Marcelo Salinas, Gerente de Movilidad de Siemens Chile.
¿A qué se refiere el concepto de “ciudad compartida”?
Gracias a los efectos de la urbanización, hoy más de un 60% de la población vive en las ciudades, mientras que se espera que en 2030 esta cifra ascienda a un 70%. Esta nueva realidad urbana implica que las personas vivan concentradas en espacios cada vez más pequeños. Por lo tanto, hoy debemos comenzar a “compartir” de mejor manera ciertos aspectos de nuestra ciudad, como por ejemplo, el transporte y las vías públicas, para asegurar la sustentabilidad y calidad de vida de las actuales y próximas generaciones.
¿En qué áreas de la ciudad impacta este concepto?
La saturación de las ciudades ha derivado en una serie de conductas individualistas, las cuales se reflejan en el aumento del parque automotriz, como también en altos niveles de congestión, de contaminación ambiental y acústica.
¿Qué relevancia juega la tecnología en este concepto?
La digitalización será clave para administrar la evolución de este sistema. La digitalización es la capacidad de leer, procesar y analizar datos desestructurados y transformarlos en información útil, que permita planificar y tomar decisiones. Por ejemplo, la sensorización del transporte nos permite detectar congestiones y accidentes, dando la posibilidad a las autoridades de tomar decisiones de vías alternativas.
¿Qué tecnologías son claves y qué se puede lograr?
El uso de datos digitales tanto de vehículos como de personas, será crucial para planificar y mejorar el funcionamiento de nuestra ciudad. Como ejemplo concreto, distintas unidades operativas de control de tránsito en Chile, han adjudicado tecnología que se ha integrado a los procesos de actualizaciones y mantenimientos de los sistemas de control de tráfico. En el caso de Coquimbo/La Serena, el centro de control de tráfico regula 132 cruces. Hace algunas semanas, se adjudicó la construcción y puesta en marcha de la nueva UOCT de Valdivia, la cual permitirá manejar centralizada y coordinadamente los semáforos de la ciudad y así mejorar las condiciones de operación y de seguridad del tránsito. De esta forma, se pavimenta el camino para desarrollar ciudades inteligentes y eficientes.
Santiago, ¿en qué pie de avance se encuentra?
Donde más hemos avanzado en el último tiempo es en la movilidad compartida, ya sea en la promoción del transporte público, las bicicletas públicas o los automóviles compartidos (ejemplos como Uber o Cabify, entre otros). Sin embargo, aún tenemos una gran deuda con la contaminación y es ahí donde las tecnologías limpias, como el transporte eléctrico, cumplen un papel fundamental.
¿Qué retos se plantean?
Nuestra meta para los próximos años en concreto es impulsar la electromovilidad, en las distintas formas de transporte público como metro, tranvía y buses eléctricos. Hoy podemos proporcionar desde material rodante eléctrico como metros y tranvías hasta buses híbridos y eléctricos con sus sistemas asociados. Creemos fuertemente en la movilidad y, sin duda, hoy ya estamos preparados para implementar nuevas formas de transportes limpios, beneficiosos y seguros para nuestra ciudad y sus habitantes.
