EN TIEMPOS DE COVID-19: La transformación digital del sector salud

Llegó el Covid-19 y muchas de las cosas que eran parte de la “normalidad” dejaron de serlo. Se generó el aislamiento social, y la mayoría de las organizaciones adoptó el teletrabajo. Ningún sector quedó ajeno a este escenario de contingencia, menos aún el de salud, uno de los más afectados que ha debido hacer frente al virus, al mismo tiempo que mantiene servicios que son críticos para la población, apoyado en una transformación digital que se ha visto acelerada.

Publicado el 30 Jun 2020

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La Red Asistencial y los equipos de salud se han visto sumamente demandados en el contexto del Covid-19. “La pandemia vino a desafiar en Chile a un sistema de salud que funciona con un tercio del promedio de inversión de los países OCDE (US$1.202 por persona al año), por debajo del estándar de la OMS en materia de número de camas de hospitalización por cada mil habitantes (2,16) y con un déficit de casi 5 mil médicos especialistas”, explica el Doctor José Fernández, Miembro de la Mesa de Transformación Digital y Salud de la ACTI.

Uno de los principales retos ha sido, a juicio de Ángel Izurieta, Socio de Consultoría en Tecnología de EY, el cambio de comportamiento en los usuarios, que ante la inquietud de poder ser contagiados por asistir a un centro de atención primaria, han evitado ir, generando una merma importante en los ingresos. Agrega que “hay un impacto muy importante en los costos operacionales, dado al incremento de las medidas de ajuste en la operación, como reconversión de unidades regulares a unidades críticas, además de mayores requerimientos de recursos humanos para dar atención crítica, y de control y sanitización en los centros de salud”.

Por todo lo anterior, el desafío de abordar una pandemia de esta envergadura ha requerido del trabajo de todos los actores involucrados. Así lo destaca el Socio de ACTI, enfatizando que “la industria de Tecnologías de Información en salud debió alinearse con las nuevas problemáticas, ofreciendo soluciones que colaboraran, por ejemplo, en realizar una pesquisa proactiva de contagiados, el seguimiento efectivo de los contactos cercanos, además de la trazabilidad de los casos y la contactabilidad de ellos, con el debido registro en su Historia Clínica Electrónica”.

José Fernández, ACTI. Ángel Izurieta, EY.

En este sentido, enumera que la industria TI ha debido fortalecer las instancias de colaboración que requiere un desafío de esta envergadura; apostar por la interoperabilidad segura de todos los sistemas que aportan en enfrentar la pandemia y permiten la debida trazabilidad; ampliar los espacios de innovación y emprendimiento; exigir los ajustes a las normativas que dificulten un rápida adopción de soluciones TI por parte de los centros de salud; e impulsar la adopción de estándares internacionales en salud digital, interoperabilidad y seguridad de la información. Y es que ha crecido significativamente el uso de sistemas de información en los centros de salud. Como consecuencia, se ha producido un importante reto en materia de la infraestructura tecnológica que es necesaria para sostener la alta demanda de transacciones y registros que se está generando en todo el país. “La misma situación se observa en cuanto a los recursos para la conectividad de Internet, que ha tenido que acompañar el crecimiento en el uso de la telemedicina, teleasistencia y salud virtual”, agrega José Fernández, quien también es Subgerente General de Rayen Salud.

Sin embargo, se trata de una transformación digital ya en camino, que comenzó a desarrollarse hace más de una década en el país. Hoy podemos observar, como relata el ejecutivo de ACTI, una robusta base instalada de centros de salud digitalizados, principalmente en la Atención Primaria, donde casi el 90% de sus establecimientos cuenta con Ficha Clínica Electrónica y muchos con un importante avance en la incorporación de otras soluciones digitales complementarias. Para el ejecutivo de ACTI, el contexto del Covid-19, más allá de acelerar el camino de la transformación digital del sector, ha evidenciado espacios donde el uso de tecnologías optimiza el trabajo.

En opinión del ejecutivo de EY, “una crisis como la que estamos viviendo ha afectado de sobremanera los modelos de negocios y el sector salud está inmerso en el corazón de la nueva realidad y, si bien lo digital ha estado ampliamente disponible por el avance de las tecnologías disruptivas, es en la transformación donde se acentúan las acciones para avanzar”.

Telemedicina y otras tecnologías

Los cambios en el sistema de salud han sido drásticos en los últimos meses, con problemas que requieren de una respuesta rápida, como la continuidad de la atención a las personas, pese al distanciamiento social. Una de las tecnologías que ha despegado ha sido la telemedicina para permitir que pacientes y profesionales de la salud puedan mantener el vínculo a distancia, con una adopción que, en pocos meses, ha sido más alta que los últimos 10 años de existencia de esta tecnología. “En Chile, hoy prácticamente no hay proveedor de salud que no ofrezca esta alternativa a sus afiliados y algunos meses atrás solo un par de ellos la tenía disponible. En un estudio de Civic Science con datos de EEUU, a abril, el uso de esta tecnología se duplicó desde diciembre y la intención de su uso futuro reporta un 50% de aumento. Es muy probable que al finalizar la pandemia estos números serán mucho más acentuados”, agrega Ángel Izurieta.

Este modelo de atención permite, entre otras cosas, resguardar a los equipos de salud de la exposición al virus, evitar traslados innecesarios, hacer seguimiento a pacientes crónicos y optimizar los recursos sanitarios, físicos y humanos. Para el representante de ACTI, “sin duda, ha sido parte de las estrategias de diagnóstico, control y tratamiento de la epidemia”. Agrega que “esta alternativa trascenderá a la pandemia y permitirá reorganizar los esfuerzos asistenciales y optimizar el recurso humano, aportando en el acceso a atenciones de calidad para toda la población, como también para el control de pacientes crónicos”.

Del mismo modo, a su juicio, la interoperabilidad de los sistemas de información y otras fuentes de apoyo diagnóstico, ha permitido ir centralizando los datos y facilitando el uso de soluciones de Inteligencia Sanitaria, para la exploración y análisis de datos en salud. Este avance será clave en el futuro, para la toma de decisiones informadas, con historia y visión prospectiva.

“Por otro lado, se ha visto un mayor uso de Inteligencia Artificial (IA) sobre todo en análisis de imágenes con múltiples campos de acción y también la adopción de agentes de triage digitales”, explica el profesional de EY y agrega que también se han dado los primeros intentos del uso de robótica en procesos de atención física y las salas de operación. “Por último, y de manera muy significativa se ha visto una apertura a desarrollar programas de innovación abierta, donde todo un ecosistema de emprendedores se ha puesto al servicio de la industria para resolver sus problemas de manera colaborativa a través de hackatones o aportes directos”, señala.

Un rol significativo

La tecnología en el sector salud siempre ha estado presente: desarrollo de vacunas, análisis de imágenes, sistemas de radiología y tantos otros, pero ¿cómo seguirá evolucionando? “A futuro veremos muchos avances adicionales y, sobre todo, la aceleración en su adopción. Especialmente en el uso masivo de datos con analítica avanzada e IA es donde mayor valor vemos que habrá en una próxima ola de adopción TI”, adelanta Ángel Izurieta. Una apreciación con la que coincide José Fernández, para quien las TI han permitido importantes avances del sector salud en los últimos años, basados en el trabajo colaborativo de distintos actores públicos, privados y de la academia; y seguirán enfrentando los desafíos sanitarios y colaborando en la optimización de los recursos, la eficiencia de las prestaciones y la entrega de atenciones oportunas, dignas y de calidad.

“Hacia el futuro -a su juicio- el reto estará puesto en detectar las nuevas problemáticas, espacios de mejora y oportunidades del sector, para ofrecer soluciones que permitan abordarlas. Esto, de seguro, proyectará un mayor uso de sistemas y aplicaciones móviles para el equipo de salud, las autoridades sanitarias y los pacientes, con especial énfasis en profundizar los registros clínicos que tributan al historial del paciente; el uso de herramientas de salud virtual y seguimiento de pacientes crónicos; y la adopción de soluciones de Inteligencia Sanitaria, para el análisis de información en salud”. Pero, por supuesto, quedan retos por delante: “Aún falta por ver sistemas de salud completamente digitales; hay mucho que avanzar en la interoperabilidad entre todos los ámbitos de trabajo en el sector y, por sobre todo, en la integración de los datos en toda la red de atención, tanto pública como privada; contar con un registro único de paciente es un próximo paso extremadamente necesario”, concluye el profesional de EY.

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Redacción

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