Marcelo Díaz.
¿Cómo definiría el perfil de los nuevos emprendedores TIC?
En general son personas jóvenes, emprendedores que tienen mentalidad global y no quieren desarrollar productos que solo solucionen un problema local, sino llegar a mercados regionales o mundiales. En general son bilingües, manejan avanzados conceptos computacionales, desarrollos tecnológicos y muy bien las redes sociales; son muy ambiciosos y han sufrido problemas en la vida real que quieren solucionar para el resto de la humanidad.
¿Cuál es el ecosistema de apoyo que existe hoy en Chile?
Existe un gran apoyo: varios sistemas de financiamiento, principalmente apoyados por Corfo; la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech) y las universidades, como la U. Católica, que ayudan a comprender cómo se genera un emprendimiento, pues antes de partir se debe entender cuáles son las barreras a encontrar, para lo cual estas son un gran apoyo. Hoy en día las redes que hay en el país han situado a Santiago en el top 20 de las ciudades del mundo para emprender, y en el cuarto lugar en “mind set” de cómo los emprendedores piensan.
Como contraparte, ¿cuáles son las principales dificultades?
La red actual no ayuda al cierre de empresas en el caso de que fracasen. En un ecosistema normal, el 90% de las compañías dentro de los primeros años va a cerrar. Dado el esfuerzo realizado puedo decir que en IncubaUC el 77% de las empresas que hemos apoyado sigue funcionando después de 5 años, un tremendo número que nos dice que estamos haciendo bien nuestro trabajo. El tema es que si se fracasa en Chile, se encasilla a la persona como fracasada, aunque eso está cambiando. Con mucho orgullo puedo decir que he fracasado y lo que he aprendido no se enseña en la universidad y ayuda a no cometer el mismo error nuevamente.
Por otro lado, las barreras de entrada a las grandes empresas son muy altas. Lograr hablar con el gerente general para ofrecer una nueva tecnología es muy difícil. Se deben buscar oportunidades en otras partes del mundo, pero siempre con la empresa basada en Chile, creciendo desde acá. En el Geek Camp (campamento de emprendimiento) se genera una energía sumamente especial, donde hay un karma positivo: no se compite contra el emprendedor de al lado, sino que consigo mismo, porque hay dinero para todos. Entonces el concepto es completamente distinto: no hay primer, segundo ni tercer lugar. Aquí ganan los que son buenos, y se invertirá en aquellas empresas que lo merecen.
¿Chile reúne las condiciones para ser un caso emblemático? ¿El Silicon Valley de Sudamérica?
Personalmente no me convence mucho eso de que existen otros Silicon Valley en el mundo. Sin embargo, Santiago y Chile tienen condiciones muy favorables para la generación de emprendimientos dinámicos de alto crecimiento, principalmente porque contamos con un muy buen nivel de educación universitaria, de clase mundial; y nuestro mercado es muy pequeño, lo que obliga desde el día uno a pensar en cómo exportar los conocimientos, siempre regional o globalmente. Además, estamos completamente conectados, con servicios de conectividad altamente competitivos, y existe un marco legal tremendamente favorable y transparente que permite crear una empresa rápidamente y dejarla funcionando en un par de días.
¿Cuál es el nivel de emprendimiento TIC que existe en el país?
Chile es un país sumamente emprendedor. Gran parte de la población proviene de familias que llegaron al país hace menos de 200 años, la mayoría sin dinero. Nos enseñaron siempre a ser emprendedores. Y las plataformas que existen en el mercado invitan a soñar en grande, y crear emprendimientos que cambiarán tanto la vida de los mismos emprendedores, como la del resto de la sociedad. Obviamente hay emprendimientos que son de supervivencia, que son bastante más clásicos, y los cuales son valorables de igual forma.
¿Hacia qué área están orientados principalmente los emprendimientos hoy?
Hacia servicios tecnológicos que resuelven problemas del día a día. Aquí en el Geek Camp no se encontrará una vacuna que sane el cáncer, pero sí métodos para publicitar mejor a las empresas, formas de aprender nuevos idiomas y, en general, emprendimientos que hacen más fácil la vida a las personas y también más feliz. En la otra línea de financiamiento de IncubaUC, High Tech, encontramos ese tipo de start up: dispositivos médicos, medicamentos u otro tipo de tecnologías más bien vinculadas al hardware o a grandes industrias como la minería, acuicultura, etc.
¿Qué impacto tienen las start up en la industria TIC?
Estos emprendimientos tienen un impacto mundial y no solamente en la industria TIC. Gracias a la colaboración que hemos tenido en los últimos 3 años, los emprendimientos apoyados por IncubaUC han logrado generar 1.150 nuevos empleos profesionales de ingenieros, diseñadores, es decir, de alta renta; ya con eso hay un alto impacto social. Hemos levantado el triple de los financiamientos públicos que hemos entregado, a partir de financiamiento privado, lo que quiere decir que hay inversionistas que están apoyando estos emprendimientos, los cuales lograron facturar en dos años cerca de US$8 millones, es decir algunas de las 118 empresas en las cuales hemos invertido en los últimos 3 años han facturado $4.000 millones. Esto ayuda a generar empleos directos, lo que se debe multiplicar por 10 en cuanto a las compañías que prestan servicios a estos emprendimientos. Entonces puedo asegurar que estamos cambiando al país, mejorando la forma en que los chilenos viven; poniendo tecnologías muy caras a precios económicos, en manos de cualquier ciudadano.
¿Cuáles son los principales retos por delante?
El mayor reto es que los inversionistas piensen aún más en grande. Nuestro sueño es poner uno de estos emprendimientos en la Bolsa de Comercio y en el Nasdaq. Queremos cambiar el país con el emprendimiento TIC y el mayor desafío es que este genere un impacto directo en la economía de nuestra nación y que ayude a que los chilenos vivan mejor en el siglo 21. Se trata de un reto sumamente grande, y la única forma en que se puede lograr es con un buen apoyo. Queremos ser quienes apoyen esos emprendimientos.