Más de 80 clientes en 15 países son cifras que grafican la experiencia de Solex en la implementación de MAXIMO -sistema de gestión de mantenimiento que representa en Chile- y le otorgan un plus respecto a la competencia. Para conocer más detalles acerca de los proyectos de instalación de software en nuestro país y sus “mejores prácticas”, además de las etapas y aspectos que diferencian los procesos de implantación de Solex, conversamos con Agustín Cobián, Gerente de Consultoría de la empresa.
¿Cómo evalúa el nivel de los proyectos de implementación de software en Chile?
El desarrollo de proyectos infor-máticos sigue siendo un proceso complejo, con un factor de riesgo no despreciable. No obstante, se ha evolucionado hacia la estandarización y la adopción de los sistemas. Hace algunos años, las empresas querían que éstos se adaptaran a su forma de operar, lo que traía consigo proyectos largos, caros y el traspaso de los “vicios” de las compañías al sistema, el que llegaba a estar altamente customizado, dificultando los upgrade posteriores. Actualmente se tiende a buscar un software que se adapte lo más posible a las necesidades de la empresa y que, a su vez, ésta se adecue al sistema. Lo anterior redunda en ahorros de tiempo y costos, e instalaciones más estándares, facilitando el soporte a los clientes y los cambios de versión, además de la posibilidad de integrar prácticas en las operaciones que sin el proyecto serían muy difíciles de implementar.
¿Cuáles son “las mejores prácticas” dentro de un proyecto de este tipo?
Es fundamental considerar el conocimiento, respaldo y experiencia de la empresa consultora, ya que un mal proyecto de implementación implica que la herramienta, posiblemente, no sea útil. Otro aspecto muy importante es el grupo de trabajo al interior de la compañía, pues éste tomará las decisiones y absorberá el conocimiento de la herramienta. Además, se debe dar apoyo al personal para la recolección de datos, lo que siempre es una dificultad en este tipo de implementaciones, y la puesta en marcha debe ser lo suficientemente extensa para solucionar los problemas existentes.
¿Qué etapas contempla la implementación de MAXIMO?
Básicamente son cuatro etapas, en cada una de las cuales Solex marca una diferencia importante. La primera fase es la Capacitación, en la cual se entrena al grupo de personas que participará en la toma de decisiones respecto a las funcionalidades de la herramienta. Solex realiza una capacitación intensiva en todas las áreas y un correcto traspaso de know how desde el punto de vista funcional y técnico, fundamental para que las compañías puedan ser autónomas en el uso de MAXIMO. Luego se realiza la Revisión del Sistema y Toma de Requerimientos mediante un Gap análisis, contraponiendo lo que requiere el cliente con lo que el software ofrece. Posteriormente se efectúa la Parametrización del Sistema y Pruebas, verificando que las necesidades del cliente se cumplan con esta configuración. Finalmente, se lleva a cabo la Puesta en Marcha, que constituye la etapa más importante del proyecto, ya que permite ajustar el sistema a los requerimientos del usuario, pero ya en funcionamiento. Para esto Solex trabaja con un consultor permanente en la empresa, que asesora al cliente durante todo el proceso de implemen-tación, facilitando la labor del personal de mantenimiento.
¿Qué ventajas generan estas diferencias?
Hemos desarrollado un gran número de proyectos en diversos países, ad-quiriendo experiencia en otras realidades y formas de trabajo, lo que nos da grandes ventajas comparativas en la implementación de MAXIMO. De esta manera, garantizamos una mejor calidad en el proceso de instalación y la disminución de los costos, permitiendo que las empresas mejoren el retorno de la inversión en el software y reduzcan el tiempo necesario para obtener beneficios.
Enero de 2004