En el desarrollo económico y social de cualquier país el emprendimiento juega un papel fundamental, pues genera empleos e ingresos. Sin embargo, tal como lo establece la Real Academia Española en su definición, emprender es “acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierra dificultad o peligro”. Este último componente es el que explica no sólo el porqué son pocos los emprendimientos que llegan al éxito, sino también por qué se hace tan necesario el apoyo de públicos y privados a estos proyectos.
Políticas públicas
En el caso de Chile, el Gobierno ha instaurado algunas importantes y destacables políticas y programas para favorecer el emprendimiento. Por ejemplo, se promulgó la Ley 20.494, que elimina distintos obstáculos burocráticos para la creación de empresas, rebajando de 22 a 7 días el tiempo necesario para constituir una compañía y disminuyendo los costos de publicación en el Diario Oficial, entre otras medidas. Con esto, el Ejecutivo espera alcanzar 100 mil nuevos emprendimientos para el 2013.
Otra gran iniciativa del Gobierno ha sido Start Up Chile, programa que en un comienzo esperaba atraer a 100 emprendedores extranjeros a nuestra nación durante el 2011 para convertir a nuestro país en plataforma de innovación y desarrollo en la Región. Pero fue tal la recepción, que los cupos debieron triplicarse y se decidió, además, abrir la convocatoria a proyectos chilenos.
También merece reconocimiento el programa Global Connection de Innova Chile que, durante este año, permitirá a 20 emprendedores chilenos instalarse por tres meses en la incubadora Plug & Play Tech Center de Silicon Valley en Estados Unidos, para de aquí a cuatro años enviar al menos 120 firmas locales a distintos destinos.
Como vemos, el Gobierno ha estado “haciendo sus tareas” y, aunque todavía hay iniciativas que podría impulsar, ha dado pasos importantes. La responsabilidad de apoyar el emprendimiento recae ahora en la propia industria.
La responsabilidad del mundo empresarial
Un gran proyecto que debiéramos comenzar a estudiar en el sector TIC es la creación de una incubadora en la cual podamos guiar y apoyar a los emprendedores con la expertise que nosotros como empresarios hemos ganado durante los años que llevamos en la industria.
Si bien las universidades tienen sus propias incubadoras, ellas sólo manejan la teoría de lo que es crear y llevar al éxito a una empresa. Nosotros, en cambio, como miembros de una industria, con sus particulares características y dificultades, podemos realizar mentoring, además de apoyarlos y guiarlos en los diversos escenarios y problemas que surgen día a día.
Un lugar ideal para establecer esta incubadora de la industria podría ser el PITS (Polo de Innovación Tecnológica de Santiago), proyecto que nosotros mismos en la Gechs estamos impulsando y que esperamos comenzar a construir en los próximos meses. Allí, rodeados de quienes algún día también fueron considerados nuevos emprendimientos con un futuro incierto, estos nuevos negocios TIC encontrarán el respaldo de sus propios pares, apoyo muy importante para sortear con éxito la dificultad y el peligro de emprender.
