¿Será posible abrir la puerta simplemente mirándola, pagar compras sin entregar dinero y entrar al correo electrónico sin teclear una contraseña? Sí, y es que el avance en la creación de nuevas aplicaciones biométricas así lo permitirá. En Europa esta tecnología está siendo desarrollada como una manera segura de autentificarse, donde la piel será la llave.
Mientras en Chile aún estamos detenidos en mecanismos tradicionales de seguridad (números pin, tarjetas con banda magnética, PinPass, etc.), es en el área de salud donde más se ha aterrizado el concepto de biometría, a través del uso de la huella dactilar para validar bonos de atención médica. Este concepto deja de manifiesto que nuestra piel puede actuar como una herramienta de autentificación segura e inimitable, por lo tanto eliminaría el concepto de clonación, principal problema de los dispositivos actuales, tanto de identificación como bancarios y de acceso.
En Europa, en tanto, se avanza dando importantes pasos en este sentido, a través del desarrollo de una revolucionaria tecnología que permite asegurar que una persona es quien dice ser: la biometría, y particularmente del Proyecto eGo, iniciativa en la que trabaja un grupo de empresas, y que está llevando la tecnología inalámbrica a nuevos niveles, utilizando la piel humana para conducir señales electrónicas. Esto posibilita el intercambio de datos de autenticación, para cualquier operación, con sólo un toque.
Imagine poder abrir la puerta del frente simplemente tocándola, pagar las compras sin entregar dinero, tarjeta o cupones, hacer el login en el correo electrónico en cualquier PC sin teclear una contraseña o usar cualquier teléfono móvil con su cuenta sin insertar una tarjeta SIM. Todo eso y mucho más será posible con el eGo.
La piel como transmisor
“La comunicación intracorporal utiliza un campo eléctrico para transferir el primer mensaje de un objeto que se toca y otro objeto que se sujeta”, explica Alain Rhelimi, Consultor Técnico de Gemalto, creador y Gerente del Proyecto eGo. “Al modular un campo eléctrico, es posible transferir una señal a través de la ropa y sobre la piel. Un sensor de impresión digital en un dispositivo eGo permite la autenticación fuerte de dos factores: lo que el usuario tiene (eGo) y quién es (biometría)”, agrega.
Por ejemplo, si una persona desea abrir la puerta de su auto, cuando toque la manilla, el pequeño dispositivo eGo que llevará consigo (prendido al cinturón o pulsera de reloj, por ejemplo) hará contacto con el sistema de traba electrónica del vehículo, utilizando la piel para transmitir la señal. Ese contacto activará, entonces, una segunda comunicación entre el dispositivo eGo y el auto: el dispositivo confirmará que la persona es la legítima propietaria y se destrabará la puerta.
Este proyecto, financiado por la Comisión Europea y desarrollado en el ámbito del programa Catrene (Cluster para Aplicación y Pesquisa en Tecnología en Europa sobre Nanoeletrónica), tendrá inicialmente un prototipo y será integrado en las diversas formas de sistemas miniaturizados para transmisores de potencia ultra baja para comunicación intracorporal, un minicontrolador altamente seguro comparable a aquéllos incrustados en las tarjetas inteligentes, una gran capacidad de almacenamiento y un transmisor inalámbrico de alta velocidad y alto desempeño para el intercambio de datos de la aplicación.
Se espera que el proyecto sea concluido en los próximos dos años. Actualmente se trabaja en perfeccionar la tecnología, para luego dar paso a una segunda etapa en la que intervendrán otros factores, como la aceptación del mercado, la regulación gubernamental y la confianza social.
A la fecha, el iris, la retina y la huella dactilar ya son utilizados en diversos lugares del mundo para validar contratos de trabajo, declaraciones de salud y afiliación a isapres, entre otros, lo que demuestra que el mercado está dispuesto a aceptar nuevas tecnologías que tiendan a aumentar la seguridad como lo plantea el Proyecto eGo, donde la piel de cada persona podría ser la llave que permita la entrada a una tecnología de seguridad y de alta precisión que en Europa ya está tomando forma.