Las empresas y la nueva alquimia

Durante la antigüedad (desde Mesopotamia hasta el Siglo XVIII) el mundo miraba a los alquimistas como fuentes de riqueza si se lograba la promesa: transformar el plomo en oro. Para ello, mezclaban muchas ciencias como química, física, metalurgia, espiritualismo, etc. Spoiler: Nunca lo lograron. Era imposible usar material de baja calidad y convertirlo en metal precioso.

Publicado el 30 Sep 2021

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Hoy, incluso siendo el siglo XXI, seguimos viendo alquimistas. Los vemos cada vez que un Gerente General pide a sus gerencias “hacer más con menos”. Los vemos cuando un área de una empresa define US$3MM de presupuesto anual contra una startup que levanta US$100MM en cinco años. Los vemos cuando mandan a los equipos a hacer innovación con las horas que les sobran después de terminar sus tareas diarias.

Es imposible hacer innovación de alta calidad bajo esas condiciones. Simplemente no puedes convertir el plomo en oro.

Pero no todo es pesimismo. Hemos visto que algunos sí han logrado convertir una startup incipiente en un unicornio, o en otras palabras, en innovación disruptiva que cambia industrias. No era plomo, era I+D, más un equipo, más dedicación obsesiva, más muchos fallos, más capital de gran magnitud. Eso sí se puede convertir en oro.

Deberíamos dejar la alquimia. Las áreas de innovación internas de las empresas tienen su máxima performance cuando conectan con startups de las características descritas.

Es obvio de dónde viene ese “oro”

Algunos todavía tienen fe en que el I+D necesario para la innovación disruptiva puede venir desde dentro de la empresa, pero aquí les dejo un dato apabullante: de todos los IPOs (Salida a la bolsa) en USA desde 1974 hasta 2019, el 42% fueron startups apoyadas por VCs (capital de riesgo). Estas invirtieron $115 billones en I+D. Es el 85% del total histórico. Nada que hacer. Es obvio de dónde viene ese “oro”.

No podemos seguir buscando conquistar industrias o transformar la matriz energética con el “vuelto del pan”, y sin ánimo de menospreciar los esfuerzos, cuando startups como NotCo, Cornershop o Fintual levantan más de US$100MM en un plazo menor a cinco años, ya sabemos cuál es el precio a pagar por convertirlo en oro. Cualquier esfuerzo menor a eso, es jugar a la alquimia.

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Redacción

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