Un análisis exploratorio sobre perfiles de Chief Information Officer (CIO) -que clasifica la oferta de profesionales que desempeñan este rol frente a la demanda para el puesto que tienen las empresas- aborda el artículo “The CIO Gap and Mismatch”, que elaboraron los académicos del Departamento de Control de Gestión y Sistemas de Información de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Ariel La Paz y Jaime Miranda, junto al profesor de la Universidad de Valparaíso, Jonathan Vásquez.
El estudia señala una brecha y desajuste entre los profesionales que desempeñan el rol de CIO y la definición que la empresa tiene del cargo. “La tasa de coincidencia general en la muestra es baja, lo que revela que el 30,56% de las empresas y los individuos logran una coincidencia completa; mientras que existe un 69,44% de discrepancias entre empresas e individuos”.
Los autores explican que el análisis “pone de manifiesto un importante desajuste entre las definiciones del puesto de CIO y los perfiles de las personas contratadas; así como una brecha importante en el caso del tipo CIO estratega”. En este punto, explican que “un desajuste indica que una empresa define un conjunto de características para el puesto, mostrando una preferencia por un perfil determinado, pero contrata a una persona clasificada como un tipo diferente de CIO”.
A partir de un desajuste de la oferta y demanda de profesionales, se generan algunos problemas. En primer lugar, indica el estudio, “cambian las percepciones o expectativas de las capacidades de los individuos pero, lo más importante, es que producen brechas comerciales y desalineación en el desempeño y resultados obtenidos por las organizaciones”. En segundo lugar, se pueden generar “problemas en el lenguaje técnico y comercial, lo que impide una comunicación efectiva; así como en la traducción de las necesidades comerciales en proyectos de sistemas y TI, y una priorización incorrecta de las inversiones y operaciones de tecnología”. Otro problema radica “en la falta de CIOs estrategas, donde las instituciones educativas pueden asumir un papel de liderazgo en la formación de nuevas generaciones o la actualización de los profesionales en la pista de CIOs”.
Ariel La Paz, Universidad de Chile. Jaime Miranda, Universidad de Chile. Jonathan Vásquez, Universidad de Valparaíso.
En la investigación, publicada en Journal IT Professional, se recalca que “esta brecha y desajuste debe corregirse en el mercado laboral de CIOs o realinearse dentro de las empresas, para garantizar que los puestos se ocupen con la mejor combinación posible, y, de ese modo, mejorar el desempeño corporativo y los resultados financieros”.
Si bien los investigadores aclaran que no pueden asegurar que este escenario de desequilibrio se generalice en todos los contextos, que sea un problema exclusivo de demanda y oferta, o de reclutamiento y selección, advierten que “podría deberse a una estructura de mercado rígida, en que los individuos y las empresas se adaptan de mejor manera en un momento específico, pero luego enfrentan la dinámica de los negocios, que cambia la exigencia de habilidades del CIO”.
Los perfiles
La encuesta capturó datos de 36 CIOs empleados en empresas del sector financiero (19,4%) y minorista (17%), la mayoría grandes empresas (78%). Para identificar la coincidencia y brechas entre las especificaciones de la empresa y los atributos dominantes de los individuos, y así estimar el número y tipo de CIOs en oferta y demanda, los investigadores agruparon las orientaciones individuales y corporativas en cuatro perfiles diferentes, que se vinculan a la literatura académica y a sus áreas de responsabilidad.
“Un CIO estratega prioriza la alineación de los objetivos estratégicos con un adecuado diseño de tecnologías y sistemas de información y seguimiento de las operaciones. En las funciones tácticas, el CIO innovador enfatiza el diseño y los usos potenciales de las nuevas tecnologías, y el CIO habilitador tiene como objetivo mejorar el desempeño de otras áreas funcionales. En el nivel operativo, el CIO tecnólogo desarrolla, instala y despliega las tecnologías y sistemas de información, para la continuidad operativa”, se describe en el estudio.
El análisis señala que idealmente un CIO debería asumir la responsabilidad en todas las áreas, pero en la práctica no ocurre, pues “tienden a especializarse, lo que da forma a las fortalezas personales y habilidades profesionales adquiridas en su formación académica y experiencia práctica”.
Por lo tanto, “el desempeño real y el énfasis del CIO deben ser definidos por la interacción de la demanda y la oferta. La empresa define las responsabilidades y las características del perfil necesarias, y los CIOs postulan a empresas que aprecian sus habilidades y destrezas. Una combinación ideal haría encajar los perfiles de las personas con los requisitos de las empresas, y equilibraría la cantidad de CIO por tipo en el mercado”.
Los resultados
Los resultados muestran que predomina el CIO innovador, en cuanto al mismo nú- mero de individuos y perfiles solicitados por empresas. Respecto a los perfiles de tecnólogo y habilitador, estos presentan diferencias importantes en el número de personas que conforman la oferta y la demanda, ya que la muestra tiene aproximadamente siete veces más CIOs tecnólogos y el doble de CIOs habilitadores, respecto a las firmas que exigen este tipo de profesionales.
Se destaca que existen suficientes CIOs, de acuerdo a las necesidades y perfiles, para satisfacer la demanda de las empresas, a excepción de los estrategas, donde existe una brecha significativa de individuos, en comparación con la demanda. Respecto al vínculo de los CIOs y el nivel gerencial de las organizaciones, el estudio indica que “las actividades gerenciales en la agenda tienden a estar muy marcadas en los perfiles de estratega e innovador; mientras que las actividades operativas se relacionan con el perfil de CIO habilitador y tecnólogo. La estructura de informes y el esquema de compensación para cada perfil es coherente con el nivel de participación en la definición de estrategias, y se considera al estratega e innovador como pares en el nivel gerencial: reportan al CEO y reciben compensación ejecutiva”.
Por el contrario, en el caso de “los habilitadores y tecnólogos se ubican en un nivel de jerarquía inferior, informan al CFO o CPO, y reciben una compensación ejecutiva basada en el desempeño y resultados”.
Respecto a los atributos de la oferta de profesionales, “se reconoce valor en el nivel educativo y en la articulación de áreas de conocimiento que los individuos combinan para construir su formación académica. En este caso, la relevancia de la educación se asocia al ámbito cuantitativo (años de educación formal o número de estudios académicos) y cualitativo (habilidades tecnológicas y gestión)”. El estudio añade que “las habilidades de los perfiles habilitadores y tecnólogos son más técnicas, en comparación a estrategas e innovadores, que son más administrativas”.
Los investigadores concluyen que “cuando una empresa considera a las tecnologías y sistemas de información de manera utilitaria comete un error al contratar a un CIO innovador o estratega. En este caso, este tipo de CIO puede proponer innovaciones y planes de negocios a una empresa que solo necesita sistemas robustos, por lo que no requiere de un profesional que se siente en la junta ejecutiva y que negocia el presupuesto”.
Agregan que “las compañías que buscan asesoramiento profesional en tecnologías y sistemas de información para impulsar su negocio y contratan tecnó- logos o habilitadores no encontrarán las propuestas de valor que esperan. Ambas situaciones frustran a los CIOs y las organizaciones, ya que no trabajan en un terreno común y fértil”.