La industria chilena aparece como el sector con mayor avance en el Indice de Desarrollo Digital (IDD) que, como ACTI, dimos a conocer en junio, y que también midió el nivel de penetración de las Tecnologías de Información y Comunicación en los hogares y el sector público.
En la mirada general, las empresas alcanzaron un 60,4% de logro en el IDD, con una brecha de 39,6% respecto del ideal, representado por el promedio obtenido por los países de la OCDE. Sin embargo, muestran rezagos que afectan la capacidad de crecimiento y de llevar el negocio más allá de las fronteras de la oficina.
Las compañías chilenas no han invertido lo suficiente en dotar a sus organizaciones y recursos humanos de movilidad por medio de las TI. El IDD reveló que la penetración de notebooks y smartphones en las compañías nacionales sólo alcanza el 27,3%. La distancia de 72,7% del logro ideal es una ventaja que hoy el sector privado no puede dar.
Ambos dispositivos tecnológicos no deben ser considerados un bien suntuario o exclusivo de cargos ejecutivos. Mucho menos objetos de moda.
Lo que hay detrás de la incorporación de notebooks y móviles inteligentes es información. Este insumo básico para la toma de decisiones no puede estar restringido al alcance del cable del computador de escritorio. Esa mirada cierra las puertas a la movilidad de las personas en su función de hacer nuevos negocios o bien de mantener los mismos. A la vez, restringe la oficina, como lugar de trabajo, sólo a sus límites físicos.
Una realidad diferente en los hogares
Prescindir de dispositivos móviles de comunicación a estas alturas es como no dotar de computador a los trabajadores que lo requieren. Chile exhibe un 68,3% de penetración de PCs personales en empleados de oficina, según el IDD. Lo que si bien no es malo, tampoco es excelente.
La baja adopción de estos equipos se suma a que, ante su falta, la compañía también desaprovecha la conexión a banda ancha. Sobre el punto es relevante señalar que las empresas, según el IDD, tienen una penetración de 52,9% de banda ancha.
Estos resultados se estrellan con la realidad de los hogares. En éstos, sus integrantes, en su doble condición de personas y trabajadores, sí adoptan el servicio de Internet. Un 67,2% de los habitantes accede a banda ancha móvil y un 59,8% de los hogares está conectado a la banda ancha fija. Es decir, las personas en su mayoría sí adoptan la conectividad y movilidad en su vida diaria. Así, no habría excusa en cuanto a falta de alfabetización digital.
Un mejor rendimiento del negocio
Con todo, si vemos los accesos a banda ancha, a notebooks, smartphones, e incluso computadores, nos encontramos que en las firmas chilenas hay un buen margen que mejorar respecto al uso y acceso a las Tecnologías de Información y Comunicación.
Con estos antecedentes es posible asegurar que una mayor incorporación de movilidad y conectividad a las empresas, por medio de las TIC, y un uso intensivo de los dispositivos móviles, aportará al mejor desempeño de las personas y, por ende, a un mejor rendimiento del negocio.
Finalmente, la reflexión que cabe es que si bien Chile tiene un IDD de 62,75%, este desarrollo no es uniforme a nivel de hogares, empresas y sector público. Más aún, dentro de cada sector estudiado hay diferencias que deben ser eliminadas para entrar de lleno a la Sociedad del Conocimiento a la que nos enfrenta la tecnología.