André Medel, Jefe de Continuidad de Negocios y Seguridad de la Información del Depósito Central de Valores (DCV): “Nos planteamos ser el último componente del sistema financiero en dejar de operar y el primero en recuperarse”

Expertos en continuidad de negocios y seguridad de la información de diversas industrias se reunieron para compartir sus experiencias en las estrategias para enfrentar escenarios de desastres. El DCV, sede del encuentro, por la criticidad de su labor en la cautela de instrumentos financieros, explica cómo incorpora este tema dentro de cada una de las funciones de la empresa.

Publicado el 31 Ago 2015

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André Medel.

¿Qué ideas eje se compartieron en el evento en relación a estrategias ante desastres?
En alguna medida todos vivimos temas similares. Más allá de definir las estrategias, el tema es cómo las ponemos en marcha y a qué conclusiones nos llevan para mejorar el proceso. En términos generales, las mayores preocupaciones apuntan a buscar el patrocinio de la administración, las medidas que implementamos para proteger la integridad física de los colaboradores y darles las facilidades para seguir trabajando independientemente del escenario y, por último, cómo damos a conocer la relevancia de nuestro negocio a los proveedores.

¿Cuál es la relevancia de aplicar buenas prácticas internacionales?
Sabemos que hacemos el mejor esfuerzo sobre las metas que nos hemos propuesto y más allá de las buenas intenciones y el sentido común que nos moviliza, sumado al entrenamiento en el extranjero, pensamos que la única forma de medir lo que tenemos, aparte de nuestro Plan de Pruebas y Ejercicios, es con una auditoría de buenas prácticas internacionales. Analizar cómo estamos realmente frente a una norma internacional y ver si existen desviaciones que nos hacen sentido y que aportan a los objetivos de la compañía; el camino es hacerse cargo.

¿Qué tan avanzadas están las empresas y organizaciones en Chile en este sentido?
Si bien los datos que manejamos son que hasta el año pasado solo tres compañías estaban certificadas en la ISO 22301, sabemos que hay varias empresas que están trabajando fuertemente para implementar un Sistema de Gestión de Continuidad de Negocios (SGCN) bajo el marco de la norma ISO 22301, pensando lograr la certificación en un futuro.

¿Cómo identificar medidas que mitiguen los impactos a los que está expuesta una firma?
Más allá de lo que dictan las buenas prácticas que puede ser disponer de una política, un análisis de impacto en el negocio, las estrategias asociadas y sus planes individuales, nos parece que solo es posible cuando existe una gobernabilidad tal que empodere y sensibilice en sus roles a los colaboradores. Esto es primordial para el negocio.

¿Qué errores más comunes se ven en las empresas frente a su continuidad operativa?
Preferimos hablar de falencias. El proceso de mejora continua siempre nos permite detectar una nueva técnica para fortalecer el SGCN. Desde nuestro punto de vista, la mayor falencia que tenemos los que gestionamos la continuidad del negocio, y ojo que no tan solo en Chile, se da con los proveedores de servicios críticos. Darles a conocer la posición que tiene la compañía y la importancia para el mercado no es difícil, porque está dentro de lo administrable, pero otra cosa (independientemente de las cláusulas contractuales) es invitarlos a compartir cómo gestionan en su empresa la continuidad de negocios.

¿Qué relevancia tiene la continuidad operacional para el desarrollo del DCV?
La relevancia está dada por nuestra misión, que es “ser proveedor de infraestructura de custodia, liquidación y otros servicios complementarios para el mercado de valores, tanto local como internacional, cumpliendo los más altos estándares de seguridad, disponibilidad, eficiencia y calidad” y que se fundamenta en uno de los seis pilares estratégicos que es la continuidad operacional.

¿Cuál es la experiencia de DCV en esta materia?
Todavía nos sorprende que el DCV desde su creación en el año 1993 ya tuviera definidas varias estrategias de continuidad. Con el tiempo fuimos trabajando en busca de un marco normativo que nos ayudara a regular todo lo que teníamos ya implementado y lo que estábamos desarrollando. Con mucho orgullo, en el año 2013 logramos la certificación en la norma BS 27999 y en 2014 obtuvimos la certificación en ISO 22301.

¿Cuáles son las claves en las estrategias de la compañía ante eventos inesperados?
Puesto que se define que las prestaciones ofrecidas por el DCV a sus clientes no se conciben sin la disponibilidad de los sistemas computacionales construidos para ello, no se contemplan respuestas manuales, dada la complejidad del negocio y del riesgo involucrado. Al tenor de esta definición, gestionamos adecuadamente los riesgos, incorporando los temas de continuidad dentro del quehacer de cada una de las funciones de la empresa y una arquitectura e infraestructura tecnológica.

¿Qué retos aún quedan por delante?
La continuidad de negocios está a la vanguardia de lo que hacemos en el DCV. Plantearse como “ser el último componente del sistema financiero en dejar de operar y el primero en recuperarse, cualquiera sea el incidente o catástrofe” requiere de un compromiso de todos dentro de la compañía. También está seguir manteniendo nuestro sistema de gestión de continuidad de negocios con buenas prácticas internacionales como la ISO 22301.

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Redacción

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