Desde hace ya algunos años, en nuestro país y en la Región, temas como innovación y emprendimiento han cobrado una creciente importancia, puesto que son fundamentales para el desarrollo económico y social de las empresas. En este contexto, la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), con el objetivo de apoyar a las organizaciones, creó hace siete años el Centro de Innovación y Emprendimiento, que sirve como lugar de encuentro entre las compañías y esta casa de estudios, para el desarrollo de la investigación, la docencia y la extensión en gestión de la innovación y el emprendimiento.
¿Cuáles son los aportes de la implementación de prácticas innovadoras en las empresas?
Esto genera un crecimiento financiero y el posicionamiento de las compañías. En general, las empresas que se dedican a implementar sistemas de innovación en forma constante en sus procesos o en el desarrollo de nuevos negocios, obtienen retornos extraordinarios provenientes de una oferta de mayor valor que la del resto de la industria. Es difícil pensar que firmas que vienen haciendo lo mismo que hace 10 años logren tener un alto nivel de crecimiento; en cambio, se estancan en su curva de desarrollo, en comparación con aquéllas que utilizan la innovación como una de sus fuentes de competitividad.
La diferencia entre las compañías se produce cuando se incorporan prácticas para la innovación y se capacita a los empleados, generando progresos en el nivel de ingreso, productividad y rentabilidad, haciéndolas más capaces empresarialmente, con negocios de mayor valor agregado y con ventajas competitivas de alta sustentabilidad en el tiempo.
A su juicio, ¿cómo se observa la capacidad innovadora local?
En nuestro país existe una política pública en esta materia muy bien definida y diseñada especialmente para apoyar la creación de nuevos emprendimientos e innovaciones. Una de las iniciativas que contempla es InnovaChile de Corfo, que es la principal agencia estatal a cargo de impulsar la innovación en todo tipo de empresas, tanto consolidadas como nuevas (emprendimientos) y que también cuenta con importantes líneas de apoyo dirigidas a centros de investigación. Sin embargo, las asociaciones gremiales y empresariales están recién posicionando el tema y falta un mayor compromiso de ejecución de parte de las compañías, ya que muchas se quedan en reconocer su importancia estratégica, pero el desconocimiento de métodos para concretarlo las frena, y es lógico: innovar y emprender implica abrirse a cambios; tomar riesgos y reinventarse nunca es fácil, pero sí un tema de sobrevivencia.
También la Corporación de Fomento de la Producción apoya a las firmas que están operando, para que éstas mejoren sus procesos y logren obtener los beneficios de innovar, a través del financiamiento de incubadoras de negocios en universidades o en agrupaciones industriales, para que éstas sean capaces de generar nichos y trabajar en proyectos exitosos. La finalidad de estas incubadoras es capacitar a los emprendedores para que estén bien preparados al momento de recibir los fondos que el Gobierno entrega.
¿Qué desafíos pendientes tiene Chile en innovación y emprendimiento?
A pesar de todas estas gestiones por parte del Gobierno y del rol fundamental que han jugado algunas universidades en generar conciencia de la importancia de la masificación de estas prácticas, aún queda mucho por hacer en nuestro país. Todavía vemos que bastantes empresas y sus ejecutivos mal entienden lo que es innovación, enmarcándola solamente en tecnología, invenciones y creatividad. El principal esfuerzo país debería venir por parte de las compañías, asumiendo un compromiso corporativo y destinando los tiempos, estructuras y presupuestos de riesgo. Hay que fortalecer el emprendimiento como una actividad ejecutiva.
Como universidad nos hemos propuesto jugar un rol importante en este sentido, creando grupos para compartir prácticas y un organismo de asistencia, además de entregar formación para la innovación y el emprendimiento, para que actuales y futuros empresarios comprendan el significado de ésta y sus beneficios.
¿Qué rol juega la educación en este sentido?
A nivel universitario lo fundamental es investigar y levantar las mejores prácticas nacionales e internacionales, difundir este conocimiento y llevarlo a la práctica. Para esto es clave partir por crear la conciencia para asumir el reto de entrenar a los ejecutivos actuales y futuros, a fin de que tengan las habilidades y competencias necesarias. A nivel de educación escolar, es importante generar un cambio cultural que promueva el emprendimiento y la innovación como un activo social, donde nuestra juventud aprenda a tomar los riesgos y enfrentar el fracaso que implica recorrer y tener una actitud emprendedora e innovadora.
¿Cuál es la labor de su organización en esta materia?
La Universidad Adolfo Ibáñez ha liderado el desarrollo de iniciativas que hoy conforman un ecosistema que potencia la innovación (investigación, formación y actividades de extensión), con unidades de apoyo concreto a empresas en distintas etapas de desarrollo. En este sistema se reúnen proyectos, compañías, emprendedores e inversionistas con los expertos que pueden aportar con metodologías concretas.
A través del Centro de Innovación y Emprendimiento realizamos programas que están dirigidos a gerentes y ejecutivos involucrados en proyectos de innovación y con responsabilidad en la generación de nuevos negocios. Como objetivos generales, éstos buscan entregar un sólido marco conceptual, junto con ejemplos de aplicación de la teoría en empresas latinoamericanas y multinacionales, para entender la complejidad y aplicabilidad de prácticas de innovación en la realidad del mundo corporativo. Del mismo modo, se analiza cómo se vinculan éstas al manejo de los proyectos y a la tecnología de la empresa, y cómo llega la innovación finalmente a convertirse en un éxito de mercado.
Además, organizamos ChileEmpresario, uno de los principales concursos de planes de negocios del país, cuyo objetivo clave es ser una instancia de apoyo real para la creación de negocios innovadores con alto potencial de generar impacto económico y social en Chile y el mundo. Al ser un proceso de formación emprendedora, más que una simple competencia, ha llegado a ser la única iniciativa que congrega a la totalidad de los agentes que conforman el ecosistema del emprendimiento nacional, creando un espacio de oportunidades reales.
¿Cuáles son las principales metas para las empresas en innovación?
El rol de las empresas en innovación es esencial, pues es en éstas donde se materializan, finalmente, todas las gestiones. Son las organizaciones, desde las pequeñas hasta las más grandes, las responsables de identificar los nuevos desarrollos que tienen mayor potencial económico e implementar todas las etapas requeridas para que las innovaciones lleguen hasta los consumidores.
Muchas empresas ya tomaron conciencia, pero ahora es el momento de actuar y arriesgar: tomar un compromiso corporativo y asignar responsables y presupuestos para proyectos de innovación, vincular a proveedores y clientes, y perfeccionar las métricas de innovación. Las más pequeñas, para las cuales es difícil tener estructuras y presupuestos dedicados, deben buscar la innovación mediante vinculación y alianzas, conectándose con las necesidades de las más grandes, jugando un rol colaborativo más que competitivo.
