La movilidad es hoy la nueva Internet (y hay que moverse)

La movilidad hoy lo es todo, es la nueva reina en el mundo de los negocios y el trabajo pero todavía les falta a estos sectores avanzar en los pasos necesarios para concretar esa sentencia. Algo similar a lo que ocurrió en la explosión de Internet.

Publicado el 29 Feb 2016

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Roberto Ricossa.

People move. Networks must follow (“La gente se mueve, las redes deben acompañarlas”), es una de las frases de cabecera en Aruba, una compañía de Hewlett- Packard Enterprise. Parece sencillo decirlo, parece obvio, pero en el mundo de los negocios aún falta un trecho para llevar ese concepto a la práctica. Hablamos, en definitiva, de movilidad: estamos todos de acuerdo en que la movilidad hoy lo es todo (como bien rezaba el “claim” del último Mobile World Congress).

Todo tipo de sectores, más allá de los relacionados con las TIC, están de acuerdo con ello, algo que el Foro Económico Mundial (WEF o “el foro de Davos”) de este año puso en números concretos. Para su informe The future of Jobs se entrevistó a ejecutivos de primer nivel de nueve sectores diferentes en 15 de las economías más grandes del mundo (que suman el 65% de la fuerza de trabajo mundial). Los resultados fueron concluyentes: movilidad y nube son los dos factores que más cambios traerán en el mundo del trabajo y los negocios: “Estos efectos se potencian por el ascenso de Internet móvil y la tecnología de nube, lo que permite la rápida difusión de modelos de servicios basados en Internet”, dice el informe. Y ya, ahora, en los próximos 2 a 5 años. Tal es el impacto, que el WEF equipara a este proceso con la revolución industrial (precisamente la llama, “la cuarta Revolución Industrial”). En Aruba lo bautizamos “tsunami de cambios”. Otra definición para el mismo fenómeno.

Falta animarse

Pero este consenso general no se ve aún trasladado efectivamente a la realidad de la economía, los negocios, el comercio, etc. Me recuerda a la situación que vivimos hace unos 15 años (aproximadamente) cuando todos hablaban de las maravillas de Internet, la gente estaba en Internet y las empresas y marcas debían estar en Internet… pero la rueda no terminaba de ponerse en movimiento, había cautela, pocos se animaban a dar los primeros pasos. Luego ya sabemos lo que pasó, especialmente con los que no se subieron a tiempo.

La movilidad es hoy la nueva Internet. Lo que era (prometía) Internet hace unos 15 años, para la gente y el sector TIC ya es la realidad, pero para los sectores económicos, todavía una certeza de cambio en la que no se animan a dar el paso.

Porque (vale recordarlo y subrayarlo), movilidad es mucho más que conectividad. No se trata solo de ofrecer Wi-Fi, sino de montar sobre esa red, servicios de calidad y útiles para el cliente/usuario/ciudadano: localización “indoor” en grandes espacios cerrados, mejores experiencias de compras móviles, prestar atención al usuario multidispositivo (que fracciona su recorrido a través de varios equipos móviles), mejores experiencias en entretenimiento en el mundo real (eventos deportivos y artísticos), facilidades para acceso, egreso y estacionamiento, historias clínicas en la palma de la mano… imposible listar la infinidad de posibilidades. La gente y los dispositivos avanzan más rápido que marcas, empresas y gobiernos. Sus necesidades cambian y todavía no se le está brindando eso que están esperando en cuanto a movilidad. Los dispositivos están, las redes están, la pulsión de la gente está. ¿De qué se trata pasar de esa promesa a la realidad? De animarse, abocarse plenamente a desarrollar servicios que aprovechen todo eso. Las posibilidades (como hablábamos hace años con Internet) son infinitas. En Aruba también hablamos de “how tomorrow moves,” pero para la gente lo que se mueve es el presente. Tenemos que acortar esa distancia entre lo que para los usuarios ya es presente y para marcas, empresa y gobierno aún un prometedor potencial.

Se está trabajando mucho y bien, pero hay que tomar las decisiones e implementar las soluciones. Impulsar a todos los sectores a sumarse a este “tsunami de cambios”. ¿De qué lado del tsunami quiere estar?

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Redacción

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