Álvaro Soto, Director del Laboratorio de Inteligencia Artificial UC: “Si aspiramos a un mayor desarrollo, no nos podemos quedar fuera de esta revolución tecnológica”

Definiendo los lineamientos estratégicos que debe seguir el país en materia de Inteligencia Artificial en la próxima década, la Política Nacional de IA apuesta a empoderar a las personas en el uso y desarrollo de esta herramienta, y propiciar el debate sobre sus consecuencias. Para apoyar su formulación, se designo un Comité de Expertos, del cual forma parte el ejecutivo. A continuación, comparte su visión del tema.

Publicado el 31 Oct 2020

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Álvaro Soto.

¿Por qué la IA debe ser una prioridad en el país?
Después de muchos años relegada a curiosidades de laboratorio y al mundo académico, hoy la Inteligencia Artificial (IA) vive un boom. ¿Qué está detrás de este renacer de la IA? La respuesta es bastante simple y precisa, se llama Aprendizaje Profundo (Deep Learning en inglés), una tecnología disruptiva que ha venido a resolver una aspiración de largo aliento en el ámbito de la IA: el reconocimiento de patrones en fuentes de datos como audios, imágenes, textos o videos. Un gran avance tecnológico si consideramos que actualmente vivimos en una gran abundancia de este tipo de datos. Ahí radica la gran oportunidad, como Kai-Fu Lee describe con enorme lucidez en su libro “AI Super-powers”, una primera generación de tecnologías de IA está lista, recién “salida del horno”, y la necesidad inmediata no es más investigación, sino ilustrar a los emprendedores y al sistema industrial sobre las bondades de esta tecnología, de manera de empaquetarla en las miles de aplicaciones que cambiarán nuestro día a día en los próximos años.

¿Por qué esto debe ser una prioridad para Chile? La principal razón es que la IA es una tecnología transversal que afectará fuertemente toda la matriz productiva y de servicios, así como nuestro entorno social, por ende, si aspiramos a lograr un mayor desarrollo, no nos podemos quedar fuera de esta revolución tecnológica. Si no reaccionamos rápido y desarrollamos en forma ágil una estrategia nacional sólida de IA, corremos el riesgo de quedarnos debajo de este “tren” que partió lentamente hace algunos años, pero que hoy en día ya está a toda marcha y no se detiene a esperar a los rezagados.

¿La Política de IA cómo guiará este camino para aprovechar su potencial?
Exactamente, la Política Nacional de IA tiene entre sus objetivos guiar el camino, sin embargo, su rol fundamental es ser un facilitador para un desarrollo no solo exitoso, sino también armonioso de la IA en nuestro país. En este sentido, su rol es entregar lineamientos y generar medidas e incentivos apropiados para que en Chile surjan las masas críticas e iniciativas que saquen partido de las bondades de esta tecnología para el beneficio de nuestro país.

¿Cuáles son los principales ejes en esta materia?
La confección de la Política Nacional de IA se ha desarrollado en base a tres ejes principales. Factores Habilitantes: desarrollo de infraestructura tecnoló- gica y capital humano; Desarrollo de Inteligencia Artificial: investigación y desarrollo de IA y su uso, y adopción en la industria, la academia y el sector pú- blico; además de Regulaciones Legales y Factores Éticos.

¿Qué relevancia tiene incorporar distintas voces en la construcción de esta política?
El desarrollo de una Política Nacional de IA se enriquece de escuchar la diversidad de opiniones y miradas de la sociedad en su conjunto. No tan solo en términos de aporte técnicos, sino también de conocer sobre las expectativas, potenciales temores o fuentes de desinformación que es necesario considerar para la elaboración de una Política Nacional efectiva de IA.

Las implicancias éticas relacionadas con esta tecnología son un tema clave…
El tema ético es relevante, particularmente en aspectos como privacidad y uso malicioso de información. La comisión que desarrolla la Política Nacional de IA lo ha entendido así y, por ende, ha puesto el tema como uno de sus pilares. Sin embargo, es extremadamente importante tener muy claro que el boom actual de la IA es por tecnologías que están muy lejos de alcanzar las capacidades cognitivas de un ser humano.

Básicamente, su auge se basa en nuevas tecnologías para el reconocimiento de patrones, lo cual es muy relevante para el análisis de imágenes, audio, texto o video, pero hasta ahí llegamos, limitando fuertemente cualquier efecto negativo de estas tecnologías en el mundo del trabajo.

El escenario actual es muy promisorio pues estas nuevas tecnologías complementan muy bien a operadores humanos, lo cual tiene un gran impacto en productividad, y además permiten la generación de nuevos campos de ocupación. Por ejemplo, hoy estamos invadidos por datos, millones de documentos, imágenes, videos, etc., que es imposible analizar manualmente.

En este contexto, contar con nuevas tecnologías que filtren estas montañas de data y nos permitan poner nuestra atención en la información relevante posibilita aumentar enormemente la eficiencia de miles de empleos y generar un sinnúmero de nuevas aplicaciones. Una sociedad más productiva también aumenta considerablemente la demanda por servicios de todo tipo, los beneficios son muy prometedores, especialmente para un país como Chile donde los índices de productividad laboral están al debe.

¿Cuáles son los mayores retos que se observan en materia de la Política IA del país?

Dada la contingencia actual que vive el país, el principal reto es tener una mirada de futuro, y mantener el firme propósito no solo de redactar una Política Nacional de IA, sino también de apoyar esta iniciativa con las herramientas necesarias para que logre transcender. Esto permitiría poner a Chile en una posición de privilegio para aprovechar las bondades del nuevo escenario tecnológico que están permitiendo los recientes avances en IA.

En términos concretos, ¿qué tan avanzada se encuentra esta tecnología en Chile?
Dados los fenómenos actuales de globalización y acceso al conocimiento, mi impresión es que este tema no va al centro del desafío actual. Hasta hace muy poco un eventual atraso en IA no era algo particular de un país, sino que era más bien culpa de la IA, que no había generado tecnologías que pudieran operar en forma robusta y amplia en el sector productivo o el de servicios.

Así, dado que este es un fenómeno muy nuevo, podríamos decir que todos los países están algo atrasados, por ende, lo realmente importante es mirar cuáles se están poniendo a tono para aprovechar las enormes oportunidades que se abren con el uso de los nuevos avances en IA. Esa es la gran oportunidad por la cual el desarrollo de una Política Nacional de IA es tan relevante, una política asertiva que, además, cuente con los apoyos necesarios para lograr trascender.

En general, las empresas chilenas están muy atentas a nuevas tecnologías como IA, especialmente en el sector servicios, y otros más desarrollados como minería o producción de alimentos. Además, una gran cantidad de emprendedores están dando vida a empresas que están incorporando IA en sus desarrollos.

El principal problema ha sido la falta de profesionales preparados, pero esto pasa a nivel mundial, donde esta oferta ha ido rezagada respecto al aumento significativo de la demanda. En Chile nos estamos poniendo al día, por ejemplo, para colaborar en esta causa en nuestro laboratorio de IA lanzamos un Diplomado de IA orientado a difundir en el sector empresarial las bondades detrás de la IA.

¿En qué mercado podemos esperar un mayor potencial?
Como tecnología transversal, IA afectará fuertemente toda la matriz productiva y de servicios, así como nuestro entorno social. Si bien en un principio las áreas de mayor crecimiento pueden estar relacionadas con los sectores productivos más tradicionales del país, como la minería, hay muchos emprendedores, con mucha energía en diversos ámbitos, que necesitan apoyo y buenas políticas nacionales de innovación.

Alvaro Soto es Doctor en Ciencia de la Computación con especialización en Robótica Cognitiva de la Universidad de Cargenie Mellon. Actualmente, es Profesor Asociado del Departamento de Ciencia de la Computación, y Director del Diplomado en IA y del Laboratorio de IA de la UC (http://ialab.ing.puc.cl/) que con más de 50 miembros es uno de los grupos líderes en la investigación y desarrollo de la Inteligencia Artificial en Latinoamérica. En su carrera académica ha logrado diversas distinciones, publicando más de 50 artículos científicos relacionados con el desarrollo de IA y robótica cognitiva. Es uno de los socios fundadores de Zippedi (https://www.zippedi.com/) dedicada al desarrollo de robots para retail.

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Redacción

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