Próximamente, uno de los temas que acaparará las páginas de los medios de prensa -por su interés público y por la publicidad asociada- será la puesta en marcha en el país de la portabilidad numérica. Esta iniciativa, ya implementada en Brasil y México, permite que el número telefónico, fijo y/o móvil, sea una propiedad del usuario y, por lo tanto, él tendrá la posibilidad de mantener o cambiar la empresa de telecomunicaciones que le provee el servicio.
Se estima, según declaraciones de prensa del ente regulador, que la portabilidad numérica estará en marcha en el 2010.
Para su adecuada implementación se requerirá dos elementos principales: una base de datos central, que será manejada por una entidad administradora, donde estarán todos los números telefónicos que han sido portados, y una serie de procesos que relacionará esta base central con la que mantendrá cada operadora.
Estos procesos permitirán a los usuarios solicitar un cambio de compañía, el cual deberá ser informado a todas las empresas de telecomunicaciones, de manera de realizar las actualizaciones en sus respectivas bases de datos.
A su vez, la utilización de estas bases de datos necesitará una tecnología avanzada, que permita disponibilidad del servicio y un rápido tiempo de respuesta. Esto, debido a que las compañías portadoras adaptarán sus redes a una solución All Call Query (ACQ), tal como se ha hecho en los países que ya cuentan con portabilidad. Este mecanismo no discrimina entre los abonados, es decir, consulta todos los llamados, correspondan o no a números telefónicos portados.
Además, las operadoras deberán modificar sus sistemas de información, ya que no bastará identificar a qué rango pertenece un determinado número, para saber a qué compañía pertenece. Esto tendrá un impacto no menor sobre los sistemas que realizan funciones de tarificación, entre otros.
Otros efectos positivos
Si bien el funcionamiento de la portabilidad numérica involucrará montos de inversión importantes para las operadoras, así como un gasto operacional, al cubrir el gasto por cada transacción asociada a un abonado que se porte, su implementación generará múltiples beneficios para los actores del mercado.
Por una parte, las operadoras de telecomunicaciones deberán preocuparse mucho más por ‘cuidar’ a sus clientes, para que ellos no tengan incentivos para cambiarse de compañía. Los usuarios se convertirán en el objetivo de las campañas de publicidad de las empresas del sector, que responderán a la competencia con una batería de mejores tarifas y más servicios, para capturar nuevos clientes o fidelizar a los antiguos.
De hecho, si bien cambiarse a una compañía involucra un costo para el cliente -que en Brasil, por ejemplo, ha fluctuado entre US$3 y US$5-, son finalmente las operadoras las que han asumido estos valores bajo la premisa de sumar abonados. No obstante, podrían existir regulaciones y políticas de control para que éstos no se cambien más de ciertas veces al año de una empresa a otra, para evitar distorsiones en el mercado
Por otra parte, está la industria tecnológica chilena en general. La tendencia en los países en donde ya se cuenta con portabilidad numérica es el gran desarrollo que se produce a nivel de las empresas locales del área, que son llamadas a responder a las nuevas necesidades de tecnología de las operadoras.
Esto, sin duda, generará crecimiento en el sector, muchas oportunidades de negocios y, por ende, innovación, capacidades y experiencias que pueden ser llevadas por las firmas del rubro hacia el exterior, consolidando la imagen nacional de liderazgo tecnológico, que a través de los años ya se ha forjado en otros países de la Región.
