La quinta generación de tecnologías móviles, o 5G, marca un quiebre en la historia de la evolución de los sistemas de telecomunicaciones celulares. Todas sus antecesoras fueron concebidas y dise- ñadas bajo un paradigma en el cual el ser humano, y su tráfico de voz y datos, representaba el centro del modelo de negocios. Si bien existían algunas aplicaciones o casos de uso que podían escapar a esta regla, generalmente se trataba de modelos complementarios y derivados de su empleo original.
5G, sin embargo, es la primera tecnología móvil celular masiva diseñada para atender una diversidad de casos de uso donde el modelo de negocios tradicional centrado en el humano es tan solo uno más entre muchos. Esta nueva evolución tecnológica dará soporte a una amplia variedad de aplicaciones móviles donde, además de las comunicaciones entre humanos y de humanos con máquinas, también se comunicarán las máquinas directamente con otras máquinas, y, de hecho, este tipo de conexiones superará en cantidad, en un tiempo no muy lejano, a las conexiones puramente humanas. Suele decirse que 5G fue concebida para ser el tejido que unirá y dará soporte a una nueva sociedad conectada.
Y un aspecto fundamental de esta: la economía. Los avances de 5G y sus casos de uso o aplicaciones pueden abrir paso a economías más productivas y eficientes, gracias sobre todo a la Internet de las Cosas masiva, pero también a las comunicaciones ultraconfiables y la banda ancha mejorada de alta velocidad, en combinación con factores como la Inteligencia Artificial y la computación en el borde.
La combinación de estos avances tecnológicos hará emerger nuevos modelos de negocios, cambiará otros, y abrirá la puerta para introducir grandes mejoras en una amplia mayoría.
Impulsar la conectividad
Pensando en los países de América Latina, queda claro también que el despliegue de 5G será absolutamente necesario para mantener la competitividad en el marco de una economía global. Los países de la Región no podrán darse el lujo de permanecer al margen de este avance de las comunicaciones y privar a sus organizaciones productivas de la posibilidad de brindar servicios de última generación a sus clientes, tanto locales como del exterior o competir en igualdad de condiciones frente a competidores de otros países. En un contexto económico donde la tecnología marca la diferencia, esto puede poner en juego la continuidad de los negocios. Y esto es especialmente crítico para aquellos actores de la economía del conocimiento, pero es cada vez más palpable también en otros verticales.
Pero 5G no tendrá solamente peso específico para aquellas organizaciones productivas de los sectores tecnológicamente más avanzados. Sus ventajas pueden también marcar una diferencia muy grande aún en aquellos sectores que pueden beneficiarse incluso con algo más básico, el acceso a una conexión de alta velocidad.
En muchos países y regiones, como ocurre con América Latina, existen todavía grandes áreas desconectadas o con servicios de muy baja velocidad. Muchas veces, se trata de zonas donde hay un alto nivel de actividad productiva o económica, pero hasta hoy era caro llegar con una conexión cableada de alta velocidad.
5G también puede brindar una contribución significativa en este sentido, ya que sus condiciones técnicas proveen una alternativa altamente viable para impulsar la conectividad, a tal grado que incluso en mercados desarrollados está siendo considerada. Aquí me refiero explícitamente al uso de la red móvil para ofrecer servicios de banda ancha fija que compitan con los operadores HFC, de cobre y hasta fibra óptica establecidos. Las velocidades que ahora se obtienen con redes 5G utilizadas para dar banda ancha fija son equiparables a las que ofrecen los operadores con fibra óptica al hogar.
Aunque este empleo de la tecnología pueda parecer básico en comparación con aplicaciones de Big Data, Inteligencia Artificial o Realidad Aumentada, puede representar un salto enorme para muchas actividades económicas que hoy no cuentan con conectividad apropiada. Frente a este escenario, es cuestión de tiempo para que tanto las administraciones gubernamentales como cualquier otra entidad vinculada a la toma de decisiones en lo asociado a las fuerzas productivas comiencen a contemplar 5G como un pilar esencial en el desarrollo económico de los países de la Región.
