En su cuarto año de realización, el estudio de Factura Electrónica (FE) de Penta Research arroja interesantes resultados sobre la participación de este elemento en el mundo de los documentos tributarios.
Sobre la base de 190 entrevistas a empresas que contratan el servicio de factura electrónica (FE), principalmente concentradas en la Región Metropolitana y en los rubros retail, comercio, alimentos y bebidas, se llevó a cabo el estudio de FE 2010 de Penta Research. A diferencia de mediciones anteriores, en que se abarcaba la generalidad de documentos electrónicos, esta última versión se enfoca en la factura electrónica, dado el alza en el uso de este documento.
Respecto del grado de penetración de este servicio, podemos decir que desde 1997 ya se operaba con factura electrónica, pero que el sistema se consolidó entre 2007 y 2008. Según datos de la encuesta BIT (Business and Information Technologies), para el 2007 el 21% de las empresas había adoptado este sistema, un porcentaje aún bajo en comparación con los estándares internacionales (ver gráfico).
Dentro de las razones que gatillan el cambio del sistema tradicional a la FE está el que permite transparentar el movimiento de caja y ordenarse frente al Servicio de Impuestos Internos (SII). Sin embargo, hay compañías -principalmente las micro, pequeñas y medianas- que aún facturan de forma tradicional, lo que obliga a muchas organizaciones a mantener ambas modalidades. Esto lo evidencia el que el 53% de los encuestados afirma tener esta duplicidad de sistemas. Aun cuando desde 2005 funciona el portal gratuito Mipyme del SII -orientado a micro, pequeñas y medianas empresas-, hay un alto segmento de organizaciones que dilatan su integración mayormente por falta de infraestructura tecnológica y de orden del sistema contable.
Los factores de la integración al sistema electrónico
En cuanto al volumen de facturación, mientras el 50% de la muestra emite en un 98% sus facturas de forma electrónica, el otro 50% factura menos del 90% de ese modo. Vale decir, un 10% de las facturas que emite una empresa continúa siendo a través del método tradicional.
No es tan simple incorporar esta tecnología. A través de nuestras investigaciones, detectamos que el principal detractor es que se requiere un sistema contable ordenado, algo que generalmente no está presente en las Pymes.
Otro factor que impide esta integración es que al adoptar el sistema electrónico se necesita personal facultado para hacer la transición, y esto conlleva un cambio cultural importante al interior de la organización. En ese sentido, una hipótesis plantea que una de las trabas es la resistencia de los funcionarios del departamento de administración y finanzas, cuando se trata de gente mayor. De acuerdo al informe de FE 2010, esto estaría cambiando dado que el 82% del segmento a cargo de esta toma de decisiones (generalmente personal de administración y finanzas), corresponde a personas entre 30 y 45 años.