DXC Technology rechazó la propuesta de compra recibida por la empresa francesa Atos a principios de año. Y lo hizo en una comunicado donde afirmaba que esa propuesta de adquisición era “no vinculante, preliminar y no solicitada”.
De todas formas, DXC, integrador de tecnología de matriz estadounidense, asegura que evaluó “cuidadosamente la propuesta” y que, a partir de ahí, la consideró inadecuada. En otras palabras, Atos minusvaloraba a DXC en su intento de compra. Además, ambas empresas también han acordado estos días no continuar con las conversaciones.
A principios de enero ambas compañías confirmaron que estaban discutiendo de forma amistosa los términos de un acuerdo de compra con el objeto de crear “un líder en servicios digitales que se beneficiara de una escala global”. Fuentes cercanas a la operación aseguraron en aquel momento que Atos estaba dispuesta a pagar US$ 10.000 millones por DXC.
Hay que recordar que DXC fue fundada en 2017, como resultado del desgajamiento del negocio de servicios de HPE y su fusión con CSC. En 2020, DXC facturó a nivel mundial casi US$ 20.000 millones. Atos, por su parte, es bastante más pequeña en términos de ingresos y en 2019 tuvo una facturación de 11.500 millones de euros.