Ya nadie tiene dudas acerca de todos los beneficios que tiene la tecnología inalámbrica: movilidad, acceso ubicuo a la información corporativa y mayor productividad, entre otros. Si bien es cierto que su utilización ha crecido enormemente en los últimos años, no muchas empresas y personas se han percatado de algunos factores que hay que considerar a la hora de su implementación.
Quizás el tema de mayor relevancia es la seguridad de la red, aspecto que no muchas personas y empresas han tomado en serio. Si alguien hace un ejercicio simple de descubrir las redes inalámbricas disponibles en un cierto sector de Santiago, con su computador portátil, se sorprendería de los resultados, y quedaría más sorprendido aún -y posiblemente muy alegre por no tener que pagar nada- al constatar que varias de ellas dan la posibilidad de navegar libremente por Internet.
Dudo mucho de que existan buenos samaritanos que estén dispuestos a dar libre acceso a Internet y a su red, a todo un mundo de desconocidos sin ninguna clase de restricciones. Me parece más terrenal pensar que existe un número importante de personas y empresas que desconocen los riesgos que tiene conectar un access point a la red, con un DHCP habilitado, sin accionar ninguna clase de mecanismo de seguridad.
Seguridad
La tecnología ha evolucionado y seguirá evolucionando para proporcionar mecanismos más eficientes que permitan realizar transmisiones seguras de datos sobre dichas redes sin afectar su calidad de servicio
En el plano de mecanismos de cifrado atrás quedó la era de WEP con manejo de llaves estáticas, el cual puede ser descifrado al cabo de algunas horas, dando paso ahora a sistemas más sofisticados como WPA, Kerberos y VPN, entre otros. Estos, sumados a mecanismos de autentificación como RADIUS, dan una buena segurización de la red.
Sin embargo, como nada es gratis en este mundo, implementar todas estas medidas resulta en un aumento asociado en el costo de la solución, y dependiendo de las tecnologías utilizadas, también en una degradación en el desempeño de la red. No obstante, existen medidas simples y efectivas que permiten dar una barrera básica de entrada a la red al común de los usuarios, pero no a una persona con conocimientos adecuados.
Factores a considerar
Si bien este tema es el más crítico, existen otros factores que también aparecen dependiendo de lo que se requiera hacer con la red. A continuación señalaré algunos que considero relevantes. El primero sobre el cuál haré mención es el ancho de banda disponible. Típicamente una solución Wi-Fi (802.11b) es 10 veces más lenta que la red cableada (100 Mbps), lo que introduce ciertas restricciones al tipo de aplicaciones que se podrían montar sobre ésta ¿Se imaginan como se vería la transmisión simultánea de un video de alta definición a 20 clientes conectados al mismo access point 201.11b?
También aparece como un tema relevante la duración de la batería, mientras mayor uso se haga de la red, menor es su duración.
En el caso particular de las bodegas o centros de distribución, un aspecto crítico es la cobertura de la red. Esta depende de la disposición de los racks, tipo de material que se almacene y otros factores particulares.
Otro elemento relevante es la interferencia. En ciertos lugares es tal la interferencia causada por otros artefactos de radiofrecuencia que hacen imposible que la señal pase por ahí.
En resumen, algunas preguntas que deberíamos hacernos a la hora de implementar una red inalámbrica son las siguientes: ¿Qué aplicaciones utilizaré? ¿Qué ancho de banda consumen? ¿Qué ancho de banda tengo disponible? ¿Qué dimensión tiene el lugar donde instalaré la red? ¿Existen fuentes de interferencia cerca? ¿Qué importancia tienen para mí los datos que circulan por la red? ¿Qué política de seguridad usaré? Y quizás la mas importante ¿Vale la pena segurizar la red inalámbrica?… Sí, nunca lo dude.
Julio de 2005