El canon de la transformación digital

Hace un tiempo participé en un seminario de transformación digital en donde el expositor hizo referencia al famoso caso de Kodak y su no adaptación a la era digital. Esa historia, que por lo general no pasa del enunciado, la he escuchado varias veces como el clásico ejemplo de cómo una empresa se puede ir a la “basura” por no transformarse digitalmente.

Publicado el 28 Feb 2022

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Ese ejemplo, junto con Block buster y otros (hay un meme con Mr. Bean, al respecto), son parte del canon con el cual queremos concientizar respecto a la necesidad de transformación digital.

Como parte de dicho canon, hablamos de la necesidad de “surfear la olas de los cambios”, antes de que estas se conviertan en un verdadero “tsunami” para nuestra empresa u organización. Mencionamos cuatro revoluciones industriales, organizaciones Data Driven, metodologías ágiles y cambiar la cultura de la empresa u organización. Todo con sentido de urgencia. Pero, volvamos al caso Kodak (y de su archirrival Fujifilm).

La parte no contada de la historia es que Kodak si se “subió” a la ola de la digitalización; inventó la cámara digital y poseía más de 1.000 patentes relacionadas con imagen digital (explotaba un potente negocio de licenciamiento). Vale decir que el negocio para Kodak, en aquel entonces, era la venta recurrente de rollos fotográficos. Aun así, se focalizó en la imagen digital y fabricación de cámaras digitales rubro donde había (hay) competidores muy poderosos (Sony, Canon y Nikon, entre otros). Tenía todas la de perder.

Por otro lado, Fujifilm expandía su accionar, apostando por una estrategia de negocio que aprovechara sus capacidades internas (cultura), su experiencia y conocimientos en la industria química (la fotografía analógica es un proceso químico) y en I+D+i. Decidió, entonces, no competir y reinventarse lanzando una marca de cosméticos (así tal cual), lo que le permitió pasar el chaparrón digital y repotenciar sus habilidades tecnológicas (hoy Fujifilm es un referente en fotografía digital).

Valor para el cliente y la organización

No es difícil entender que todas las organizaciones están siendo arrastradas por la rápida evolución digital. Lo complicado es comprender que los modelos de negocio deben ser sometidos a revisión permanente para ajustarse a la nueva realidad sustituyendo, incluso, productos o servicios. Aquí es donde, a mi entender, aparece la innovación que poco se menciona como parte del canon de la transformación digital.

Veamos: “El objetivo final de la transformación digital es crear experiencias memorables para el usuario o cliente”, nos dice Joana Sánchez, empresaria, emprendedora y Presidenta de la consultora de transformación digital Incipy. Entonces, la transformación de la experiencia de cliente se encuentra en el “corazón” del proceso de digitalización de la empresa y esto podría implicar renovar el modelo de negocio y la propuesta de valor (caso Fujifilm). Proporcionar una buena experiencia es crear valor no solo para el cliente, sino también para la organización.

¿Cómo creamos valor?

Parafraseando a Bill Clinton: “Es la innovación, estúpido” (“the economy, stupid”).

La innovación nos permite eliminar la fricción -aquello que hace que la experiencia del cliente con nuestros productos o servicios no sea buenacon soluciones (productos, modelos de negocios, etc.) novedosas de alto valor para las personas y con el agregado de diferenciarnos para dejar atrás a nuestra competencia.

Entonces, para iniciar o potenciar la transformación digital en la organización hay que incorporar, en primera instancia, junto con un plan de cambio cultural, una estrategia de innovación para “surfear la ola de los cambios” y competir en ambientes dinámicos como los que se viven actualmente.

Las empresas más exitosas a nivel mundial son “el no va más” de la transformación digital y, curiosamente, también las más innovadoras.

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Redacción

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