1. A medida que los proveedores de servicios van formulando sus planes para el 5G y la Internet de las Cosas (IoT), las redes metro y de acceso seguirán evolucionando:
En el futuro de IoT y las redes 5G, será necesaria una nueva arquitectura de red con mayor capacidad de ampliación de recursos y más flexibilidad. Cada punto en la red tendrá que iniciar una transformación con la finalidad de soportar la inminente demanda de datos. En la actualidad, las principales decisiones a tomar están relacionadas con las redes metro y de acceso.
Aunque las redes 5G siguen a unos años de distancia y mientras IoT siga creciendo, los proveedores de servicios reconocen que las redes metro y de acceso son las de mayor potencial para soportar IoT y 5G. En América Latina, la penetración del 4G LTE sigue siendo baja, pero independientemente de ello, las redes móviles siguen con necesidad de mayor capacidad en sus extremos. Ya sea que se adopte primero el 4G LTE o que este se eluda por completo con un salto directo a las redes 5G, las necesidades de la red evolucionada serán las mismas. Por lo anterior, en 2018 las inversiones se realizarán con estos desarrollos en mente, con plataformas altamente escalables y programables que concentren el tráfico de datos en el extremo de la red.
2. Redes para la entrega de contenidos:
La analítica brindará contenido al usuario de manera más eficiente.
En 2018 se registrará mayor énfasis en las redes dedicadas a la entrega de contenidos (CDN) para brindárselos al usuario de la manera más eficiente posible. Lo anterior no solamente significa acercar los contenidos -algo que se ha estado viendo con la ubicación de centros de datos más cercanos a las ciudades, situados en el extremo de la red-, sino también aumentar la capacidad y el rendimiento. Con lo anterior en mente, los proveedores de servicio instrumentarán soluciones avanzadas de software analítico que utilizan el Big Data y el aprendizaje automatizado para procesar datos acerca de la red y permiten a los proveedores de servicios actuar en consecuencia. Esto podría incluir entender mejor la utilización actual de la capacidad de una red para predecir posibles cuellos de botella, con base en patrones y tendencias de trá- fico. Así, será posible que los proveedores de servicios planeen mejor las actualizaciones de capacidad, almacenen en caché contenidos en video, reciban datos en tiempo real sobre las condiciones de la red para evitar fallos operativos y, que finalmente, logren analizar cuánto contenido atraviesa la red e impacta el rendimiento. Todos estos pasos ayudan a que la calidad de la experiencia permanezca intacta en tanto más usuarios consumen contenidos populares, como la programación de Netflix o la música de Spotify desde la nube.
3. La automatización resolverá retos en un entorno real de múltiples proveedores:
Las redes se vuelven cada vez más complejas y dinámicas y los proveedores de servicio no solamente deben escalarlas con fines de crecimiento, sino que también deben ajustarlas en tiempo real para manejar los peaks de demanda de tráfico, en muchas ocasiones impredecibles. En entornos de múltiples proveedores, el análisis de las redes ópticas empleando hojas de cálculo -un proceso estático, laborioso y propenso al error en la gestión de recursos y servicios de redresulta una opción sumamente tediosa. Las redes automáticas que detectan tendencias, automatizan flujos de trabajo manuales y resuelven problemas potenciales mucho antes de que lleguen a ocurrir, desempeñarán un papel crucial en materia de facultar a los proveedores de servicio para aumentar la eficiencia en casi todos los aspectos de sus operaciones comerciales, a la vez que optimizarán la experiencia del cliente y acelerarán los tiempos de comercialización.
En 2017 presenciamos la automatización de ciertos aspectos de las redes de múltiples proveedores, como el descubrimiento o la creación de servicios a lo largo de distintos dominios, mediante los cuales los proveedores de servicio comenzaron a ver resultados palpables que les dieron un sentido en torno a cuánto podrían simplificar sus operaciones. Ahora que se reflejan los beneficios de la automatización, el siguiente paso es asegurar que extiendan estas capacidades definidas por software hacia otros negocios y sistemas operativos, como la garantía de servicio y la innovación. En 2018 los proveedores de servicio pasarán a casos de uso más sofisticados, con la oferta de nuevos servicios o sumando a la mezcla nuevos proveedores o dominios virtuales. Las posibilidades serán infinitas.
4. Las TI y las telecomunicaciones seguirán confluyendo:
Los proveedores de servicios de telecomunicaciones siempre han empleado técnicas de TI para transformar el hardware y software de sus proveedores en servicios de red que se puedan vender. El crecimiento masivo que han tenido los centros de datos, la computación en nube y la virtualización han obligado esta convergencia entre los mundos de TI y de telecomunicaciones. Ahora seguirán siendo interdependientes el uno del otro y, para sobrevivir, será necesario que sigan formando una mancuerna fuerte y productiva. En 2018 la expectativa es que se tendrá todavía mayor interacción entre ambos grupos, incluso mayor colaboración, y en algunos casos, la consolidación de responsabilidades, antes manejadas por varias personas, las que ahora serán de una sola.
5. El papel del centro de datos, componente crítico de la red:
En 2017 el papel de los centros de datos fue claro: actuaron como clientes en la red. Ahora, en 2018, quedará más claro. En la medida en que las aplicaciones y el contenido se sigan posicionando más cerca del consumidor, la red tendrá que evolucionar. La clave será implementar centros de datos flexibles y dinámicos estrechamente relacionados con las redes ópticas de paquetes subyacentes para crear una red realmente nativa a la nube. Esta tendencia llevará a la jerarquización de la nube, donde los centros de datos estarán situados en el núcleo de la red, en el extremo y dentro de las redes de acceso (es decir, Micro Cloud) para funcionar, como una única entidad de computación e infraestructura para todos los clientes móviles, residenciales y empresariales. Esta configuración exigirá nuevos niveles de rendimiento, auto-servicio de banda ancha y capacidades bajo demanda que solo pueden darse cuando una red se ha desarrollado para soportar la próxima ola por demanda de datos.