En poco tiempo entrará en marcha el plan Transantiago, proyecto de modernización del transporte público, impulsado por el Gobierno para mejorar la calidad de vida de la gente y potenciar la transformación de Santiago en una ciudad de clase mundial. En un proyecto de tal envergadura y complejidad, una adecuada planificación, control y mantenimiento de los activos en las operaciones requerirá, sin duda, del apoyo certero de las tecnologías de última generación para la gestión de sus activos.
Este plan que promete modernizar la ‘cara’ del transporte público de la capital es un esfuerzo tendiente a disminuir la congestión vehicular y los niveles de contaminación, junto con combatir la inseguridad de la locomoción colectiva actual. Con tal fin, entre sus iniciativas contempla la implementación de un nuevo sistema con una mayor red de metro y de una malla de recorridos, el pago de la tarifa a través de una tarjeta inteligente, la renovación continua de la flota de buses, un nuevo sistema de gestión empresarial y laboral en el sector, e inversiones en infraestructura.
En un megaproyecto como éste, un correcto mantenimiento y gestión de sus activos: buses, máquinas cobra-doras y dispositivos de seguridad, entre otros, resultará fundamental para cumplir con las expectativas y los estándares de servicio que esta iniciativa busca establecer próximamente en el transporte público. Por eso, lograr el cumplimiento cabal de sus objetivos requerirá de la disponibilidad de las máquinas e infraestructura asociada, aspectos que serán un factor crítico y estratégico.
Un correcto mantenimiento preventivo y correctivo en los más de 5.000 buses -20% de los cuales será nuevo- que involucrará Transantiago cuando se encuentre en plena operación, plantea un interesente desafío para las empresas operadoras, ya que este aspecto será crucial para ofrecer los niveles de servicios prometidos: altos estándares de calidad y seguridad.
Significativos ahorros
Un correcto enfoque del mantenimiento, sumado al apoyo en la gestión que brindan las nuevas tecnologías, que permiten contar con información en cualquier lugar, momento y dispositivo, tiene un fuerte impacto en los resultados de las empresas.
En cifras concretas, un modelo de planificación y control de activos apoyado por los sistemas de software EAM (Enterprise Asset Mana-gement) podría significar para un proyecto como Transantiago ahorros de hasta un 4% en la reducción del consumo de materiales, así como beneficios directos de entre 2% y 3% derivados de la disponibilidad de máquinas, entre otras ventajas.
Los estudios en este ámbito son categóricos: una herramienta EAM puede llegar a incrementar positivamente el balance de una compañía en un 14%, sus ingresos en un 10% y su flujo de caja en un 14%, debido a la reducción de gastos de capital por concepto de una mejor gestión de mantenimiento y administración de activos.
Ante tales evidencias, queda claro que resulta erróneo asociar el mantenimiento y la gestión de activos sólo a los sectores industriales y a capas técnicas al interior de las organizaciones, ya que se trata de una actividad estratégica, vinculada a la capacidad de respuesta de una empresa de cualquier rubro y tamaño, siendo Transantiago un claro ejemplo de ello.
Julio de 2005