El problema de la protección a la propiedad intelectual es todavía un gran contratiempo para Chile. Nuestro país se encuentra hace más de un año en la Priority Watch List o Lista Roja de la Oficina de la Representación del Comercio de Estados Unidos, por no proteger suficientemente estos derechos. Sin embargo, estamos viendo algunas señales positivas que van en el sentido de dar a este tema la prioridad que requiere.
La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual instauró hace ocho años al 26 de abril como el Día Mundial de la Propiedad Intelectual. Por primera vez, y gracias a la iniciativa de diversas entidades ligadas a la protección de estos derechos -entre ellas ACTI y AmCham-, Chile se sumó a los festejos, coincidiendo en la necesidad de regular de mejor manera el respeto por todas las manifestaciones de la propiedad intelectual.
Un nuevo avance que destacar es la creación de la Brigada de Delitos contra la Propiedad Intelectual de la Policía de Investigaciones (Bridepi), sección dedicada exclusivamente a perseguir los delitos tanto en materia de derechos de autor como de propiedad industrial.
Esto se suma a la tramitación en el Congreso de las modificaciones a la actual Ley de Propiedad Intelectual, proyecto que se encuentra en la Comisión de Educación del Senado. Para la industria TIC este asunto es primordial, ya que según la Business Software Alliance (BSA), Chile pierde unos US$163 millones al año por piratería de software. Es indudable que una mayor protección a la propiedad intelectual potenciará la innovación y el desarrollo del sector, y en esa línea la ACTI ha colaborado directamente para que la nueva ley sea un real aporte.
Los desafíos pendientes
Es vital, por ejemplo, resguardar el tema de la ingeniería inversa, procedimiento usado para revisar el código fuente de un software, lo que sin un control apropiado podría facilitar la copia ilícita de programas.
Otros puntos en discusión son la responsabilidad de los ISPs por la información que publican o almacenan en sus servidores y el necesario aumento de las penas asociadas a las infracciones a la Ley de Propiedad Intelectual.
A ello se suma un tema nuevo surgido a partir de las indicaciones al proyecto efectuadas por algunos honorables senadores, respecto a quién es el dueño de la propiedad del software desarrollado por los trabajadores para una empresa.
Las compañías TIC pueden hacer importantes contribuciones en la discusión para generar una ley adecuada y útil en la protección de los derechos de autor. Sin embargo, hay un punto que no pasa por la legalidad, sino por la educación tanto a nivel familiar como académico: el cambio cultural que debemos propiciar para que la piratería deje de ser un serio daño a la creatividad y la innovación en Chile y un freno para nuestro desarrollo.