Actualmente, la Telefonía IP representa un cambio importante que va más allá de los intereses particulares.
Es un proceso de destrucción creativa, pues con ella se destruye una industria que tiene 130 años de antigüedad y se construye un nuevo mundo de las telecomunicaciones, basado en Internet, con ventajas indiscutidas e insospechadas para toda la población, especialmente en educación, salud y el resto de la economía.
Y es que la tecnología tradicional telefónica es propietaria y cara de fabricar, mantener y de vender. De ahí la crisis actual de las telecomunicaciones. Sin embargo, IP es una tecnología abierta con costos y precios bajos. De hecho, Internet banda ancha es una red de larga distancia por definición, donde el costo distancia es cero y donde tampoco se paga por el tiempo de duración de la conexión.Así, el gasto del país en telecomunicaciones es finito y puede reducirse drásticamente mediante accesos a In-ternet banda ancha. O el país destina sus escasos recursos a hablar por teléfono o los destina a la banda ancha. Mientras antes, mejores y más conexiones de banda ancha existan en los domicilios y empresas, mejor estará preparado el país para enfrentar los desafíos del presente siglo. En Chile, el ahorro anual podría llegar a los US$1.000 millones de dólares cuando termine la transición a IP, es decir, más de un 1% del PGB.
Por lo mismo, ésta es una gran oportunidad para el país para resolver antes que otros el dilema de la banda ancha, construir una infraestructura Internet de alta velocidad y prestaciones y una industria de valor agregado en Voz sobre IP. Así, el país recibirá inversiones extranjeras que utilicen esta plataforma y ganará en productividad y competitividad regional, mediante el uso transversal de Internet en toda la economía.Julio de 2004
