Esteban Galuzzi.
¿Te imaginas lo que sería vivir sin tener una conexión a Internet permanente a la hora de trabajar? Ahora acostumbrados y dependientes del Wi-Fi y la Internet móvil, olvidamos cómo era el mundo cuando había que volver a revisar el e-mail a la oficina cada vez que alguien nos avisaba (¡por teléfono!) de un nuevo mensaje. Todo esto cambió a principios de la década del 2000, cuando se lanzaron equipos dotados de tecnología Centrino que hicieron posible la masificación de Internet inalámbrica.
Ahora, y con miras hacia el mundo móvil de dispositivos cada vez más pequeños y potentes, el área corporativa comienza a adaptar lo que los consumidores tienen hace algún tiempo: la capacidad de desplegar cualquier tipo de herramienta y función desde un dispositivo tan diferente como un smartphone, tablet o notebook, sin que sus funciones se vean alteradas o limitadas. Para 2015 se espera que existan más de 15.000 millones de dispositivos conectados a la red, muchos de ellos desde entornos laborales. Para Latinoamérica, se estima que este 2014, del total de tabletas compradas, 20% sea destinado al uso corporativo, lo que comprueba el creciente incremento en la adopción de los dispositivos móviles en el campo corporativo.
La revolución tecnológica de la movilidad no se limitó al acceso omnipresente del correo electrónico u otras herramientas de mensajería, sino que desafió a las compañías a enfrentarse a una nueva generación de políticas relativas a la tecnología en el lugar de trabajo. Si bien el BYOD (Bring Your Own Device) significó la primera oleada de dispositivos móviles y personales en el entorno laboral, fue solo la primera parte de una tendencia que ha llegado para quedarse. Aún creciendo en la Región, ahora también las compañías están adoptando el llamado “Mobile First”, es decir, preparar la infraestructura de la organización y sus herramientas internas para el mundo del ejecutivo conectado -y no necesariamente desde su PC de escritorio-. De hecho, según los datos reportados por IDC en 2013, 47% de las compañías de los países de Latinoamérica cuenta con plataformas de gerenciamiento de control del uso de dispositivos móviles para fines personales en el ámbito corporativo.
Productividad
Definitivamente este fenómeno llamado movilidad ha transformado el hacer negocios, algo que el sector empresarial aprovechó para mejorar la competitividad del sector, particularmente las Pymes, que son parte de los grandes compradores de tecnología en el retail tradicional. Las tecnologías representan una gran ayuda para las compañías pequeñas, pues su uso permite un crecimiento importante, ya que el éxito hoy se mide entre empresarios conectados a la economía global y aquellos que todavía no se ven beneficiados de la interconexión y las nuevas oportunidades de negocio que trae la conectividad. Y aunque al hablar de movilidad nos enfocamos en las soluciones de cloud y otros servicios B2B, los dispositivos móviles físicos también tienen una cuota de importancia, pues deben poseer un diseño que soporte la vida de trabajo remoto y móvil. En Chile, el 10% de las Pymes tiene computadores con 4 o más años de antigüedad y el promedio en empresas de entre 1-19 empleados aumenta aún más. El gran problema es que esto tiene un impacto en la productividad. La media de horas perdidas por desperfectos o baja en el rendimiento de los equipos es 2,1 veces mayor que con los nuevos. Pero la preocupación en oficinas pequeñas o emprendimientos en casa está cambiando: un estudio de Intel reveló que a la hora de adquirir productos tecnológicos, las Pymes chilenas no solo se preocupan por el tipo y diseño del dispositivo, sino que además por su procesador, es decir, por la capacidad del equipo. Por ejemplo, según la misma encuesta, el 85% de los arquitectos chilenos se fija en la capacidad de procesamiento al elegir un computador, y el uso de los dispositivos de computación portátiles como notebooks o 2 en 1 (mezcla entre movilidad y laptops) tiene las preferencias de los usuarios, con un 37%, seguido de cerca por los computadores de escritorio que, con un 23%, ocupan el segundo lugar.
Un ejemplo claro de esta tendencia, según el último estudio de Intel, es que un 47% de las empresas chilenas pretende adquirir un dispositivo móvil este semestre, pensando en compatibilizar las labores corporativas o de trabajo, con las de la vida privada. Una de las razones que ha impulsado a que este fenómeno crezca a pasos agigantados se debe a que el desarrollo de la tecnología móvil ha acompañado al sector corporativo entregando soluciones para labores remotas, teletrabajo y, especialmente pensando en la mujer, se pueden encontrar equipos altamente potentes, con diseños livianos y portables con duración de batería prolongada, que permiten llevar todo el escritorio de la oficina en la cartera personal con total seguridad.
Sin embargo, frente a esta nueva tendencia no todos los trabajadores se ajustan a una definición única de lo que significa ser “móviles”. Cada empleado puede necesitar un dispositivo portátil para un uso específico, que puede ser utilizado dentro de un edificio de oficinas, desde un café, el lugar de trabajo de un cliente o hasta desde una tienda. Los colaboradores de hoy quieren más flexibilidad para trabajar donde y cuando puedan. Por ejemplo, en el caso de Intel, los empleados dicen ahorrar un promedio de 57 minutos al día usando dispositivos móviles, esto significa casi una hora de productividad más cada día, simplemente proporcionándoles una manera diferente de trabajar.
Políticas de movilidad
Uno de los dispositivos que se han transformado en un gran aliado y complemento a la hora de trabajar son los tablets. Según IDC, un 27% de las empresas en nuestro país los utilizan para sus labores, y su nivel de penetración es mayor en empresas que tienen entre 10 a 99 empleados.
Los tablets se han convertido en un referente en cuanto a lo que es movilidad en el trabajo, ya que son livianos, pequeños y hoy ya cuentan con un gran rendimiento pensando en la empresa y sus exigencias, lo que los hace ser un excelente dispositivo complementario para el trabajo de hoy.
A pesar de los importantes beneficios de productividad que estos cambios traen consigo, este entorno de rápido movimiento es cada vez más complejo, pues se requiere que las políticas y cultura de las compañías, no importa su tamaño, avancen junto a este crecimiento. El uso de múltiples dispositivos conduce a un aumento de las preocupaciones de seguridad y desafíos de gestión.
De hecho, cifras de Citrix a nivel global reflejan que para el 71% de las empresas la movilidad es la máxima prioridad de su negocio y un 63% cree que es el factor más importante para ayudar a su organización a lograr una ventaja competitiva, para lograr resolver cuestiones laborales con mayor celeridad, contar con una mayor flexibilidad para atender los requerimientos de los clientes, motivar al staff y reducir costos.
Es tal la tendencia hacia lo móvil, que el mercado ya está preparado con equipos de alta y media gama con el objetivo de satisfacer las exigencias de diseño y rendimiento del consumidor para el trabajo móvil. Así es como hoy es posible encontrar en los grandes mercados muchos dispositivos hechos para satisfacer de manera casi personalizada las necesidades de cada consumidor, donde los computadores “All-in-One”, los tradicionales desktops y los modernos NUC permiten ahorrar espacio y energía, contando con un alto soporte tecnológico de los fabricantes. Además, los nuevos PCs son capaces de ejecutar sin problemas toda la carga laboral, respondiendo a un mercado que podría ser catalogado en cifras como de consumo, pero con exigencias y necesidades de negocios.
Entonces, lo que se ve como el desafío y lo que nos falta sumar a la ecuación es implementar políticas de movilidad en las empresas, pues la mirada en un refrescamiento tecnológico ya existe y de a poco se está transformando en una tendencia en Chile y el mundo.