Mucho se habla, dice y comenta de la última milla, pero ¿a qué tramo corresponde el concepto de última milla y qué importancia tiene en la tecnología emergente? Permítanme hacer una analogía para que entendamos este importante tema, por ejemplo, si una persona decide viajar desde España a Francia puede elegir varios medios de transporte según sea el tiempo y dinero que esté dispuesto a gastar en dicho viaje, puede optar por un automóvil, arrendar un taxi, tomar el metro tren o un minibús, viajar en avión, navío o bien mezclar varios medios de transporte, lo que sí queda claro es que la última milla, vale decir el recorrido desde el aeropuerto a su domicilio, difícilmente lo podrá hacer en avión.
La gran carretera de la información que transporta toda la red de telecomunicaciones a través del mundo, se asemeja mucho al concepto descrito anteriormente, siendo la red de transporte la que provee los enlaces entre ciudades o nodos de la red y la red de acceso aquélla que cubre la denominada “última milla”. Dado que los medios de transmisión en la red de acceso, con las posibilidades que ofrecen las actuales tecnologías, se pueden entremezclar en forma híbrida y ofrecer altas velocidades, será finalmente el cliente quien elija el medio y la tecnología que más le convenga de acuerdo a sus requerimientos en tiempo, cantidad de información y dinero que esté dispuesto a gastar.
Hoy los medios de transmisión a elegir son básicamente cuatro, el primero es el aire, que mediante sistemas inalámbricos utiliza una banda del espectro de frecuencia; en segundo lugar está la fibra óptica, llegando directa o indirectamente al cliente (FTTH, FTTB, FTTC); otra alternativa es por cable coaxial; y finalmente mediante el par de cobre. Las soluciones híbridas fibra-coaxial (HFC) y fibra-cobre, se encuentran ampliamente difundidas.
Ahora bien, cuáles son los servicios que solicitan normalmente los clientes, Las necesidades van desde la más básica, como la telefonía (servicio de voz), otros como telefonía más banda ancha con acceso a Internet, (voz más datos) y los más exigentes: telefonía, banda ancha y televisión, (voz, datos y video). Claro está que para cada servicio se requiere de velocidades distintas y en consecuencia tendrán costos diferentes.
Las actuales tecnologías (xDSL, ADSL, ADSL2+, VDSL) que utilizan el par de cobre, permiten ciertamente dar mayor velocidad y, por ende, hay menores retardos en la última milla, mayor calidad y múltiples servicios.
¿Qué está pasando realmente?
En la actualidad hay 900 millones de pares de cobre en el mundo; sólo Telefónica CTC Chile tiene más de 4 millones que están llegando directamente al cliente en la última milla, sin embargo aún no es completamente posible dar un servicio de calidad y garantizar el 100% de la velocidad contratada por el cliente en forma estable ¿Qué está pasando entonces? Si la tecnología existe… los pares están… las ganas están… los clientes están… ¿Por qué en algunos casos se puede conectar a una velocidad de 400 Kbps y en otros con similares características y longitudes no se logra llegar a los 100 Kbps? ¿Dónde está el problema? ¿Qué pasa con el conocimiento de los técnicos que no dan con la solución en forma rápida y confiable para que se pueda garantizar la máxima capacidad del par de cobre? ¿Qué está pasando realmente?
La verdad es que los pares de cobre y toda las red de planta externa, hoy denominada última milla, fueron originalmente diseñados para transmisión de señales de voz, es decir, 300 a 3.400 Hz (canal de voz) con atenuación de -8 dB a 800 Hz, con resistencia de bucle de 1.800 O y con bobinas de pupinización. Los conocimientos técnicos que se requerían para este servicio, ‘banda angosta’, eran muy básicos, sólo se exigía la continuidad del par, la correlación de pares entre las cajas de distribución y el MDF y, en algunos casos, la resistencia de aislación. Estos requerimientos eran más que suficientes para que el teléfono funcionara, y muy bien. Sin embargo, hoy aparecen múltiples parámetros que son importantes de estudiar en profundidad, para que -por el mismo medio- pasen mayores anchos de banda y, por consiguiente, se logre una velocidad superior. Son importantes la diafonía, la relación señal a ruido, las mallas de tierra, los drenajes de campos electromagnéticos, la implicancia con los cambios de calibre, las derivaciones o pares múltiples, el ruido metálico y ruido a tierra, la impedancia en la línea, la velocidad de propagación, la atenuación en función de la frecuencia, la interpretación de planos, el manejo de instrumentos de medidas, la simbología y los desequilibrios, entre otros.
En consecuencia, y asumiendo que se tienen los equipos e instrumentos mínimos para el mantenimiento, el mayor problema radica básicamente en el desconocimiento del personal técnico que opera en la última milla (planta externa). Estos nuevos temas no siempre están contemplados en los programas de enseñanza regular de los liceos que imparten la carrera de telecomunicaciones, tampoco en los CFT y menos en las universidades que tienen la cátedra de telecomunicaciones; en primer lugar porque no hay laboratorios y tampoco suficientes profesores preparados en estos temas; por otra parte no siempre existe la instrumentación adecuada disponible.
Es posible que estas afirmaciones resulten fuertes y no compartidas por muchos, sin embargo es fácil comprobar que es así, sólo se requiere ir a cualquier empresa de telecomunicaciones del país y preguntar a los encargados de planta externa, cuál es el grado de conocimientos de los egresados en telecomunicaciones en este tema: última milla. Aún más, la mayoría del personal técnico con cargos de mando que actualmente se desempeña en las diferentes empresas telco, ha aprendido en la propia compañía. A menudo escuchamos a las autoridades gubernamentales y académicas decir: “hay que entregar a nuestros alumnos enseñanza de calidad”. Y otra frase que se escucha frecuentemente es “aprender haciendo”. Yo pregunto, entonces, ¿quién enseña a los alumnos si no hay profesores preparados? He dedicado más de 38 años al estudio del tema última milla tanto en Chile como el extranjero, afortunadamente mi pasión y dedicación no ha sido en vano: ya existen varios establecimientos educacionales en Chile que han entendido la importancia del tema y lo han incorporado en la malla regular, construyendo laboratorios y preparando a profesores. Menciono a la Universidad Tecnológica de Chile, Inacap, al Instituto Tecnológico San Mateo de Pudahuel, al Liceo San Luis Beltrán de Pudahuel, al Liceo Ciencia y Tecnología de La Cisterna y a la Fundación Nocedal de La Pintana.
La nueva generación de técnicos y profesionales a todo nivel deberá tener un nuevo perfil, no sólo saber cómo se hace, si no también porqué y para qué se hace. Esto se logra con teoría y también con prácticas adecuadas. Con estos dos elementos, los técnicos podrán tener las capacidades y las competencias para discernir y así lograr tanto sus objetivos profesionales en el área de las telecomunicaciones, como también de productividad y eficiencia tan requeridos hoy en el mundo empresarial de las telecomunicaciones.
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