Una industria sin cifras obstaculiza el desarrollo

Si bien las TIC ya están instaladas en Chile, es inquietante e incierto no poder contar con estadísticas para predecir el comportamiento o la evolución de un proceso y, en base a esto, impulsar estrategias de negocio correctamente fundadas.

Publicado el 30 Sep 2015

col2a

Jaime Soto.

Las TIC están progresando con gran velocidad a nivel mundial, y en Chile la tendencia se está replicando cada vez en mayor medida. Sin embargo, la rápida evolución que ha mostrado la industria, así como su creciente aplicación en los distintos rubros en que ya se incluyen las Tecnologías de Información como integrantes clave, ha obligado a que muchas de estas etapas se hayan debido realizar sin un precedente, sin un mayor análisis y principalmente en formato de prueba y error.

Si bien los resultados han demostrado estar bien encaminados, trabajar sin un piso que científicamente teorice y explique los comportamientos futuros, nos obliga a seguir ‘probando’, volviéndose imposible establecer la estrategia y lineamientos para que el modelo de negocio, las empresas y los diferentes rubros cometan el menor número de errores posible.

Hoy podemos decir que las TIC ya están instaladas en Chile, e incluso podemos aventurarnos a pronosticar que su rápido progreso no tendrá una baja de velocidad pronto.

Sin embargo, cuando nos enfrentamos a cambios, en particular a aquellos sin precedentes, resulta inquietante y muy incierto el no poder contar con datos y estadísticas que nos permitan predecir el comportamiento o la evolución de un proceso y, en base a esto, siquiera realizar estrategias de negocio correctamente fundadas, lo que además limita el potencial que tienen las tecnologías en nuestro país, cuyo aporte aplica en todo ámbito y es aún difícil de estimar.

Una demografía real de las TIC en el país

Es por ello que en la actualidad, cuando ya vemos que la industria ostenta un nivel de crecimiento y protagonismo destacable en el país, es muy importante y a su vez, urgente, que desde los organismos públicos, así como los privados, se incentive la realización de los estudios y la investigación adecuada para poder contar con una demografía real de las TIC en el país, de su aporte concreto por rubro y de sus proyecciones de forma unificada y oficial.

Solo una vez que la recolección de datos propios de la industria ya esté en proceso, podremos contar con una perspectiva mucho más amplia sobre sus dimensiones y la magnitud de su aporte y, en base a esto, será posible calcular los puntos en el país donde su participación es más endeble y requiere de atención, así como también comprender dónde se encuentran sus puntos fuertes y relación con la realidad particular de Chile, lo que a su vez permite potenciar aún más aquellos sectores donde sus beneficios son mayores.

Lo anterior nos orienta directamente a la planificación de estrategias de negocios bien encaminados, realistas y ambiciosos en su justa medida, todos los que colindan en convertir a Chile finalmente en un país desarrollado, en uno que potencia de muy buena manera los recursos con los que cuenta.

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Redacción

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