A cuatro meses de que se anunciara el encendido oficial de las redes 5G, y que convirtiera a Chile en el primer país de Latinoamérica en contar con esta tecnología, ya se alcanzaban las 545.323 conexiones. Según datos de la Subtel, solamente en los cuatro primeros meses se llegó al mismo número de accesos que el logrado por el 4G en todo un año.
El tráfico de datos 5G comenzó en enero y en abril representaba sólo un 0,7% a nivel nacional. Sin embargo, su crecimiento en dicho mes fue de 1.359%, superando en casi 6 veces el tráfico 2G en el mismo periodo. Pero las cifras son elocuentes: 996% de crecimiento en el primer cuatrimestre del año.
Durante lo que resta del 2022 seguiremos viendo cómo las empresas completen la fase regulatoria de implementación de sus redes 5G. Y el próximo año será de cobertura comercial, donde comenzarán a desarrollar alianzas y a diferenciarse por valor. Es decir, vendrá la competencia por atraer clientes y vender productos, servicios y aplicaciones específicamente diseñados para la tecnología 5G.
Si bien hay poca duda de que la industria cumplirá los objetivos de disponer en el corto o mediano plazo de redes 5G de máxima calidad para Chile, serán otros actores los que también deberán sumarse para desarrollar en conjunto la creatividad y la oferta que alimente con contenido y aplicaciones ad-hoc. La medicina, la automatización, la educación, cultura, entretenimiento, entre otros, están llamados a ser también actores de esta revolución.
Con la recaudación en la licitación de USD 453 millones, las inversiones millonarias por parte de las telcos ya están trazadas para conectar digitalmente zonas urbanas y rurales. En ese sentido, la promesa de ciudades inteligentes irá poco a poco tomando forma, con ecosistemas interconectados y aplicativos más robustos.
Mientras que en Europa ya toma fuerza y se pilotea con ciudades inteligentes, vehículos autónomos, el Metaverso y tantos otros conceptos que las redes de quinta generación permiten imaginar; Chile está liderando la implementación del 5G, al menos en Latinoamérica, con altos estándares, sin dejar de mirar con atención a los países que llevan la delantera para replicar y mejorar esas experiencias.
Quizás podamos repetir lo que hizo la industria con la portabilidad, donde el país se subió bastante tarde a la tecnología, pero cuando se hizo, se supo aplicar la experiencia de otros países y se logró que el despliegue fuera impecable, siendo hoy en día una de las mejores de la región.
Es importante considerar que junto al despliegue del 5G, se requiere también el de las redes de fibra óptica con la más amplia cobertura y calidad, para lo cual se han venido desarrollando en Chile importantes iniciativas tanto públicas como privadas. Rápidamente, el ecosistema de telecomunicaciones va avanzando, mientras, seguirá cambiando significativamente la forma de vivir de todo el país.
En este punto es crítico que tanto empresas, instituciones públicas y la misma industria, sean conscientes y tengan claro qué papel quieren jugar para aprovechar las super capacidades del 5G y ser más competitivos, lanzar nuevos servicios, mejorar su oferta actual y optimizar sus procesos de producción. Los Operadores Móviles están realizando un gran esfuerzo para ello y ahora es necesario que el mercado y la sociedad activen la demanda.
