos con equipos multimedia en las salas, audio, video, acceso global a Internet, a sistemas de e-mail y a laboratorios con hardware y software actualizados, o específicos según Facultad/Carrera, y desarrollamos aplicaciones que apoyan los esfuerzos de los docentes en las salas. Por ejemplo, recientemente entregamos a la Facultad de Medicina una app para iOS y Android, para registrar las actividades clínicas de los alumnos en campus remotos, facilitando este proceso, además del control y evaluación de las actividades por parte de los docentes.

¿Cuál es el impacto de las TI sobre los alumnos?
Entendemos la tecnología como un facilitador del proceso de aprendizaje, es por esa razón que nuestros esfuerzos están orientados a dar conectividad, facilitar el trabajo en equipo, ya sea en forma presencial o a distancia, apoyar a cada unidad educativa a lograr sus objetivos académicos y apoyar a la universidad para que logre cumplir su misión y objetivos estratégicos. Esperamos que nuestros alumnos usen la tecnología para facilitar su proceso de aprendizaje, desarrollar un espíritu de investigación (tenemos acceso a los mejores catálogos bibliográficos electrónicos), colaborar en línea, optimizar el uso de su tiempo, y permanecer conectados, con sus compañeros, profesores y universidad.

¿Qué tan incorporada está la tecnología en las aulas?
Todas las salas de clases tienen equipos de computación con equipos de proyección y conexión a Internet. Esto permite a los docentes conectarse a Internet a voluntad, sin restricción. Disponemos de tecnología de redes que nos da la posibilidad de bloquear o limitar ciertos protocolos en algunas subredes con el objeto de dar prioridad a los procesos académicos. En un mundo en que la demanda por contenido de Internet (a tasas crecientes) crece más rápido que la oferta de ancho de banda, es necesario tarificar y administrar este. Lo anterior nos permite dar prioridad, por ejemplo, a una videoconferencia en tiempo real entre cualquier sala de clases y un campus clínico, o con un docente en una universidad extranjera, o reproducir algún video directamente desde YouTube, si el docente así lo solicita con la anticipación mínima para asegurarle los recursos.

¿Cómo han abordado la tendencia a la movilidad?
No somos una universidad líder en tecnología, por lo que en base al presupuesto disponible, implementamos las mejores prácticas, si estas tienen un impacto tangible y medible en el proceso educativo de los alumnos. Hoy todos tienen acceso a Internet, ya sea desde equipos en laboratorios, portátiles o dispositivos móviles como smartphones. Dada la cantidad de alumnos, docentes y administrativos, tenemos que limitar el uso de ciertos servicios considerados de alto consumo de ancho de banda, con el objeto de favorecer a la mayoría y a los procesos educativos y el acceso en salas de clases y laboratorios.

Hoy la universidad disponibiliza, además del acceso, tres apps para dispositivos iOS y Android: Actividades de Internado UFT, para campos clínicos de Medicina; Mi Finis, con información de noticias, eventos, agenda personal por alumno, uso y cambio de salas, etc; y Terrae Móvil, con información académica conectada a Banner, ramos, notas, etc.

Estamos en permanente contacto con las escuelas y unidades administrativas para detectar requerimientos y ofrecer servicios que puedan ser considerados de valor agregado usando tecnologías web, mobile, etc.

¿Las nuevas generaciones implican nuevos retos en TI?
Por supuesto. Ya del hogar y del colegio traen la costumbre de usar TI, Internet o dispositivos móviles. Viven hiperconectados, y la universidad no puede ser un espacio distinto. Debemos potenciar ese gusto por las tecnologías, y por aplicarlas para facilitar el proceso de aprendizaje, incentivar la investigación, idealmente, incluso el emprendimiento usando TI. Esto impone el desafío de mantener la calidad del servicio con una demanda creciente. Chile no es aún un generador de contenido web, por lo que me atrevería a decir que el 90% de la navegación de nuestros alumnos es por sitios extranjeros, y ese es el ancho de banda más caro, dada nuestra ubicación geográfica. El desafío es conciliar el creciente número de alumnos, la creciente tasa de uso de ancho de banda, con los recursos disponibles y su posible incremento a través del tiempo.

¿Cuáles son sus principales prioridades en el ámbito TI hoy?
En estos momentos, mantener todos los sistemas que hemos desarrollado en forma interna, que apoyan aquellas áreas donde SAP y Banner no tienen un producto o solución específica; seguir potenciando el desarrollo de aplicaciones móviles que ayuden a contactar de mejor forma a las escuelas con sus alumnos; mantener y mejorar los procesos apoyados con Banner Student; pensar en formas creativas de mejorar el ancho de banda disponible final para los alumnos y, en general, preocuparnos de mejorar día a día nuestros servicios a alumnos, docentes y administrativos.

¿Qué aplicaciones son las más usadas por la universidad?
Esto varía entre facultades y carreras, pero en general, todos usan herramientas de ofimática (Microsoft Office en nuestro caso); paquetes estadísticos como SPSS; paquetes como MatLab, Simulink y Wolfrang Mathematica para carreras de Ingeniería; y para las carreras de Arquitectura y Artes Gráficas, software como Abobe Creative Cloud, Autodesk, Final Cut, SketchUp, etc. Todos estas suite apoyan procesos académicos claramente definidos en la malla de estudio de cada ramo, según la carrera y el año de avance en la misma.

¿Qué tendencias TI debiera evaluar una entidad educativa?
Cualquier tecnología que permita eliminar barreras para acceder al conocimiento, al trabajo en equipo y la colaboración, y en general, hacer más accesibles los contenidos y el conocimiento. La tecnología permite bajar los costos de hacer más universal el acceso a dicho contenido.

¿Qué tendencias han integrado en la universidad?
En general, desde el uso de ERP de clase mundial, la virtualización de servidores y el ahorro de energía a nivel de data center local, la implementación de sistemas de BI y data warehousing, usando incluso bases de datos columnares, la interconexión de redes con otras universidades del grupo, el uso de tecnologías móviles en la educación, el uso de portales de trabajo académico colaborativo, el levantamiento de todos los procesos académicos y administrativos y su posterior registro en notación BPMN, y herramientas de desarrollo que optimicen y automaticen la generación de código, etc.

¿Cuáles son los retos en TI?
Yo diría que los problemas técnicos ya están resueltos en general. Lo realmente complejo, es calzar las expectativas de nivel de servicio de usuarios cada vez más exigentes, más conectados, y con un espíritu más crítico. Nuestros esfuerzos diarios van enfocados a buscar soluciones que no solo resuelvan los problemas, sino que lo hagan en el tiempo esperado, con la calidad esperada e, idealmente, dentro de los costos que la institución proyecta. Ese es el gran desafío.

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Redacción

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