Dimitris Bertsimas, Profesor de Investigación de Operaciones MIT Sloan: “Las tecnologías innovadoras en salud son un cambio significativo, pero desafiante”

En el marco de la conferencia “Análisis Estratégico: Cambiando el Futuro de la Salud”, organizada por la Universidad de Chile y MIT Sloan Latin America Office (MSLAO), el especialista en tecnología médica comentó su visión sobre la adopción de tecnologías disruptivas en el sector.

Publicado el 30 Jun 2017

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Dimitris Bertsimas.

En su opinión, ¿qué tendencias vienen en tecnologías aplicadas al sector de salud?
La primera, en términos de importancia, es la adopción de registros electrónicos médicos, que de acuerdo a lo que vimos en las presentaciones, en el marco de este seminario, pasó de 20% de uso en 1990 a casi 96% de uso en 2016. Esto da la capacidad de tener una visión global de un paciente en todas sus interacciones con un servicio de salud. Tener los datos en un sistema electrónico, diría, ha sido un elemento relevante en este sector.

Lo segundo, es el desarrollo de innovaciones en tecnologías en otras áreas de la salud, nuevos dispositivos o artículos tecnológicos wearables. Por ejemplo, con el reloj de Apple puedes medir los pasos que das, la presión sanguínea e incluso tu temperatura. Existen iniciativas en desarrollo como artículos que pueden medir el nivel de glucosa en la sangre y que trabajan en base a un monitoreo continuo. He visto estos desarrollos y si bien no tienen aún un nivel de adopción masivo, ya existen. Creo que, a futuro, tendremos aplicaciones que pueden hacer un monitoreo continuo de los signos vitales.

¿Y qué pasa con los desarrollos en áreas directamente ligadas con la medicina?
Esa sería una tercera área de desarrollo, que son las innovaciones en imagenología, que son infinitas. Está la llamada tecnología de radioterapia de intensidad modulada (IMRT, por sus siglas en inglés), que es una modalidad avanzada de radioterapia de alta precisión para administrar dosis de radiación precisas a un tumor maligno o áreas específicas dentro del tumor y no a células aledañas a este. Este avance solo se ha adoptado en los últimos cinco años, aproximadamente, y si bien no conozco todos los alcances de las nuevas tecnologías, las opciones son infinitas en cuanto a nuevos dispositivos y formas de interactuar con el cuerpo.

En cuanto a los niveles de adopción, ¿cuáles son los inhibidores principales?
Bueno, el tren ya dejó la estación, en el sentido de que ya tenemos un 96% de adopción de registros médicos electrónicos; entonces, al menos en Estados Unidos, el progreso ha sido significativo. Los dispositivos wearables ya son una realidad, aunque no muy accesibles por precios. Y las innovaciones con la información relacionada al genoma también es algo que ya está en desarrollo. Esto, en mi opinión, es un elemento disruptivo en el estudio de patologías relacionadas con el cáncer. Con esto es posible percibir que el cáncer no es solo una enfermedad, sino que tiene que ver con la transformación de algunos genes y que cada cáncer es diferente y debería atacarse mediante distintos métodos. Este es un mundo interesante.

¿Existe interés en desarrollar emprendimientos relacionados con estas innovaciones?
Al menos en Estados Unidos, que es el mercado con el que estoy más familiarizado, hay mucho interés por parte de fondos de inversiones y de capital de riesgo por participar en empresas de analítica especializadas en salud, pero por supuesto, como todas las cosas nuevas, toma un tiempo en que se masifique su adopción. No diría que hay oposición, pero, como en todo desarrollo nuevo, hay cierta resistencia. Hace muchos años tampoco teníamos Internet y hoy está en todas partes. Lo mismo pasa con la medicina personalizada, que es mi área de experiencia: las áreas que no son personalizadas hoy en día lo serán en 10 años más y en unos 20 años debieran ser completamente personalizadas.

¿Cómo se aplica la tecnología en la medicina personalizada?
En medicina tradicional, si hay dos pacientes completamente distintos con síntomas completamente iguales, lo más probable es que ambos reciban el mismo tratamiento. La medicina personalizada implica que, basado en el historial médico de cada paciente y considerando factores hereditarios e incluso culturales, obtendrás distintos tratamientos, tratamientos personalizados.

Para poder implementar la medicina personalizada es necesario contar con muchísima información de los pacientes, y en eso el Big Data es muy relevante. Ya contamos con los registros clínicos electrónicos disponibles, por lo que es posible hacer una búsqueda precisa a través de toda la información de cientos de miles de personas y con ello ver lo que ha pasado a lo largo de su historia. Se necesita una cantidad de data muy significativa para trabajar con medicina personalizada, pero la verdad es que la tecnología ya está.

Al menos en mi equipo en el MIT tenemos varios grupos de estudio con distintas enfermedades, como cardiovasculares, cáncer, diabetes, hipertensión y alzheimer, entre otras. Nuestra visión es poder trabajar con medicina aplicada directamente a una persona, no solo a sus síntomas, y para que esto tenga sentido, es necesario cambiar el sistema de salud e incluso el sistema de enseñanza de los médicos para que se puedan adaptar a esto. Pero como todo lo que tiene un gran impacto a nivel mundial, no es sencillo de implementar y adoptar.

¿Es el cambio cultural una dificultad en este tema?
Sí, lo es. Pero también es posible cambiar. Creo que la clave es la educación. Primero hay que generar el conocimiento, y las universidades que son centros de investigación están bien posicionadas en ese sentido. MIT Sloan, como una universidad de investigación, construye conocimiento. De hecho, mi grupo de trabajo genera documentos que están disponibles para crear conocimiento e informar a la comunidad. Pero luego, para aplicarlo en el mundo real, es necesario educar a los médicos. Personalmente, visualizo que en los próximos años, al menos desde el MIT, trataremos que sea una realidad el educar a los doctores jóvenes en analítica de datos y las diferentes formas de pensar, y la manera de hacerlo es enseñar desde el nuevo conocimiento que estamos generando.

Un segundo paso sería llegar a las generaciones mayores. No será algo fácil, porque, al menos en la industria de cuidados de la salud, la forma en que educamos es exactamente la misma que existía en los años 20, cuando la Universidad John Hopkins, situada en Baltimore, adoptó en ese momento un nuevo sistema de enseñanza que hoy, 100 años después, sigue siendo el modelo de “un tratamiento que se ajusta a todo”. Ahora creemos que es necesario cambiar lo que es importante, lo que se enseña y la forma en que se enseña. Todo esto de implementar tecnologías innovadoras en salud es un cambio significativo, pero desafiante a la vez.

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Redacción

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