Malware: La principal preocupación de las empresas de América Latina

Publicado el 10 Jun 2021

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A diferencia de lo que ocurrió en las últimas ediciones del ESET Security Report, en esta oportunidad la infección con malware, que generalmente ocupaba la tercera posición en el top tres de las principales preocupaciones, pasó a ser la mayor preocupación para las organizaciones (64%), relegando al segundo y tercer lugar en el orden de preocupaciones al robo de información (60%) y el acceso indebido a los sistemas (56%).

Uno de los grandes retos para las empresas debido a la pandemia ha sido el teletrabajo. Este giro hacia una mayor virtualidad se dio en un contexto en el que los cibercriminales también intentaron sacar provecho de esta situación impuesta por la pandemia para comprometer a las empresas y obtener su beneficio económico. Por ejemplo, se utilizó el Covid-19 como señuelo para todo tipo de campañas maliciosas, ya sea para robar datos personales o para distribuir malware, así como también con el aumento de los ataques apuntando a las conexiones remotas.

Aumentó la preocupación de las empresas al ver los riesgos que el trabajo remoto, combinado con el crecimiento de los intentos de ataque pueden suponer para la seguridad de su información. Esta realidad se vio reflejada en la opinión de los ejecutivos encuestados, ya que según revela el ESET Security Report 2021, el 64% de las organizaciones de la región ve en el malware la principal preocupación desde el punto de vistas de la seguridad.

Esta preocupación es coherente con la realidad, ya que el 34% de los incidentes que sufrieron el último año las empresas latinoamericanas fue debido a los códigos maliciosos, siendo la principal causa de incidentes de seguridad. De acuerdo con los datos de la telemetría de ESET, las empresas en Brasil fueron las más afectadas por malware con el 19% de todas las detecciones en Latinoamérica, seguidas por las de México (17,5%), Argentina (13,3%), Colombia (10,6%) y Perú (8,9%). Asimismo, los ataques de ingeniería social son responsables del 20% de los incidentes de seguridad de las empresas latinoamericanas.

Por otra parte, el último año se registró un aumento de 704% en el número de los ataques de fuerza bruta a los servicios de acceso remoto como el RDP, mientras que el número de usuarios únicos afectados por estos intentos de comprometer los accesos remotos registraron un incremento de 196%. Probablemente, el crecimiento del ransomware en 2020 sea uno de los principales responsables de este importante aumento.

En 2020 quedó demostrada la evolución el ransomware. Este código malicioso no solo registró una importante actividad, sino que los grupos de ransomware además evolucionaron hacia una mayor sofisticación y uso de nuevas técnicas. Estos cambios en el ransomware están directamente relacionados con las preocupaciones, no solo por el hecho de que el ransomware es un tipo de malware, sino porque en 2020 muchos grupos comenzaron a adoptar el robo de información a su estrategia —además del uso de otras técnicas extorsivas— con el objetivo de presionar a las víctimas con divulgar información sensible si no se paga el rescate.

“El 60% de las organizaciones de América Latina tienen como su principal preocupación el robo de información y el ransomware viene creciendo en actividad con ataques dirigidos a grandes y pequeñas empresas. Además, los grupos de ransomware han estado aprovechando el teletrabajo para acceder a redes corporativas a través de conexiones remotas y están demandando sumas de dinero cada vez más elevadas por el rescate de la información. Frente a este escenario resulta evidente que el ransomware es una amenaza para preocuparse y que requiere atención. Sobre todo, teniendo en cuenta que el porcentaje de empresas que utiliza soluciones para el respaldo de la información es relativamente bajo”, menciona Camilo Gutiérrez Amaya, Jefe del Laboratorio de ESET Latinoamérica.

Por otro lado, según muestra el informe, el malware bancario registró una caída en la cantidad de detecciones el último año pero se analizaron varias familia de malware bancario que comúnmente apuntan a países América Latina y en el último año ampliaron su espectro geográfico, apuntando a países de Europa (principalmente España) y a Estados Unidos. Las campañas que distribuyen troyanos bancarios generalmente son muy focalizadas a ciertos países y el último año Brasil, México, Chile y Argentina fueron los más apuntados mediante el envío principalmente de correos de phishing.

Por su parte, los principales controles de seguridad implementados en las empresas son las soluciones antimalware (86%), firewalls (75%) y soluciones de respaldo de información (68%). Sin embargo, otras medidas importantes registran baja implementación, como es el uso de soluciones de doble factor de autenticación (22%). En cuanto al uso de soluciones para el respaldo de la información, la cifra es muy baja, sobre todo si se considera la actividad de una amenaza como el ransomware y se tiene presente que es la manera más efectiva para recuperarse de un incidente causado por este tipo de código malicioso evitando tener que pagar a los atacantes.

Otro dato preocupante es la baja implementación de soluciones de seguridad en dispositivos móviles, con apenas el 15% de las organizaciones, sobre todo si pensamos que en estos tiempos de teletrabajo los dispositivos móviles son utilizados para actividades laborales además de personales y pueden ser la puerta de entrada a la información sensible de la empresa.

En cuanto a las prácticas de gestión, la de mayor adopción con el 71% corresponde a la actualización de aplicaciones, seguida por la implementación de políticas de seguridad (68%), y por las auditorías (40%), tanto internas como externas. Sin embargo, teniendo en cuenta la reciente actividad del ransomware, es relativamente bajo el porcentaje (39%) de empresas que cuentan con un plan de respuesta ante incidentes y un plan de continuidad del negocio.

En lo que respecta al presupuesto disponible para el área de ciberseguridad, para el 81% de las empresas el presupuesto asignado para el área de ciberseguridad es insuficiente. Si bien el 24% afirmó que el último año aumentó el presupuesto en seguridad, el 22,5% aseguró que se redujo.

Por último, en el caso de actividades de capacitación y concientización al interior de las empresas el 37% de los encuestados afirmó realizar actividades de este tipo de forma periódica, mientras que 41% lo realiza de manera ocasional y un 19% no realiza este tipo de acciones.

“La virtualidad forzada por la pandemia alteró la dinámica de muchos sectores productivos. Algunas industrias y empresas estaban preparadas, pero otras tantas se vieron obligadas a incursionar en el comercio electrónico y el teletrabajo sin haberlo experimentado previamente. Todo esto acompañado por una actividad maliciosa que creció y que buscó sacar provecho de esta transición por la que pasaron muchas organizaciones. El escenario es complejo y varía según industria y el tamaño de las empresas, pero requiere tomar medidas frente a una industria del cibercrimen que continúa evolucionando y buscando la manera de sacar provecho de las oportunidades que se presentan para obtener ganancias financieras. Esperamos que este documento sea de utilidad tanto para las empresas como para los profesionales y que pueda servir como una referencia para evaluar las medidas que están implementando”, concluye Gutiérrez Amaya.

Más información en https://tinyurl.com/2z29h7cd

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Redacción

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