De acuerdo a cifras de IDC, un 70% de las organizaciones en América Latina consideran relevante hacer un esfuerzo para reducir el impacto que tienen sus compañías en el medioambiente. Es decir, el tema sin duda preocupa al mundo empresarial, el que seguramente no dejará de sorprenderse con los resultados de una nueva investigación realizada por McAfee, la cual reveló que el spam daña el medioambiente y contribuye de manera sustancial a las emisiones de gas invernadero (GHG), provocando un fuerte impacto financiero, personal y ambiental en los negocios y las personas.
En el estudio “Carbon Footprint of Spam” de McAfee, los investigadores del cambio climático ICF y expertos en spam calcularon a nivel mundial la energía utilizada para transmitir, procesar y filtrar este tipo de correo, obteniendo un resultado total de 33.000 millones de kilowatts hora (KWh), o 33 terawatts hora (TWh). Esta cifra equivale a la electricidad que se utiliza para abastecer a 2,4 millones de hogares, con las mismas emisiones de gas invernadero de 3,1 millones de automóviles de pasajeros que usan 2.000 millones de galones de gasolina.
De acuerdo a Jeff Green, Vicepresidente Senior de Desarrollo de Productos y de McAfee Avert Labs, “mientras el mundo enfrenta el creciente problema del cambio climático, este estudio destaca que el spam tiene un enorme impacto financiero, personal y ambiental en los negocios y las personas”.
Un día sin spam
A fines de 2008, McColo, una importante fuente de spam en línea, fue eliminada de Internet y el volumen de correo no deseado disminuyó en un 70% a nivel mundial. La energía ahorrada en la calma posterior antes de que esta fuente reconstruyera su capacidad de envío, fue equivalente a sacar de circulación a 2,2 millones de automóviles ese día, lo que comprueba la magnitud del impacto de los 62 millones de millones de mensajes spam que se mandan cada año.
Para Green, “detener el correo no deseado en su origen, además de invertir en tecnología de punta para filtrarlo, permitiría ahorrar tiempo y dinero y contribuiría al cuidado del planeta al reducir las emisiones de carbono”.
Resultados
El estudio observó la energía mundial que se gasta al crear, almacenar, visualizar y filtrar spam en 11 países, incluidos Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, Japón, India, México, España, Estados Unidos y Reino Unido. Correlacionó el gasto de electricidad de este tipo de correo con su consumo de carbono y los resultados más importantes incluyeron:
• La emisión promedio de gas invernadero asociada con un solo mensaje de spam es de 0,3 gr de CO2. Esto equivale a conducir 1 mt (3 pies); pero cuando se multiplica por el volumen anual de correo no deseado, equivale a conducir 1,6 millones de veces alrededor de la tierra.
• Gran parte del consumo de energía asociado con el spam (cerca de un 80%) proviene de usuarios finales que borran este tipo de mail y buscan mensajes legítimos entre éstos (falsos positivos). Filtrar el spam representa sólo el 16% del uso de energía relacionado con éste.
• Los filtros de spam ahorran 135 TWh de electricidad al año, lo que equivale a sacar de circulación a 13 millones de automóviles.
• Si cada buzón se protegiera con un filtro de spam con la más avanzada tecnología, las organizaciones y las personas podrían reducir en un 75% o en 25 TWh anuales la energía utilizada actualmente por el correo basura, lo que equivale a sacar de circulación a 2,3 millones de automóviles.