De esta manera, si algún cliente llamaba al teléfono fijo de la oficina, este mensaje era enviado al correo electrónico. Así no se perdía el contacto y se estaba en constante comunicación. Sin embargo, el panorama ha cambiado. Y mucho.
Se trata de cambios que han ido de la mano de la propia evolución de la sociedad, la que avanza a pasos agigantados hacia una sociedad en red, en constante colaboración.
Según estudios recientes, 9 de cada 10 chilenos suele conectarse a redes sociales como Facebook o Twitter, lo que ha llevado a Chile a estar 10% sobre el promedio de acceso a estas plataformas en la Región.
Según los datos de la consultora ComScore, una de las claves para esta utilización de las redes sociales radica en el amplio acceso a Internet de los chilenos, con más de 7 millones de conexiones.
Otro dato: según un estudio de TI Gartner, en el 2014 el 20% de los profesionales habrá sustituido el correo electrónico como forma de comunicación por alguna red social.
A todo esto debemos sumar que muchas compañías en todo el mundo están utilizando estas nuevas plataformas para contactarse con clientes y proveedores.
Todo ello ha llevado a dejar de lado incluso el genérico de comunicación unificada, dando paso al nuevo concepto de herramientas de colaboración, término mucho más claro en los objetivos que se buscan con su puesta en marcha.
Así son los nuevos trabajadores que se integran cada día a nuestras empresas: piensan en red, viven en red.
Más allá de las modas actuales o de tal o cual red social, lo cierto es que es así como quieren comunicarse entre ellos y con los clientes. Y la movilidad es también un desafío al que deben hacer frente las empresas. Según la consultora IDC, más de 1.000 millones de trabajadores móviles demandarán acceso a recursos y aplicaciones corporativas este año a través de diversos dispositivos.
Nuevas suites colaborativas
Si bien Chile no se ha caracterizado por una gran apropiación corporativa de estas nuevas herramientas, lo cierto es que las tecnologías y aplicaciones están disponibles, por lo que es cuestión de atreverse a innovar para entregar mejores condiciones de trabajo, lo que conlleva una mejor productividad.
El video es la próxima herramienta que se agrega a las nuevas suites colaborativas. En poco tiempo más, comunicarse a través de la imagen será tan natural como hoy lo es hablar por teléfono. Un avance que ayuda a una mejor toma de decisiones. Especialmente a nivel ejecutivo, en donde se valorar el contacto cara a cara, que permite demostrar mayores grados de cercanía.
También será una mejor manera de, por ejemplo, contactar a un candidato a un puesto de trabajo, lo que evitará desplazamientos y tiempo. Y ni hablar de la economía en llamadas de larga distancia y viajes entre países, tomando en cuenta la inevitable globalización de las operaciones de muchas compañías chilenas.
De esta manera, estaremos disponibles para nuestros puntos de contacto desde el momento en que encendamos nuestro dispositivo, sea éste un smartphone o un tablet o lo que venga en el futuro. Una vez que lo hagamos, podremos acceder a la información relevante de la compañía, la que sabrá dónde estamos (presencia) y cuál es nuestro plan de trabajo diario. Nuestros clientes podrán contactarse y seremos capaces de responder a sus consultas con más y mejor información. Gracias al estándar SIP (Session Iniciation Protocol), podremos establecer comunicaciones colaborativas con el resto de nuestros compañeros de trabajo, hacer videoconferencias, chat, y compartir archivos. Así es la era de la colaboración.
Así seremos más productivos y haremos más y mejores negocios.
