Hace cinco años, cuando en South Consulting Sign@ture decidimos crear nuestra incipiente área de desarrollo y liberamos las primeras versiones de nuestra solución Sign@ture para resolver la problemática de Factura Electrónica, nuestra principal preocupación era que ésta se diferenciase en el mercado chileno por ser innovadora y revolucionaria en cuanto a sus funcionalidades, arquitectura y tecnología.
Actualmente, después de haber enfrentado en forma exitosa el proceso de globalización de la compañía, nuestro objetivo evolucionó: necesitamos entregar una solución global a nuestros clientes multinacionales, capaz de soportar la problemática particular de cada uno de los países donde operamos. El gran desafío es aumentar la eficiencia, manteniendo la agilidad que el dinamismo del mercado global requiere.
Cuando es sólo una persona la que desarrolla una aplicación de software el proceso es simple, pero ¿qué pasa cuando hay que integrar por primera vez a varios desarrolladores al equipo?, ¿cómo protegemos el código fuente y la propiedad intelectual?, ¿cómo se garantiza la calidad del software entregado?, ¿cómo logramos que una solución única se adapte a la cultura y leyes de diversos países?, ¿cómo lidiamos con la concentración del conocimiento en unas pocas personas y logramos que éste se propague al resto de la organización, colaboradores y clientes?, ¿cómo lograr un mantenimiento sustentable de una solución global?, ¿cómo hacemos viable el proceso de actualización del software en miles de clientes?, ¿cómo entregamos soporte, sobre todo en soluciones de misión crítica?, ¿cómo hacemos convivir el necesario mantenimiento correctivo con el exigente mantenimiento evolutivo?
Un plan adecuado
Para solucionar todas estas problemáticas, será necesario contar con un plan adecuado de SCM (Software Configuration Management) que permita identificar, organizar y controlar los cambios que se realizan al software, enmarcado en una metodología de trabajo que guíe eficientemente el ciclo de desarrollo y soportado sobre herramientas tecnológicas especializadas. Una solución viable para nosotros fue la implementación de una metodología que permite el desarrollo ágil de software, priorizando los cambios en función de la importancia que éstos representan para el negocio, que promueve el trabajo en equipo, que garantiza el roadmap del producto y el cumplimiento de los compromisos adquiridos con clientes y colaboradores, y que se ocupa de asegurar la calidad del software desarrollado, de la gestión del conocimiento y de la documentación, además del soporte técnico.
Fabricar soluciones de software es un proceso que involucra a toda la organización, desde la etapa de diseño y construcción del software en sí mismo, hasta llegar a resolver efectivamente una problemática de negocio crítica y compleja garantizando la continuidad operacional de los procesos. Es por esto que la elección de una verdadera solución de software representa hoy un gran desafío para los profesionales de TI. Lo que podría parecer una solución viable técnica y económicamente, puede terminar convirtiéndose en un problema con el impacto negativo que esto representa para las organizaciones.
